CAF se juega hoy mantener el macrocontrato de hasta 3.400 millones de Bélgica
La beasaindarra aguarda la decisión de la SNCB para renovar su flota de trenes eléctricos, en un proceso marcado por presiones políticas y sindicales a favor de Alstom
La beasaindarra Construcción y Auxiliares de Ferrocarriles (CAF) afronta una jornada decisiva en Bruselas. La Sociedad Nacional de Ferrocarriles Belgas (SNCB) tiene previsto pronunciarse hoy ... sobre el futuro del mayor contrato ferroviario en juego actualmente en Europa, el bautizado ya como 'contrato del siglo': la renovación masiva de su flota eléctrica, con un pedido base de 1.695 millones de euros que podría ampliarse hasta 600 trenes y alcanzar los 3.400 millones.
La oferta de CAF fue seleccionada en febrero como la mejor valorada, tanto técnica como económicamente. No era la primera vez que la firma guipuzcoana entraba con fuerza en el mercado ferroviario belga, donde ya opera en ciudades como Bruselas y Lieja. Sin embargo, la adjudicación fue impugnada por Alstom y Siemens, que acudieron al Consejo de Estado belga reclamando una revisión por considerar que no se valoraron adecuadamente factores como el empleo local. El auditor del Consejo dio parcialmente la razón a los reclamantes, recomendando suspender el proceso, lo que hizo la SNCB, y obligándole a justificar mejor su decisión. Desde entonces, el caso se convirtió en una patata caliente en Bélgica.
El fondo del conflicto supera lo técnico y roza lo político. Alstom cuenta con dos plantas en el país, Brujas y Charleroi, que emplean a más de 1.500 personas, y su exclusión del concurso encendió una oleada de críticas por parte de sindicatos y cargos públicos. La presión ha sido intensa, incluso aunque el pliego de condiciones no exigía ningún tipo de implantación industrial en el país. CAF ha respondido subrayando su respeto al marco legal europeo y recordando que fue seleccionada tras «un procedimiento transparente, basado en criterios objetivos», como defendió su consejero delegado, Javier Martínez Ojinaga, en medios como el diario económico belga L'Echo.
Ojinaga, que viajó recientemente a Bruselas para defender la posición de la compañía, advirtió también que «no se pueden cambiar las reglas del juego a mitad del camino» y mostró disposición a estudiar fórmulas de retorno industrial, aunque recordó que ese criterio no figuraba en la licitación y no puede utilizarse a posteriori para invalidarla. «Esta es una licitación europea; somos una empresa europea y cumplimos los plazos. Cualquier otra decisión retrasaría varios años la renovación de la flota», apostilló.
Operación estratégica
El contrato forma parte del ambicioso plan de modernización ferroviaria de la SNCB, con unidades de doble piso que permitirán sustituir trenes con más de 40 años en servicio. El adjudicatario deberá no solo construir los trenes, sino también suministrar piezas, formar personal y prestar soporte técnico durante décadas. Su alcance lo convierte en una operación estratégica tanto desde el punto de vista industrial como de servicio público.
Para CAF, el desenlace llega en un momento clave, respaldada por unos resultados récord: superó por primera vez los 15.000 millones de euros en cartera de pedidos y firmó un primer trimestre de 2025 con un crecimiento del 53% en su beneficio neto. En ese mismo periodo, elevó sus ventas hasta los 1.118 millones de euros, un 11% más que el año anterior. La compañía, que apuesta por consolidar su presencia industrial en Europa sin desestimar nuevas oportunidades en Norteamérica (tiene una fábrica en Elmira, Nueva York), ha logrado contratos estratégicos en Canadá, Marruecos y Alemania,
La resolución que adopte hoy el consejo de administración de la SNCB despejará -o reabrirá- un proceso que ha puesto en cuestión los fundamentos de la contratación pública en la Unión Europea. Si Bélgica opta por revocar la adjudicación a CAF sentará un precedente delicado que podría desincentivar la concurrencia libre en futuras licitaciones europeas. Si, en cambio, se mantiene la adjudicación, la ferroviaria guipuzcoana se anotará el mayor contrato de su historia, y un respaldo rotundo a su competitividad en el mercado europeo. En cualquier caso, lo que está en juego excede a una sola empresa.
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