CAF, preparada para la batalla del tren de alta velocidad en España con su modelo Oaris
La beasaindarra tiene la capacidad tecnológica de adaptarse a anchos de vía variables y pelear en la segunda fase de liberalización ferroviaria si observa rentabilidad
No es su principal línea estratégica, pero la constructora guipuzcoana de ferrocarriles CAF está dispuesta también a dar la batalla de la alta velocidad ferroviaria ... en ancho variable. La reciente aprobación por el organismo público Adif de la segunda fase de liberalización, ha abierto la batalla para que las constructoras opten a contratos de vehículos ferroviarios para los competidores de Renfe que quieran entrar en las nuevas rutas del AVE a Galicia, Asturias y Andalucía. La empresa beasaindarra tiene su propio tren de alta velocidad, el Oaris, que está homologado. Y si hay «demanda suficiente para que sea rentable», CAF está dispuesta a entrar en un mercado más habitual para otras firmas, como Talgo, ahora en el candelero por su posible venta a Sidenor, en una operación para reflotarla en la que están implicándose los gobiernos central y vasco para mantener el arraigo, y en la que CAF declinó entrar en su día.
La segunda fase de liberalización contempla rutas de Madrid a Galicia, Asturias y Andalucía
La empresa beasaindarra tiene «capacidad tecnológica» para abordar nuevos retos, explican fuentes de la principal empresa industrial de Gipuzkoa. La segunda fase de liberalización consiste en nuevos corredores ferroviarios que combinan el ancho ibérico con el internacional, lo que permitiría a los trenes pasar de una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora a otra de 350 kilómetros por hora. Talgo, con su modelo Avril, es el único fabricante español a día de hoy con trenes funcionando con el denominado boggie de ancho variable europeo (conjunto de dos o tres pares de ruedas articulados en la plataforma de un vagón o locomotora para facilitar su adaptación a las curvas o al cambio de vías), pero su situación interna le está dificultando atender nuevos pedidos.
Competidores
Es en este contexto es donde CAF aparece como una alternativa del mercado en España, junto a constructores europeos como Iryo (Trenitalia), Ouigo (SNCF francesa) o la alianza Alsa y Eco Raíl. La beasaindarra tiene la capacidad de acoplar el boggie en sus trenes a los distintos anchos de vía de la alta velocidad, aunque debe sopesar si en términos de rentabilidad le merece la pena entrar en esa batalla de inversión, en la que el potencial mercado de nueva flota necesaria para abordar la segunda fase de liberalización de la alta velocidad en España supone una tarta de unos dos mil millones de euros. «Si es para dos trenes no merecerá la pena, pero si hay una demanda importante, probablemente sí», añaden las fuentes de CAF consultadas.
El único fabricante con trenes de alta velocidad en España es Talgo, sumida en una posible venta
De hecho, uno de los puntos fuertes de la compañía es ser una de las que más invierte en innovación y desarrollo. El Oaris, el tren de alta velocidad de la empresa guipuzcoana, ya circula en Noruega tras un largo proceso de pruebas y homologación, aunque lo hace a 250 kilómetros por hora. El operador nórdico Flytoget compró ocho unidades a CAF en 2015.
La segunda fase de liberalización ferroviaria en España arrancará en el primer trimestre de 2025 con el reto de completarla en 2026. Los trenes de la competencia de Renfe llegarán desde la capital de España a Galicia, Asturias, Cádiz y Huelva, con más de setenta nuevas rutas diarias. Precisamente Euskadi sigue al margen a la espera de completar su futura nueva red de alta velocidad.
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