«Artola nunca dice que no»
Jose Luis Zabala recuerda la creación de la escuela de pelota del Intxurre y los «viajes amenos» con el pelotari que juega este domingo la final del Manomanista
Joseba Lezeta
Alegia
Sábado, 31 de mayo 2025, 00:12
Iñaki Artola acude una tarde a la semana al frontón Elorri de Alegia para entrenar a los niños del club Intxurre, donde dio sus primeros ... pasos en la pelota. Curiosamente, compagina esa tarea con Gorka Altuna, el botillero de su rival mañana en la final del Manomanista. Rivales esta vez, compaginan sus calendarios con otros monitores para llevar a cabo esa labor de formación que tan buenos frutos ha dado en la pelota a mano de Tolosaldea durante los últimos años.
Han recogido el testigo de sus predecesores, entre ellos Jose Luis Zabala. Altzotarra de nacimiento y alegiarra de adopción, además de empleado en la CAF de Beasain, está involucrado desde 2001 en el impulso del club Intxurre. Cuenta que «el frontón Elorri se inauguró en julio de 1984. Donde se jugaba antes a pelota en Alegia era en Erbeta, frontón abierto en el que aparecía como año de inauguración 1927. Luego supimos que existe desde 1925».
Erbeta era en realidad un multiusos de la época. «Tiene pared izquierda y poseía un rebote con una puerta de acceso en la parte de abajo. Era por donde se accedía. Y al lado hay una especie de círculo para pruebas de bueyes y carreras entre korrikalaris».
Allí se prodigaban los hermanos Lasa, destacados en el campo aficionado, y Urretabizkaia, a quien llamaban Belaustegi. Existían pelotaris en Alegia. Más adelante despuntaron Ugaitz Renobales e Iker Iriarte –botillero actual de Artola–, quienes encontraban acomodo en equipos de localidades próximas como Tolosa y Amezketa para entrenarse y competir. Recopila Jose Luis Zabala que «la sociedad Gure Etxea tenía licencia en la Federación Guipuzcoana y uno de los que andaban metidos en la salsa era Mikel Iriarte, hermano de Iker».
La construcción del frontón Elorri y del campo de fútbol del mismo nombre en una zona ocupada antiguamente por una mina supone la posibilidad de un cambio que afronta un grupo de personas bajo el impulso del profesor de gimnasia Eduardo Tormo. «Nos convocó a una reunión en la sociedad Intxurre, que ya existía», recuerda Zabala. «Acudimos los padres de Artola y de Renobales, el altzotarra Zubeldia y diría que varios más. Todavía tengo presente la frase que soltó Eduardo aquel día. 'Alegian pilota kinka larrian dago (La pelota atraviesa un trance difícil en Alegia)'. Había que hacer algo y nos pusimos manos a la obra».
Un torneo en navidades
La iniciativa germinó en un torneo organizado en navidades con chavales de Alegia, Altzo, Amezketa, Ikaztegieta, Bedaio y alrededores. Nueve días de pelota. Había que encontrar la fórmula para formar a aquel grupo de niños. «Era 2001, si no estoy equivocado. Contactamos con la Federación Guipuzcoana y pedimos un presupuesto de lo que podía costar la preparación de los chavales. Nos respondieron que millón y medio de pesetas con doce niños. La cantidad subía en función del número de alumnos. Hablamos con el Ayuntamiento. Les pareció mucho dinero y nos remitieron a que encontráramos patrocinio de empresas». Así arrancaron.
Señala Zabala que «los primeros en presentarse en los entrenamientos fueron Iñaki Artola, mi hijo Beñat y sus amigos». Empezaba la aventura. «Iñaki y Beñat formaban pareja y emprendimos los viajes juntos en automóvil a los partidos».
