Adegi presenta en sociedad su Fabrika de la Nueva Cultura, concebida como un gran «proyecto de país»

En una doble sesión -celebrada primero en Tabakalera y después en el parque empresarial de Miramón, donde tendrá su sede el que será el buque insignia de esa filosofía-, Adegi explicó su apuesta y puso 'ojos y cara' a una iniciativa con la que pretende crear «un centro de alto rendimiento para la transformación cultural de las compañías»; en primera instancia, en el territorio, pero con la vocación de ir más allá y saltar al resto de Euskadi, España y, porqué no, al mundo. El acto en Miramón sirvió para enterrar -a modo de primera piedra- un arca con los periódicos del día y la Guía de la Nueva Cultura.

En esa puesta de largo de lo que Junkera definió como «un gran proyecto de país para que nos transformemos y progresemos todos juntos», Adegi estuvo más que arropada. Tanto en el plano institucional como empresarial. No en vano, y junto al lehendakari, Iñigo Urkullu, quien aplaudió la iniciativa en concreto y también la filosofía que inspira la Nueva Cultura de Empresa, allí estaban los tres diputados generales (el guipuzcoano, Markel Olano; el vizcaíno Unai Rementeria; y el alavés, Ramiro González), la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, o los diputados de Gobernanza y Promoción Económica de Gipuzkoa, Eider Mendoza e Imanol Lasa, así como el alcalde donostiarra, Eneko Goia.

Del mismo modo, y junto a un buen número de destacados empresarios guipuzcoanos, Confebask (con su presidente, Eduardo Zubiaurre, y su director general, Eduardo Aréchaga), así como Cebek y SEA, en la persona de sus presidentes, Iñaki Garcinuño y Pascal Gómez, se sumaron al acto. De hecho, los gobiernos forales y las otras patronales vascas se incorporarán al patronato que regirá el destino de Fabrika, al que, previsiblemente, se podrán unir también empresas privadas.

Urkullu no ahorró elogios a Fabrika, al recordar que la transformación de las empresas «es hoy algo imprescindible» y que se debe «abordar todos juntos». El proyecto, añadió, «transmite la ilusión de cambiar la empresa desde las personas, desde la base, desde la formación y el talento». «Damos la bienvenida a una iniciativa que forma parte de una nueva concepción cultural de la empresa y de la economía del futuro», dijo.

El lehendakari, que recordó que Euskadi ya fue pionera en «aunar humanismo y competitividad» hasta el punto de ser calificada por algunos, aseguró, como «un referente de una tercera vía», afirmó que Fabrika «puede volvernos a poner en situación de cabeza en esta revolución de la empresa del siglo XXI».

La consejera, por su parte, no olvidó felicitar a Adegi por su «valentía» y su «insistencia» en la defensa de la Nueva Cultura de Empresa, que tuvo, recordó, «unos comienzos complicados», aludiendo a la contestación de algunos sindicatos.

«Se ha demostrado que éste era el camino adecuado, y este viernes las organizaciones y también las empresas de otros territorios de Euskadi caminan de manera natural por él», sentenció la consejera. Tapia apuntó que «si queremos ser fuertes hoy día y en el mundo global, y hablo también de las Administraciones, tenemos que pensar en las personas».

Al tiempo, resaltó que Fabrika y la Nueva Cultura de Empresa suponen una oportunidad de potenciar «al alma industrial» de Gipuzkoa y de Euskadi y de «convertir al país en un lugar atractivo para el talento, más allá de ofrecer un buen sueldo».

Markel Olano se sumó al aplauso de Urkullu y logó los valores de Adegi con los de la estrategia foral, Etorkizuna Eraikiz. Además, resaltó que la iniciativa de la patronal «sitúa en la centralidad a la empresa, como proyecto colectivo, como motor de la actividad económica y de empleo de calidad, así como de un activo por la cohesión social». Olano, que también incidió en el peso y la importancia de la industria para el territorio y el conjunto de la comunidad autónoma, subrayó el «compromiso» de la Diputación con Fabrika, y recordó que «una mayor participación de los trabajadores trae consigo mayor bienestar y mayor rendimiento económico».

Durante su intervención, Eduardo Junkera tuvo siempre palabras de agradecimiento a quienes este viernes dieron su apoyo a Fabrika y, además y ante todo, a los empresarios guipuzcoanos, de los que celebró su «generosidad», al apostar por un edificio que conlleva una inversión de cinco millones de euros que saldrán, resaltó, «de las aportaciones que esas compañías han hecho durante los últimos 42 años».

Tras recordar que sus dos inmediatos predecesores en el cargo (Pello Guibelalde y Eduardo Zubiaurre) fueron impulsores antes que él de la Nueva Cultura de Empresa, Junkera explió, emocionado, que cuando, en 2022, el edificio de Fabrika esté en funcionamiento «se habrá hecho realidad el sueño que nos ha movido todos estos años». «Este es un proyecto de país, impulsado desde Gipuzkoa, que queremos poner al servicio del país para que nos transformemos y progresemos juntos; elevando la competitividad de las empresas, la calidad de vida de las personas y el bienestar de Euskadi», concluyó.