La entrada en Indra genera «enormes oportunidades» para SAPA, destaca Tapia
El Gobierno Vasco afirma que la adquisición, unida a la del 5% de ITP y a su implantación en EE UU, le convierten en «punta de lanza y en aglutinador»
La entrada de SAPA Placencia en la tecnológica Indra, que llega apenas dos meses después de su aterrizaje en ITP y cuando la firma andoindarra ... tiene ya consolidada su planta en Estados Unidos, le convierte en «un player muy relevante» en el sector de la defensa y, como derivada, en todo el ámbito civil. Así lo aseguró ayer en declaraciones a DV la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia.
La responsable de la política industrial del Gobierno Vasco puso en valor el movimiento estratégico de la firma de la familia Aperribay, que ha sorprendido a propios y extraños al anunciar la compra de un 5% del gigante con sede en Alcobendas –por 90,8 millones– en una apuesta a larguísimo plazo y que le convierte en un claro consolidador industrial del sector. El mercado no digirió bien ayer la operación, y las acciones de Indra cayeron un 11,5%, su mayor retroceso desde marzo de 2020.
«La compra es, por supuesto, una cosa suya y no toca valorarla desde el Gobierno, pero el conjunto de esos tres movimientos –Estados Unidos, ITP e Indra– le abren a SAPA enormes y muy relevantes oportunidades, también en términos de país», añade.
El Ejecutivo vasco celebra la adquisición y aplaude la estrategia «a largo plazo y con ambición» de SAPA
A juicio de Tapia, la adquisición de ese porcentaje en Indra –que en buena lógica le servirá para hacerse con un asiento en el consejo de administración, que Corporación Alba, el vendedor de las acciones, ya ha confirmado que abandonará– sitúa a la empresa en «una estrategia con una dimensión mucho mayor» y revela «una clara vocación de crecimiento y diversificación».
Punta de lanza
«Pueden ser punta de lanza y aglutinador de opciones y voluntades industriales a su alrededor. No por que pueda comprar más activos, sino porque gracias a su posición actual puede consolidarse como un estructurador de desarrollos futuros», explica la consejera.
«Veo ahora en SAPA un cambio de estrategia con una visión a mucho más largo plazo y con mucha ambición», apunta.
Precisamente ese papel de consolidador de opciones y desarrollos industriales futuros –también en Euskadi– en los diversos segmentos del sector de la defensa en los que ahora participa es el gran argumento que la propia SAPA expone a la hora de explicar la operación de Indra.
Es evidente que con una participación en ITP (motores y sector aeronáutico) y otra en Indra (transportes, defensa y tecnología), SAPA se presenta ahora como un indiscutible punto de referencia en el sector europeo, con acceso a multitud de contratos y de posibilidades de desarrollo y de conformación de alianzas y proyectos compartidos.
En busca de socios
Junto a ese aplauso al último movimiento de la andoindarra, Tapia se refirió al proceso de búsqueda de socios para conformar un núcleo duro de accionistas españoles y vascos en ITP, donde ese papel lo juega hoy en solitario la propia SAPA, que es la única de carácter industrial que acompaña a Bain Capital.
El fondo de inversión (que ha cerrado con Rolls Royce un precio de 1.700 millones de euros por ITP) ha abierto una ventana hasta junio de 2022 para encontrar compañeros de viaje españoles que se hagan con hasta un 30% de la firma de Zamudio.
Pero no parece un camino sencillo. Según la consejera, «hay bastante interés por parte de inversores financieros, incluidos algunos 'familly offices' vascos, pero no tanto por aquellos de tenor industrial». «Queda trabajo por hacer», admitió. En cualquier caso, matizó, lo realmente importante para el Gobierno Vasco es «lograr un pacto de accionistas que garantice ese arraigo y desarrollo futuro de la empresa».
La consejera no quiso entrar a la valorar la posibilidad de que Indra pudiera ahora reconsiderar su entrada en ITP, algo que rechazó este mismo año.
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