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Se rompió el mito sobre la supuesta falta de colaboración de las pymes en Euskadi. Al menos, en parte. Este lunes, en el parque ... tecnológico de Miramón de San Sebastián, la Fundación Cotec, que preside la exministra de Ciencia y Tecnología Cristina Garmendia, presentó un estudio sobre la innovación abierta en Euskadi, Madrid y Cataluña. Un trabajo que denota que esa interrelación de las empresas vascas, en este caso con los centros tecnológicos, verdadera clave de bóveda de todo el sistema, es la que permite al País Vasco ocupar un lugar preeminente en la escena europea. Una comunión, subraya el documento, que además resulta mucho más rentable para el tejido productivo que en las otras regiones analizadas.
En esa tesitura, la propia Garmendia y la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, recordaron que hace apenas dos semanas el 'Regional Innovation Scoreboard 2021' de la Comisión Europea situó a la comunidad autónoma de Euskadi entre las regiones europeas de 'Alta Innovación'; la única en una España en la que, en esta ocasión en términos estatales, había perdido a su vez dos puestos en el escalafón y se mantenía con un aprobado raspado como país de innovación moderada.
El investigador responsable del estudio de Cotec, Juan Carlos Salazar-Elena, resaltó que «pese a que el tamaño relativo de la actividad innovadora de las empresas en el País Vasco es menor, comparado con el volumen de actividad de Cataluña y Madrid, su esfuerzo en materia de gasto en I+D es mayor, tanto desde el punto de vista del PIB regional como de la cifra de negocio de las empresas».
«Por otra parte, mientras que en Madrid y Cataluña el gasto empresarial en I+D está en torno al 60% del gasto total en I+D, en el País Vasco el sector empresarial realiza más de tres cuartas partes de dicho gasto. Esto indica que, en el caso de Cataluña y Madrid, la I+D de las universidades y centros públicos de investigación tiene un mayor peso relativo, más de la tercera parte del gasto en I+D», apuntó.
«Los indicadores muestran que el País Vasco es la comunidad autónoma donde las empresas se apoyan más en la innovación abierta, seguida por Madrid. Por el contrario, la mayor parte de indicadores muestra a Cataluña como la comunidad con una estrategia de innovación menos inclinada hacia la apertura. Esto es válido tanto para la colaboración con socios externos a la empresa, como para la compra de servicios de I+D», añadió.
«Sin duda, el rasgo más característico del País Vasco respecto de las otras dos regiones es el papel que juegan los Servicios de I+D, y no sólo desde el punto de vista del volumen que ocupan dentro del gasto de innovación, sino también de la forma en que involucran a las PYME en actividades de I+D. Esto está relacionado con el rol que desempeñan los Centros Tecnológicos vascos», destacó Cristina Garmendia.
Cotec atribuyó parte del mérito del desempeño innovador en Euskadi a las políticas públicas y su orientación y perseverancia a lo largo del tiempo. «Estas diferencias interregionales en las estrategias empresariales de innovación se explican en buena medida a partir de la trayectoria de las políticas regionales de innovación. Las empresas vascas cuentan con un importante colchón de financiación en las ayudas públicas, particularmente en el caso de las ayudas con fondos locales y autonómicos», señala el estudio.
«No obstante -matiza el documento- esta política no podría explicar por sí sola la alta propensión de las empresas a realizar actividades de innovación, porque los obstáculos para el desarrollo de innovaciones no se agotan con los problemas de financiación».
El análisis vuelve a lanzar una 'flor' a los centros tecnológicos al resaltar que «hace falta también que las empresas puedan disponer de una fuente de ideas que les permitan acometer proyectos innovadores, y es ahí donde el papel de los organismos que prestan servicios de I+D (y especialmente los Centros Tecnológicos) ha sido clave como una fuente de soluciones para impulsar a las empresas a innovar».
Junto a esto, Cotec puso en valor el que «las ayudas públicas también han estado presentes acompañando las actividades de estos agentes: en el caso del País Vasco, los fondos públicos para las empresas de servicios de I+D representan el 11,6% del gasto empresarial en I+D, muy por encima de la cifra de las otras dos comunidades».
Cristina Garmendia, que se felicitó de que la innovación y la I+D «estén remontando en España», según los indicadores avanzados que maneja Cotec y los datos de afiliación a la Seguridad Social ligados a estos segmentos, destacó que Euskadi ha sabido en los últimos veinte años «entender sus propias características e incentivar sus capacidades». «Los datos son muy buenos, y hay que estar orgullosos», aseguró.
Sin embargo, no dejó pasar la oportunidad para, junto al aplauso, exponer las debilidades de la realidad del I+D+i vasco, que básicamente pasan por una excesiva mirada hacia dentro, sin demasiadas conexiones internacionales. El estudio, junto a eso, resalta que la Universidad queda un tanto fuera de juego. Tapia recogió el guante y recordó que su departamento trabaja en intensificar esa colaboración internacional con, por ejemplo, la región de la Nueva Aquitania.
Ambas resaltaron la oportunidad única que va a suponer la llegada de los fondos europeos 'Next Generation', también para el impulso a la I+D, y resaltaron que «no se puede fallar». Garmendia y Tapia se mostraron confiadas en que esa remontada se note, y que los esfuerzos presupuestarios español y vasco, sumados a los recursos europeos, consoliden y hasta mejoren la posición relativa de Euskadi en el universo de la innovación y la I+D.
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