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Opinión

Un elemento transformador

Lunes, 8 de julio 2024

Tengo la suerte de ser parte de un deporte totalmente igualitario e inclusivo. Siempre tengo presente el merecido homenaje y reconocimiento que se debe a ... esas mujeres que en el siglo pasado lucharon contra gigantes para hacerse un hueco y que han normalizado la igualdad en el atletismo. Tengo la grandísima suerte de formar parte de un deporte individual. No se entiende el bádminton sin Carolina Marín, no se entiende la natación sin Mireia Belmonte, no se entiende la halterofilia sin Lydia Valentín y tampoco el atletismo sin Ruth Beitia. Así que nunca me he sentido menos que nadie. Eso no quita para que considere que como mujer haya que seguir dando pasos, haya que seguir con la responsabilidad de luchar por la igualdad. Quiero que me consideren mujer deportista olímpica. Si no soy olímpica, evidentemente, soy deportista, y evidentemente, también soy mujer. Soy una persona que defiende a mi país igual que lo puede hacer cualquier otra persona. Así me educaron. Todos somos personas independientemente de nuestro sexo, de nuestra condición, de nuestra religión... Hay que seguir luchando por la igualdad. En este caso sí que hay un agravio comparativo quizás en los deportes de equipo, en los que las mujeres están haciendo barbaridades, están logrando resultados muy positivos para el deporte español. Y ahí sí que sigue habiendo un agravio comparativo con el mero hecho de ser mujeres. Hay una brecha económica, una brecha mediática... En fútbol tristemente ha sido necesario que haya un escándalo para avanzar hacia la igualdad. Pero en baloncesto, balonmano o waterpolo todavía queda mucho por recorrer para acortar esas diferencias. Puedo decir con orgullo que estando en el club Valencia Terra y Mar luché para que el año 2000 comenzáramos a tener seguridad social y un contrato de trabajo. Hoy parece algo normal, pero entonces no lo era. Fuimos un club pionero en hacer contratos a las mujeres y tuve la oportunidad de cotizar durante los años en los que vestí esa camiseta. Es algo que debo agradecer y de lo que me siento muy orgullosa. Siempre digo que el deporte no deja de ser algo transformador, y lo mismo dentro de las políticas del deporte. Recuerdo que en los últimos Juegos Olímpicos el Comité Olímpico Internacional decidió que los abanderados debían ser un hombre y una mujer. En países en los que la mujer aún está en un segundo plano o no es referente, darles visibilidad significa poner un grano de arena. Es un paso contundente hacia esa igualdad tan necesaria, ya no solo en España sino en el deporte a nivel mundial.Me siento muy orgullosa de ser profesora, gracias a lo que el deporte me ha enseñado. Mis dos premios más especiales son la medalla de oro que logré como deportista en los Juegos Olímpicos de Río y el fair play que me dieron en 2017, porque es lo que el deporte me ha enseñado como persona. Por lo cual me siento increíblemente orgullosa de haber sido deportista y que ahora pueda transformar todos esos valores y todo ese carácter que me ha forjado como deportista en cualquier aspecto de mi vida.De cara a los Juegos de París, en los que estaré como jefa de equipo, lo único que pido y deseo es que los deportistas salgan de la pista o de la instalación en la que compitan con la satisfacción de haber dado su 100%. Porque nunca más van a volver a llegar a estos Juegos. Llegarán otros o serán los últimos, pero esa oportunidad y ese momento nunca más va a volver a pasar. Por lo cual, que lo vivan al 100% independientemente de cuál sea el resultado.

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