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Confebask ha criticado la reforma fiscal que regirá el futuro de Euskadi durante los próximos años y que ha sido finalmente acordada entre el ... PNV, PSE y Podemos, tal y como se anunció ayer. La presidenta de la patronal vasca, Tamara Yagüe, ha asegurado este viernes en una entrevista concedida a una radio local que «tenemos que leer bien la letra pequeña, pero la sensación general es de desánimo total. Es un castigo al mundo empresarial y no entendemos».
Hay que subrayar que la nueva norma tributaria llega con un aumento de la presión fiscal a las empresas. Para ello se han introducido varias modificaciones en el impuesto de Sociedades, que grava los beneficios empresariales. Por un lado, el tipo mínimo se eleva del 17 al 19% para las empresas que no mantengan ni creen empleo, ni realicen inversiones. Además, para aquellas compañías con beneficios extraordinarios, se incrementa el tipo del 24 al 28%, de forma escalonada, cuando superen en un ejercicio el 35% del beneficio medio de los tres años anteriores.
Yagüe ha recordado que la patronal solicitó entre sus propuestas que se redujera el tipo mínimo del 17 al 15%, «como tiene el Estado u otros países europeos, y ahora lo aumentan al 19%. Ya no es pagar proporcionalmente más, sino que ahora será un impuesto más».
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Endureciendo su mensaje, la máxima dirigente de la confederación empresarial vasca ha sentenciado que la reforma «no contribuye a la competitividad ni a la atracción de proyectos tractores. Creo que es una decisión política y no se han medido las consecuencias económicas. Además, se contradicen los mensajes porque en teoría quieren hacer más grandes las empresas, se fomenta eso, y cuando lo consigues te meten más impuestos. La vaca no da más leche. Hay que recordar que para mantener el bienestar social que tenemos, todo viene de la recaudación y esa recaudación viene de las empresas».
Yagüe ha agregado que «ya propusimos 15 medidas que estaban alineadas en conseguir un crecimiento y enfocadas a la competitividad. El objetivo no era recaudar menos, sino recaudar mejor. Queríamos potenciar la actividad económica. De todas las medidas nos han hecho caso sólo a una, el aumento de las deducciones para las inversiones en proyectos de descarbonización».
Finalmente, Yagüe ha sido preguntada si con estas modificaciones en la presión fiscal a las compañías, la fiscalidad del territorio común es más beneficiosa en España que en Euskadi. Su contestación ha sido tan escueta como rotunda: «Sí». ¿Y hay algún aspecto positivo? «Está bien que se proteja a las rentas bajas y a los vulnerables, pero no que se castigue a las empresas», ha concluido.
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