Dos finalistas del mismo pueblo por octava vez en 31 ediciones

La presencia de dos pelotaris del mismo pueblo es una de las notas curiosas de las finales de la presente edición del Torneo Bankoa ABANCA-DV, programadas para este sábado a las 11.00 horas en el frontón Aritzbatalde de Zarautz. Beñat Apezetxea y Antton Apezetxea proceden de Goizueta y, a pesar de lo que invita a pensar la coincidencia de sus apellidos, no son ni hermanos ni primos.

Por cierto, no ha transcurrido mucho tiempo desde la última vez que un pelotari de Goizueta estuvo presente en las finales de esta competición. Iker Salaberria fue subcampeón de promesas en 2015 junto al beratarra Julen Martija en Zumarraga, en un partido con anécdota. El ahora delantero de Aspe no pudo acabar por lesión y Jon Alberdi le sustituyó en los últimos tantos.

Hay que remontarse más atrás para encontrar representantes de Goizueta en el palmarés. Aimar Olaizola venció en 1996 al lado de Abel Barriola en promesas, mientras que Juantxo Apezetxea se impuso mano a mano en 1992, en la primera edición del torneo, y fue subcampeón en 1993 en compañía de Almandoz.

Precisamente Juantxo es el padre de Beñat, finalista en la categoría promesas treinta años después de su progenitor, quien se caló la txapela en el Zubikoa de Oñati. No pudo repetir en la siguiente edición por parejas porque en el mismo frontón cedió 22-19 con Almandoz, de Lesaka, ante los vizcaínos Imanol Agirre y Jon Bazeta.

Antton Apezetxea, compañero de Elola en la final sénior, es a su vez hijo de Joxanton, zaguero laureado en el campo aficionado y vencedor habitual en el Torneo del Antiguo. No solo allí. Los dos ocupan la misma posición.

Es la octava ocasión en la que dos pelotaris de la misma localidad alcanzan las finales de una misma edición del Torneo Bankoa ABANCA-DV. Sin embargo, nunca ha habido tres vecinos del mismo pueblo.

Los hermanos Urretabizkaia, Unai y Beñat, lo consiguieron por partida doble y consecutiva en 1994 y 1995. Eran de Zumarraga y compañeros de pareja. Perdieron ambas por idéntico resultado, 22-16.

Curiosamente, en 1995 también hubo dos finalistas del mismo pueblo en promesas: Mikel Goñi e Iñaki Otxandorena, naturales de Oronoz-Mugaire y campeones por 22-16.

En 1998 dos manistas de Altsasu, el delantero Sueskun y el zaguero Mendiluze, se presentaron en el Beotibar de Tolosa con la intención de llevarse el título de promesas. Dicho y hecho. Ganaron 22-11.

En 2008 le llegó el turno a Zaratamo, población que vivía una época dorada dentro de las categorías inferiores. Ander Elezkano, el hermano mayor del ahora profesional Danel, intervino en la final de promesas y Mikel Urrutikoetxea, en la de mayores. Perdieron ambos, 22-21 el primero con el donostiarra Beñat Arzelus y 22-17 el segundo con Josu Uzkudun, errezildarra afincado en Azpeitia.

Más recientemente, Ataun recogió el testigo en 2015 con un pelotari en cada categoría. Iraitz Zubizarreta, delantero, se impuso con el beratarra Iñigo Martinez por 22-18 en promesas e Ibai Arratibel cayó 22-12 con el asteasuarra Xabi Urbieta en séniors. Dos ediciones después, en 2017, repitieron juntos los dos ataundarras en la máxima categoría. Con desenlace negativo. Cayeron 22-14 ante Eneko Labaka y Eskiroz.

En esta ocasión el turno es para Goizueta, cuyos dos pelotaris tomaron contacto este martes con el Aritzbatalde y eligieron material por separado. Sus preferencias son variadas y buscan diferentes estrategias para las finales.

Elola y Antton Apezetxea prefirieron dos pelotas manejables, una de Punpa y otra de Cervino, para hacer frente a Igoa y a la derecha de Ugartemendia, quienes fueron a por dos del fabricante de Lapurdi, una de ellas tosca y la más pesada: 106.3.

Beñat Apezetxea-Arroita y Unai Amiano-Loza obraron igual: una rápida y otra no tanto.

Entre las separadas por Miriam Arrillaga y Amaia Aldai hay una más viva de la de Dima.