«En Gipuzkoa hay muy buenos proveedores»

Alfonso, cuya empresa vende en 140 países en todo el mundo y que exporta un 95% de su producción, busca empresas «que sean capaces de hacer conjuntos». «Somos muy exigentes», advierte este directivo que conoció el Encuentro Europeo de Subcontratación Industrial de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa allá por 2015, al coincidir en París con los responsables camerales del área Subcontex en la gran feria europea dedicada a este segmento: la Midest. De hecho, mantiene a día de hoy a tres proveedores captados en el Meeting de San Sebastián.

El proceso es el siguiente. Como si de un galanteo clásico se tratara, las firmas guipuzcoanas muestran su interés por reunirse con el eventuial contratista y rellenan una ficha con sus capacidades, y es aquel el que selecciona a unas cuentas que, de surgir el 'amor' en la primera cita visitará después.

Ramón Alfonso da por hecho que entregará planos de las piezas que busca a un par o tres de posibles socios y les hará un pequeño pedido «pero significativo» que sirva de prueba. Si todo sale bien, la relación continuará.

«Sin calidad por delante no hablo de precio, pero esto es también algo muy importante», señala, para recordar que los subcontratistas guipuzcoanos compiten con otros como los de los países del Este muy atractivos en ese sentido. «Esto lleva tiempo. Mucho tiempo», revela el directivo francés, que calcula que «puede pasar más de un año entre que conozco a un posible proveedor y se cierra un contrato».

Una de las empresas que este miércoles se sentó frente al francés es la fundición de acero moldeado bajo plano de Legazpi Joaquin Bereciartu S. A.. Su director gerente, Igor Juaristi, aplaude la iniciativa de la Cámara de Gipuzkoa, de la que, asegura, «salen oportunidades que en ocasiones terminan en negocio».

A las dos horas de arrancar la feria, el directivo ya tenía en la cartera «dos peticiones de oferta y de visita a la planta».

«Esta fórmula es muy útil para las empresas guipuzcoanas, muchas veces pymes pequeñas a las que les cuesta mucho más contactar con tantos compradores a través de visitas de puerta fría», señala. «¡Chapeau por la Cámara!», añade.

Por allí se encuentra también Bittor Andonegi, director comercial de Katea Legaia. «Lo importante es sembrar, y la semillita ya está plantada», dice tras mantener vaarias reuniones con firmas de muy distinto calado (desde un gigante como General Electric a un fabricante ferroviario como Skoda).

«Esto es muy cómodo, la verdad. La Cámara de trae, te junta, te organiza... Luego es verdad que hay que casar intereses, pero está muy bien», afirma. En sus citas rápidas, Andonegi se ha esmerado en explicar que la compañía (que da trabajo a personas con discapacidad en riesgo de exclusión sociolaboral) es capaz de abordar «la industrialización» de casi todo tipo de procesos siempre que los productos sean de naturaleza recurrente. «No hace falta que sean grandes series, basta con que sean repetitivas», dice.

Iñigo Usandizaga, responsable de subcontratación de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, insiste en que la institución «tiene que ayudar a nuestras pymes en su prospección internacional y tratar de que se garanticen carga de trabajo».

«Vamos a ocho ferias internacionales a lo largo del año y visitamos un montón de empresas para traerlas aquí, y cuando llegan se sorprenden de la potencia del tejido y la colaboración entre nuestras empresas», concluye.