Jose Luis Zabala guarda un excelente recuerdo de aquellos desplazamientos. «Íbamos los dos padres, Jose Antonio y yo, con nuestros hijos. Iñaki disfrutaba una barbaridad. Llamaba la atención por su positividad. Perder le disgustaba, por supuesto, pero no se enfadaba. Nunca reprochaba algo a otros, nunca se quejaba del compañero. También discutíamos sobre el valor de las matemáticas. No acababa de verlo y defendía su posición. Los viajes eran amenos».
Jose Antonio Artola, el padre de Iñaki, es natural del caserío Leizaola, donde cuida algunas cabezas de ganado. Trabajó en Irizar. Su madre, Lourdes, procede de Urnieta.
Si algo distingue al finalista alegiarra del Manomanista es su proximidad a la gente. «Si le propones algo, nunca dice que no», asegura Jose Luis Zabala. «Es monitor de pelota, enseña a los aprendices de bertsolaris y participa incluso en una obra de teatro local. Vas por la calle y le ves sentado en un banco rodeado de jubilados. En una ocasión, actuaban en Ikaztegieta por la noche. Jugaba un partido por la tarde. La gente hacía cola y allí aparece Iñaki con la bolsa de deportes al hombro. La gente le quiere por su naturalidad».
Volvamos a la pelota. «Al principio ejercía yo mismo de monitor», evoca Zabala. «Más tarde contactamos con el zaldibiarra Gurrutxaga para que se encargara de esa tarea. Posteriormente lo pusimos en manos de Pepe Flores, un alegiarra del que decían que habia preparado a Joxan Tolosa. Después empezó a acudir a los entrenamientos de Aurrera Saiaz en Tolosa. Ahora bien, mantuvo siempre la licencia del Intxurre, que lo cedía al Aurrera Saiaz».
Pelotazo en la cabeza
Nadie está a salvo de incidentes. «Como el pelotazo que recibió Iñaki en la cabeza en Oiartzun en un choque del Interpueblos. Tenía el golpe cerca de la oreja. Le dolía. No pudo seguir y lo evacuaron en ambulancia al hospital. Otro día tenía partidos de fútbol y de pelota. 'Voy a jugar una de las dos partes', me dijo. La idea era que le cambiaran en el descanso e ir por la tarde a Gartzaron. Casualidad, sufrió una rotura de fibras en el muslo antes de la sustitución».
El Interpueblos era la cita preferida de la temporada. «Antes de incorporarnos al torneo, propusimos a Bergara, campeón de 2009, enfrentarnos a ellos en un desafío. Manteníamos una excelente relación a través de Luis Mari Gutiérrez, cuyo hijo nos ayudaba en la preparación de los pelotaris. Aceptaron. Jugaba con ellos Rezusta. Comimos en Arrue. Salió bien y lo pasamos en grande. Fue el paso previo a competir en el Intepueblos, con Artola en el equipo. Prácticamente lo hemos hecho de forma ininterrumpida, salvo alguna edición que nos hemos perdido por la imposibilidad de completar el equipo».
«De aquella época es el 'Jangoixkiu' que aparece en algunas pancartas de ánimo a Iñaki», añade su antiguo monitor.
Eduardo Tormo, el valenciano que sembró la semilla en Alegia
Fue profesor de gimnasia de Iñaki Artola, que tiene pendiente una visita a su casa de Zizurkil, donde ya estaba instalado cuando impartía clases en Alegia. Eduardo Tormo es un valenciano que ronda los 80 años y que ejerció de soldador en un astillero vizcaíno antes de estudiar la carrera de Magisterio. Volvió a sembrar la semilla de la pelota en Alegia. También impulsó salidas montañeras los domingos por la mañana. «Euskaldunberri, inculcó en nosotros la necesidad de moverse», indica Jose Luis Zabala. «Al principio nos reuníamos todos los lunes a las nueve y media de la noche en la sociedad Intxurre. Le parecían bien todas nuestras ideas y las apoyaba. Quería que tomáramos la iniciativa. Iñaki le aprecia mucho».
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