SAPA Placencia compra un 5% de Indra y avanza como «consolidador» del sector de la defensa
El grupo de Andoain, que en octubre anunció la adquisición de un igual porcentaje de ITP Aero, invertirá 90,8 millones en esta nueva operación
SAPA Placencia dio este martes un paso de gigante al anunciar la compra de un 5% de Indra, por un importe de 90,8 millones ... de euros, a Corporación Alba, uno de los accionistas históricos de la compañía de Alcobendas, especializada en tecnologías de la Defensa y con actividad en otras muchas áreas. Un movimiento que llega después de hacerse en octubre también con otro 5% de ITP, en el marco de la operación realizada por el fondo de inversión estadounidense Bain Capital, que ofrece 1.700 millones por la empresa aeronáutica con sede en Zamudio. De esta forma, y en apenas dos meses, SAPA se sitúa como un agente esencial en el panorama industrial y tecnológico del sector, en un claro papel de integrador de capacidades.
Desde SAPA Placencia explicaron este martes a DV que su entrada en Indra -con la que coincide en algunos de los programas más importantes del negocio- responde a una estrategia concebida para convertir a la firma en «un actor relevante» en el ámbito de la industria de la Defensa.
Y es que con una pata en ITP y otra en Indra, sumadas a la experiencia propia acumulada a lo largo de los años, la firma de la familia Aperribay se perfila como una referencia en el sector.
Esas mismas fuentes resaltan que una de las grandes razones de ser de este importante paso es que «SAPA se convierte así en un aglutinador de capacidades industriales, de tecnología y de valor añadido».
El de la Defensa, como otros segmentos industriales, es un sector en el que los retos (y los rivales) son cada vez mayores, y en el que las pymes tienen una capacidad relativa de poner en valor en su justa medida sus propias capacidades, con lo que ganar dimensión, escalar las operaciones y aumentar la presencia en los mercados internacionales se torna esencial.
Y eso es precisamente lo que está haciendo SAPA Placencia. En primera instancia, ampliando su radio de acción y abriendo una planta en Estados Unidos (allí surgió el contacto con Bain Capital) desde la que asaltar el mercado norteamericano. Y más tarde con los pasos dados en este final de año en ITP e Indra. Una Indra, por cierto, que sonó como posible comprador de ITP en un movimiento que la propia tecnológica madrileña rechazó.
Cabe suponer que, toda vez que el Estado es el primer accionista de Indra a través de la SEPI -que cuenta con un 18,7% de las acciones del gigante tecnológico-, la operación de la beasaindarra cuenta con todos los parabienes del Gobierno, que nunca ha escondido su interés en conformar grupos más potentes e interrelacionados de firmas españolas.
Ese es, precisamente, el papel que SAPA está jugando en la conformación de un núcleo estable de accionistas españoles en el seno de la aeronáutica vizcaína. El de líder a la hora de cerrar ese paquete accionarial, que según lo explicitado por el propio Bain Capital rondaría el 30% del capital de ITP Aero.
Los datos
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La operación Compra. Según lo comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, SAPA compra a Corporación Financiera Alba un 5% de su participación en Indra a un precio de 10,28 euros por acción, lo que supone una inversión de 90.803.240 euro. La andoaindarra cuenta con el apoyo de Deutsche Bank para financiar la adquisición.
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Magnitudes Tecnológica. Indra factura 3.000 millones de euros al año y cuenta con una plantilla de 48.000 empleados.
Ese proceso está abierto y, en principio, se podría alargar hasta mediados de 2022. Según fuentes conocedoras de esas conversaciones, no faltan inversores financieros, pero no es eso precisamente lo que se busca. No se puede olvidar que los gobiernos central y vasco (que ayer explicó a este diario haber sido informado de la operación de Indra) siempre han puesto como condición para la venta de la empresa de Zamudio (en este caso a Bain) la existencia de esa suerte de ancla con el país y el territorio que diera seguridad en cuanto a futuro industrial, garantía de empleo y arraigo de los centros de decisión.
La presencia de SAPA en Indra, cuyo accionariado es ciertamente heterogéneo (hay presentes varios fondos internacionales junto a la SEPI, mientras Corporación Alba reduce su peso), le da a la firma un 'plus' de sentido industrial y cierra en cierto modo el círculo abierto con ITP. Aunque no hay nada definido, fuentes financieras dan por hecho que Alba (el vehículo inversor de la familia March) saldrá del consejo de Indra, lo que (en buena lógica) podría dar un asiento a SAPA.
Viejos conocidos
SAPA e Indra son viejos conocidos. No en vano comparten responsabilidades en algunos de los programas más importes en el campo de la Defensa como puedan ser los VCR 8x8 'Dragón' adquiridos por el Ministerio de Defensa, vehículos en los que la andoindarra aporta la transmisión y la tecnológica un avanzado 'sistema de misión de última generación', así como la arquitectura electrónica.
Más allá del peso y la potencia de Indra, esta firma juega hoy un papel importantísimo como coordinador de toda la posición española, al mismo nivel que los otros dos líderes del proyecto (Dassault y Airbus), en el proyecto europeo de defensa FCAS. El objetivo de esa iniciativa es que el continente cuente con un 'sistema de sistemas' que ofrezca una capacidad de combate aéreo muy superior a la de cualquier aeronave militar actual. Un programa, es evidente, en el que ITP tiene no pocos intereses.
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