«Ir directamente a Bruselas, sin el filtro del Estado, nos traería más fondos europeos»

-Acaba de sumar a Desarrollo Económico las responsabilidades de Sostenibilidad y Medio Ambiente. Hoy todo es 'verde'...

-Hay que diferenciar el vestir las cosas de verde, sin más, con aprovechar realmente las oportunidades que ofrece la sostenibilidad para mejorar la producción. Hablo de la gestión de los residuos industriales, de la reducción de la huella que generan nuestras empresas, de la mejor gestión de los bosques o los ríos... Gipuzkoa, por ejemplo, tiene espacios naturales relevantes, ¿somos capaces de generar economía de esa madera más allá del mueble tradicional? ¿Cómo sustituimos ciertos elementos plásticos en la automoción por otros que vienen de la celulosa? Hay cosas por hacer. Hablo de un nuevo data center, de acercar la inteligencia artificial al proceso productivo. O de economía circular y bioeconomía. De transformar.

-¿Cómo se logra que la presidenta de la Comisión Europea aplauda, como ha hecho esta semana, la innovación vasca?

-(Sonríe) Se trabaja todos los días mucho en la delegación en Bruselas, también hay un montón de agentes que explican lo que hacemos; tenemos un Orkestra, que tiene muy buena llegada a Bruselas, hay funcionarios en la Comisión que nos conocen y aprecian, galeses que tienen mucho conocimiento de la innovación de Euskadi... La guinda ha sido que, en la anterior comisión, el comisario Katainen puso en marcha una iniciativa sobre industria con doce expertos entre los que estaba Cristina Oyón, de la SPRI. Eso fue el espaldarazo definitivo para tener nuestra patita puesta allí.

-¿Hay garantía de que se inviertan los 13.250 millones del plan vasco de Reactivación?

-Sin duda. Además, habrá también agentes privados que acompañarán algunas iniciativas, que quieren hacer cosas interesantes e invertir cifras relevantes y a los que vamos a apoyar. Y las diputaciones estarán presentes con sus propios planes. Los fondos serán más.

-De los 8.000 millones en nuevas inversiones, 2.976 serán para infraestructuras. ¿No terminaremos, como en aquel Plan E del Estado, haciendo rotondas, no?

-Algunas se refieren a rehabilitación de vivienda o de edificios públicos, pero sobre todo a infraestructuras tecnológicas; de movilidad eléctrica, energéticas o de datos. Pueden ser, por ejemplo, la banda ancha y 5G hasta el último pueblo de Euskadi u otras dedicadas a la I+D+i.

-¿Qué le parecen los 800.000 empleos prometidos en el plan estatal? Es una cifra 'maldita' para los Gobiernos socialistas…

-Es una cifra muy alta, pero también lo son los 140.000 millones de los fondos europeos que, bien invertidos y con proyectos serios y ejecutables sí pueden generar ese empleo.

-Una curiosidad. Cuando el lehendakari habla por primera vez de su plan habla de 'Reconstrucción', que suena a algo roto, y después de 'Reactivación'. ¿Se ha cambiado aposta?

-Lo hizo porque en Europa se hablaba de reconstrucción pero, efectivamente, a nosotros nos gusta más 'reactivación'.

-Hablemos de los fondos europeos 'Next Generation'. Dinero que, según a quién se escuche, parece que nos lo van a regalar…

-No lo van a regalar. Se está generando una expectativa excesiva. Son 140.000 millones para España, la mitad subvenciones y la mitad préstamos. Y para todo eso Europa se va a endeudar por primera vez, con lo que hay que devolverlo. Hablamos como si lloviera del cielo pero tenemos que ser conscientes de que tienen condicionantes. Esos proyectos tienen que generar riqueza y empleo de calidad y de futuro a base de transformar el tejido. Hay que tener proyectos ya muy preparados, trabajados, maduros. No puedes ahora pensar a ver qué hago. Han de ser proyectos que tenías que hacer sí o sí, y que ahora se van a acelerar. En las subvenciones, el Estado tendrá que decir si quiere compartir con las autonomías o qué quiere hacer.

-¿Tiene claro cómo, dónde y ante quién se ha de gestionar esto?

