El coste de los nuevos proyectos de interconexión eléctrica con Francia se encarece 3.700 millones en cinco años
El presupuesto global de los tres grandes nuevos enlaces de la península con Europa, entre ellos el de Navarra, se dispara un 84%
La interconexión entre la subestación eléctrica de Hernani y Argia, en Francia, fue clave para recuperar el suministro en la península ibérica tras el apagón. ... Ese episodio demostró, con crudeza, que la red española y portuguesa necesita más y mejores enlaces continentales para optimizar y reforzar su seguridad ante un evento como el del pasado 28 de abril. No sólo para empezar a superar ese pobre 3% de capacidad de interconexión de la península con el resto del continente, sino para fortalecer la resiliencia energética, reducir los costes y favorecer un mercado eléctrico europeo más interconectado y competitivo.
A día de hoy, tres grandes proyectos concentran esa ambición. Son las interconexiones del Golfo de Bizkaia, que enlazará Gatika con Cubnezais, en Aquitania, y las algo menos conocidas (porque aún se encuentran en fases preliminares) Navarra-Landes y Aragón-Marsillon, todas ellas reconocidas como Proyectos de Interés Común (PCI) por la Unión Europea. Representan un salto estratégico en la capacidad de intercambio eléctrico entre la península y Francia, pero su factura no deja de crecer: desde 2020, su coste estimado ha pasado de los 4.390 millones de euros hasta alcanzar los 8.081 millones en 2025, un 84% más. Como en el caso concreto de la obra en el Golfo de Bizkaia, la principal razón del encarecimiento de las tres obras podría ser un contexto de mercado desfavorable, que ha llevado a que el precio de los principales componentes haya aumentado considerablemente.
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La interconexión del Golfo de Bizkaia es la más importante y la única que ha iniciado las obras. Su trazado submarino, de unos 370 kilómetros, conectará la subestación vizcaína de Gatika con la localidad francesa de Cubnezais, en la región de Aquitania. Añadirá 2.200 megavatios de nueva capacidad de intercambio, lo que elevará el total entre ambos países hasta 5.000 MW, un hito sin precedentes en la red ibérica. En 2020, su presupuesto era de 1.750 millones de euros. Cinco años después, la cifra alcanza los 3.100 millones, según el informe de seguimiento de Proyectos de Interés Común (PCI) publicado este mes por la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER). La previsión de finalización del proyecto es diciembre de 2028.
La letra pequeña
El enlace utiliza tecnología HVDC (corriente continua de alta tensión), imprescindible para atravesar largas distancias bajo el mar o soterradas con una mínima pérdida de energía. Este sistema requiere de subestaciones conversoras en ambos extremos para transformar la electricidad de alterna a continua y viceversa, lo que añade una complejidad y un coste considerable. El «sobrecoste» se debe, según consta en la notificación oficial de la decisión conjunta adoptada por España y Francia en 2023, a un «contexto de mercado especialmente tenso», sobre todo en los sectores que suministran «cables HVDC y estaciones conversoras». Por esta precisa cuestión, los reguladores de ambos países -la CNMC y la CRE- tuvieron que actualizar el acuerdo transfronterizo de reparto de costes que firmaron en 2017.
En este nuevo pacto, ambas autoridades reconocen oficialmente un coste corregido y estimado de 2.850 millones de euros, además de un margen de riesgo de otros 250 millones, aunque para el reparto de los sobrecostes se estableció la referencia en 2.390 millones. Ese importe base se reparte a partes iguales entre los operadores nacionales (REE y RTE), a razón de 1.195 millones cada uno. Los sobrecostes hasta 2.700 millones son asumidos en un 62,5% por Red Eléctrica y un 37,5% por su homóloga francesa, mientras que cualquier incremento adicional por encima de esa cifra se divide al 50%.
No obstante, la subvención europea otorgada a través del Mecanismo Conectar Europa (CEF) asciende ya a 578 millones de euros, y se prevé que cada operador reciba al menos 350 millones de ayuda comunitaria. También, si se observa la letra pequeña del documento, se acuerda el reparto de los costes de mantenimiento (60 % para RTE y 40 % para REE) y de los ingresos por congestión, que se dividirán equitativamente.
Avances en dos corredores
Los otros dos grandes corredores eléctricos continentales-por Navarra y por Aragón- se encuentran aún en fase preliminar y ni siquiera han comenzado a construirse, pero sus presupuestos ya se han disparado. En ambos casos, el trazado cruzará los Pirineos y, muy probablemente, requerirán soluciones soterradas en corriente continua, ya que las líneas aéreas son mucho más difíciles de llevar a cabo en zonas montañosas como las de la frontera y ambientalmente protegidas.
Por una parte, el proyecto Navarra-Landes tenía un coste previsto de 1.470 millones de euros en 2020. En 2025, la estimación asciende a 2.609 millones. La obra prevé comenzar en 2030 y finalizar en 2036. En cualquier caso, el documento de la reguladora europea agrega que «el proyecto está en fase de consideración y las estimaciones de coste son bastante inciertas».
Por su parte, el proyecto Aragón-Marsillon (Pyrenean Crossing 2) asciende de 1.170 millones a 2.372 millones. También está pendiente de tramitaciones binacionales, con horizonte de construcción a partir de 2030 y finalización prevista en 2041. Como ocurre en el Golfo de Bizkaia, los trazados soterrados requieren la instalación de estaciones conversoras, pero garantizan una mayor eficiencia y fiabilidad ya que, de lo contrario, se perdería más energía por el camino. Además, el uso de corriente continua evita la necesidad de equipar las líneas con reactancias y otros elementos correctores para gestionar potencia activa y reactiva, que sí son necesarios en la alterna, entre otras cosas.
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