Jaka ruega «media hora de frontón para hacer manos»
«Prima la salud y estamos cumpliendo todos los protocolos, pero activar la circulación de la sangre es vital para nosotros», señala el de Lizartza
Mantener las manos en las debidas condiciones es la gran preocupación de los pelotaris de Baiko y Aspe. Erik Jaka, inmerso en la liguilla de semifinales del Campeonato de Parejas que las empresas han detenido a causa de la crisis sanitaria, trata de encontrar una solución que no es fácil. «Me pongo dos o tres capas de esparadrapo en las manos, cojo una pelota dura y la tiro hacia arriba para recogerla con el mayor peso posible. Y dentro del garaje peloteó contra las paredes. Lo hago al mediodía para molestar lo menos posible a los vecinos con el ruido que hago».
Lanza el delantero de Lizartza un ruego a quien corresponda. «Prima la salud, no cabe duda, y los pelotaris, como el resto de los ciudadanos, estamos cumpliendo todos los protocolos. Pero activar la circulación de la sangre en las manos es vital para nuestra actividad. No poder hacer manos porque los frontones están cerrados es un problema serio para los manistas. En otros países se han tomado medidas dirigidas a los deportistas profesionales. Media hora de frontón para hacer manos nos vendría bien. Aunque fuera cada dos días. Ahora bien, cumpliremos lo que nos digan. Y si no podemos ir al frontón, pues qué le vamos a hacer».
Jaka aporta una comparación para comprender mejor la necesidad de mantener a tono sus herramientas de trabajo. «Incluso cuando estoy de vacaciones hago manos a diario. No me salto ese hábito. Después de estar un tiempo sin entrenamientos fuertes de frontón, puedes jugar con más trapo durante unos partidos. Sin embargo, esa no es solución cuando estás embarcado en todo un Campeonato de Parejas, que es lo que nos va a tocar cuando se reanude la actividad».
Mientras, durante estos días de reclusión Erik Jaka trata de llevar «una rutina diaria en nuestro piso de Tolosa, donde resido con la familia desde hace tres o cuatro años. Me despierto temprano para no pasar demasiado tiempo en la cama. Desayuno fuerte hacia las nueve de la mañana, leo las noticias del día y hacia las diez y media inicio el entrenamiento que me marca el preparador físico. Hablamos hace unos días y decidimos que fueran sesiones más largas que intensas para ocupar mejor la mañana. Después, unos estiramientos y a la ducha. Termino entre las doce y media o la una. A continuación nos sentamos a la mesa para comer».
Partidas de ajedrez
Le restan todavía muchas horas a la jornada. «Aprovecho la tarde para volver a leer algo y echarme una pequeña siesta. Luego, hago de nuevo ejercicios de estiramiento. A partir de ese momento, habilidad libre. Me gusta ver vídeos y jugar al ajedrez. Encuentro rivales para las partidas a través de unas aplicaciones. Cenamos, hacemos una tertulia en casa, vemos un poco la tele y a la cama». Así pasa los días.
El riesgo de ganar peso no supone un quebradero de cabeza para Erik Jaka. «De hecho, ya cuido bastante mi dieta durante todo el año. Comida limpia y sin pasarme en las cantidades. Adquirí estos hábitos durante el tiempo en el que sufrí problemas de tobillo. No me convenía coger peso mientras andaba con la lesión. Después he seguido igual».
Derrotado al lado de Zabaleta en la jornada inicial liguilla de semifinales después de una primera fase en la que cosecharon doce victorias en catorce jornadas, el delantero de Lizartza entiende que este parón «no le viene bien a nadie. Esto no es un paréntesis de una o dos semanas que controlas tú mismo. Desconocemos cuánto tiempo se va a prolongar, cuándo volveremos a los frontones, cuándo se reanudará el Campeonato de Parejas... La incertidumbre es total para todos. De cualquier manera, hay que mentalizarse de que debemos cumplir bien todo».