-No. Tengo claro que han de ser proyectos que no han de esperar a Europa, que si vienen los fondos, bienvenidos, pero no hay que confiar la salida de esta crisis a los fondos europeos únicamente. Vamos a ver cómo se reparten. Hay grandes incógnitas.

-Visto desde fuera, perdóneme la expresión, parece una 'merienda de negros'. Muchos dicen cómo se tiene que repartir un dinero del que poco se sabe…

-Más que eso, es como la 'gran esperanza'. Seámos realistas. Los préstamos hay que devolverlos. Y las subvenciones, ¿con qué condiciones? ¿Cuanto? Hay que pasar el filtro del Estado y de Bruselas, que también lo va a analizar con exigencia, con lo que tenemos que ser autoexigentes. Espero que la reunión este mes del presidente Sanchez con la presidenta Von der Leyen y las autonomías aclare un poquito por donde van los tiros. También la propia Comisión Europea se está retrasando. Creo que está todo un poco liado. Euskadi tendrá una cuota, supongo.

-¿Sabe cuánto?

-No. Creo, pero es intuición, que una parte relevante la aplicará el Estado a sus programas y que el resto lo repartirá entre las comunidades más o menos por cuotas de sufrimiento en la crisis.

-¿Nos puede tocar menos de lo que seríamos capaces de hacer?

-Por eso digo que el criterio principal debiera de ser la capacidad del tejido para esa transformación. Si fuéramos directamente a Bruselas sin el filtro del Estado, probablemente, tendríamos más probabilidad de éxito, más fondos para más proyectos. ¿Por qué? Porque nuestro nivel de respuesta en proyectos europeos ha sido siempre notable y superior a lo que nos corresponde en el PIB del Estado. No nos podemos olvidar de que ahí hay un filtro importante. Espero que no nos reste oportunidades.

-¿Saldrá adelante todo lo presentado por Euskadi?

-Todo será difícil. Espero que la mayoría reciba fondos suficientes.

-Echando mano del eterno territorialismo vasco, de lo conocido hasta ahora parece que la parte del león se la podría quedar Bizkaia…

-¡A ver! Esa lista inicial de proyectos no es más que una aproximación, siendo conscientes de que muchos de ellos no cuadraban en las transiciones que busca Europa. Queríamos que nos lo aclararan. Más de la mitad se caerá y ahora mismo estamos evaluando otros muchos.

-¿También guipuzcoanos?

-Muchos. Muchos. La parte industrial guipuzcoana es muy dinámica. Quizá no tenemos esa gran empresa, pero está también el Grupo Mondragon como tractor. No me gustaría que nos centremos en la territorialitis.

-¿Cómo interpreta el mensaje de Markel Olano de que si tiene que ir a Madrid o Bruselas a defender los proyectos de Gipuzkoa, lo hará?

-Creo que él lo que quiere transmitir, y yo lo entiendo y lo comparto en cierta forma, es que el líder de este territorio va a pelear por sus proyectos.

-Adegi pide 'mecanismos' para que esos fondos lleguen a la pyme.

-El receptor de los fondos siempre necesitará proveedores. Y, de otra parte, parece que se van a poder financiar también programas, y ahí entrarían las pymes.

-¿Puede perjudicarnos el pim-pam-pum que se vive a diario en el Congreso? ¿Tendrá España que hacer grandes reformas?

-La inestabilidad institucional nunca es buena. La sensación de que no hay un acuerdo para la reactivación, tampoco. Nos miran y dicen que la falta de estabilidad en el Estado no ayuda a ejecutar esos programas. ¿Reformas? La Unión Europea sí habla de reformas. En aquellas conferencias de presidentes de las mañanas de los domingos del estado de alarma, el lehendakari ya hablaba de qué condicionantes tendrían las ayudas y de explicarlos a la ciudadanía.

-Hablamos siempre de las fortalezas, pero ¿qué debilidades tiene Euskadi?

-Somos un país pequeñito, con lo que debemos de ser ágiles. Y en esta circunstancia, el que no podamos gestionar de forma directa estos recursos con Bruselas es una debilidad para una Euskadi con una estabilidad política que no se vive en el Estado. La presidenta Von der Leyen dice que Europa se construye sobre las regiones, y eso tiene que pasar del discurso a la realidad.