Euskadi se lleva el 16% de los megavatios del plan estatal y salva la demanda de potencia eléctrica
El País Vasco sumará más de 5.000 MW, un 40% más, del total de 33.000 MW, tras el acuerdo sellado entre el Gobierno Vasco y el central en Madrid
En torno al 16%. Ese es el 'trozo' del pastel de la nueva planificación eléctrica que Euskadi se asegura en el reparto de capacidad decidido ... por el Gobierno central. Serán más de 5.000 megavatios adicionales, un 40% más, de los 33.000 que contempla la propuesta estatal hasta 2030, los que reforzarán la red vasca para atender los procesos de descarbonización, los planes de expansión de la industria y la llegada de nuevas inversiones. El Gobierno Vasco, que valoró como un «hito» los compromisos arrancados en forma de actuaciones en infraestructuras clave, subrayó que el necesario refuerzo del sistema permitirá «descarbonizar nuestra industria, crecer más y atraer nuevas inversiones».
El compromiso se cerró ayer en Madrid en una reunión celebrada en la sede de la Secretaría de Estado de Energía, en el Paseo de la Castellana, entre el secretario de Estado, Joan Groizard, y el consejero de Industria, Mikel Jauregi, acompañados por técnicos de Red Eléctrica. El encuentro, que se prolongó durante varias horas, fue el primero de la ronda que el Ministerio de Transición Ecológica mantendrá con las comunidades para compartir el escenario de la Planificación Eléctrica 2025-2030, un documento clave para ordenar las inversiones de la red de transporte en los próximos años.
El resultado para Euskadi es un incremento de más del 40% de potencia disponible. El lehendakari exigía un 50% más. La ampliación se articulará, en concreto, a través de actuaciones en diecinueve subestaciones ya existentes y la construcción de cuatro nuevas, con emplazamientos estratégicos en enclaves como Ormaiztegi, Aiara, Abadiño, Santur-tzi, Jundiz, Gojain o Gatika. Según explicó Jauregi tras la reunión de ayer, se trata de un «compromiso vital para la industria vasca», porque permitirá no solo mantener la actividad actual sino «atraer nueva inversión y asegurar el futuro de la economía vasca».
La cifra
99%
Es el porcentaje de nudos de distribución saturados en Euskadi, lo que muestra la magnitud del problema al que responde la nueva planificación estatal a 2030.
La medida responde a la petición de 117 empresas electrointensivas que se encontraban al límite de su capacidad, con proyectos de electrificación bloqueados. En juego estaban más de 70.000 puestos de trabajo, de los que 34.500 son directos. Solo en Gipuzkoa, el riesgo afectaba a 25.000 empleos, más de la mitad vinculados directamente a las fábricas. La cifra revela la magnitud del problema que afrontaba Euskadi: sin nuevos enchufes, no había posibilidad de descarbonizar ni de expandir la actividad industrial.
La urgencia quedó confirmada la semana pasada, negro sobre blanco, con la publicación por parte de las principales distribuidoras eléctricas del primer mapa homogéneo de capacidad del sistema. El resultado fue desolador: Bizkaia y Álava sin un solo punto libre, y Gipuzkoa con apenas siete MW disponibles, repartidos entre Altzo, Oiartzun y Ormaiztegi. Una cifra irrisoria frente a los más de 1.800 MW solicitados solo por la industria guipuzcoana en tres años.
Riesgo de deslocalización
El contraste con Navarra, que en el mismo mapa aparecía con catorce nudos libres, reforzó la sensación de que Euskadi podía perder competitividad frente a su entorno más inmediato. No se trataba de un debate técnico, sino de una cuestión económica de primer orden: proyectos industriales bloqueados, inversiones pospuestas y riesgo de deslocalización. En esta línea, el acuerdo con Euskadi se enmarca en el borrador de planificación estatal 2025-2030, presentado la pasada semana por la vicepresidenta Sara Aagesen. El documento prevé una inversión de 13.590 millones de euros y marca un giro de fondo respecto a las planificaciones anteriores: la prioridad pasa de la generación a la demanda.
España atenderá 33 GW de nueva potencia de consumo, multiplicando por catorce los 2 GW de la planificación vigente en la red de transporte. De ellos, 9 GW se reservarán a proyectos industriales, 13,1 GW al hidrógeno verde y 3,8 GW a centros de datos. Que Euskadi logre más de 5 GW de ese paquete supone situarse muy por encima de su peso poblacional y en línea con la importancia de su industria, que concentra aproximadamente el 10% del consumo eléctrico industrial de todo el Estado.
La red vasca atenderá las necesidades industriales con actuaciones en 19 subestaciones y la creación de cuatro nuevas
El consejero insistió en que el resultado permite «descarbonizar, crecer y atraer nueva industria», pero advirtió de que el Ejecutivo autonómico no se conforma y «seguirá trabajando en las mesas técnicas» para lograr más capacidad adicional dirigida a la atracción de nuevas inversiones.
En cualquier caso, el acuerdo despeja el camino para Euskadi, pero no resuelve todas las incógnitas. Las distribuidoras eléctricas -agrupadas en la patronal Aelec- advierten de que reforzar la red exige también un marco regulatorio estable y una retribución adecuada. La CNMC propuso elevar la tasa de rentabilidad al 6,46% para 2026-2031, frente al 5,58% actual, pero las compañías consideran insuficiente ese nivel y reclaman al menos un 7,5%, en línea con Europa. «La propuesta de la CNMC manda unas señales negativas y no incentiva nuevas inversiones», llegó a advertir el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Ese debate no es menor: pese a que Euskadi ya haya cerrado actuaciones concretas en una veintena de subestaciones, del equilibrio entre rentabilidad empresarial y protección de la factura del consumidor dependerá que los compromisos de potencia se traduzcan en enchufes reales para la industria. La planificación eléctrica, no obstante, se mantiene aún en fase de consulta pública.
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