«Irujo me hizo cambiar la forma de jugar y gané más txapelas»
Aimar Olaizola, pelotari ·
El goizuetarra, que se retirará el 13 de noviembre el día de su 42 cumpleaños, asegura que «el día después no me preocupa nada»Aimar Olaizola Pelotari de BaikoUna leyenda camina en paz. Aimar Olaizola se va, tranquilo consigo mismo y con el mundo. No hay dudas sobre su lugar en la historia ... de la pelota, que ha sido su vida. Se sienta a repasarla en las butacas del rebote del frontón Ogueta, cerca de la foto del 'Ciclón' alavés que preside el recinto. Acaba de cumplimentar por última vez el reto de elegir material para un partido.
«En estos dos meses no me relajaré porque eso me sale de dentro; no sé si es una virtud o no pero tengo que hacer todo a la perfección»
TENSIÓN
– ¿Se ha quitado un peso de encima al poner fecha a la retirada?
– No es fácil acertar. Creo que lo hemos hecho y estoy contento. Aún tendré que hacer bastantes cosas en estos dos meses y medio, pero lo más complicado ya está hecho. No me relajaré, porque eso me sale de dentro. No sé si es una virtud o no, pero siempre tengo que hacer todo a la perfección, no solo el día del partido sino también los anteriores. Y estos dos meses seguiré así, no creo que me vaya a relajar.
– ¿Qué hará el 14 de noviembre?
– Estaré tranquilo. Ya habrá pasado todo. Tendré lo de la víspera, la despedida, el partido, en el pueblo... Tocará cambiar de chip. Quiero desconectar y descansar un poco. Si puedo y si me dejan, iré a cazar. Casi seguro.
– Después de 23 años de profesional, ¿teme al día después?
– No. Llevaba tiempo diciendo que a la pelota le he dado todo lo que tenía y por eso estoy tranquilo. No me preocupa para nada pensar si se me va a hacer raro o que no lo vaya poder aguantar. Estoy seguro de que estaré tranquilo. Aparte de la pelota tengo muchas cosas que me gustan, muchas aficiones. Y cuatro hijos en casa, así que no tendré tiempo para aburrirme. Y, luego, ya veré sobre la marcha. Lo primero que quiero es estar con la familia, hablar con ellos.
«El 13 de noviembre estaré tranquilo, ya habrá pasado todo y tocará cambiar el chip; si puedo y si me dejan iré a cazar»
RETIRADA
– ¿Es más fácil retirarse así, con una carrera completa y una vida ya hecha fuera de los frontones?
– Desde luego. Si eres más joven, con la sensación de que te quedan cosas por hacer, es distinto. Pero con todo lo que le he dado a la pelota, lo que la pelota me ha dado a mí y una carrera de veintipico años, creo que ya he cumplido. Aparte, la cabeza ya me estaba frenando. Habrá deportistas que el día que compiten se lo toman todo con tranquilidad, pero en mi caso, al haber sido tan maniático de hacerlo todo perfecto, llega un momento en que la cabeza te dice que 'basta'.
– ¿Se incorporará como técnico a Baiko?
– La opción puede estar ahí, pero ahora no quiero ni pensar ni hablar de eso. Quiero jugar estos dos meses. Después, si se da el caso, habría que hablar con la empresa. Ya lo he dicho más de una vez: para mí Asegarce, y luego Baiko, es mi segunda familia. Siempre me han tratado de diez. Tanto Pedro García, Karlos Arguiñano e Iñaki Gurrutxaga y ahora Joserra Garai me han dado muchísimo y yo he dado todo lo que tenía, tanto a Asegarce como a Baiko. Ya sé que no voy a tener ningún problema.
«Es más fácil retirarse así; si eres más joven, con la sensación de que te quedan cosas por hacer, es distinto»
CARRERA LARGA
– ¿Ha cambiado mucho la pelota desde que debutó?
– Han cambiado muchas cosas, empezando por el color de los frontones. Pero no diría que las pelotas en sí hayan cambiado. Siempre he visto todo tipo de pelotas, vivas, bajas... Quizá antes tenían más volumen, pero para mí no ha cambiado tanto. Pero el entorno del frontón, las televisiones...
– ¿El público?
– Sí, en los últimos años va mucha más gente joven a los frontones. Antes, la gente tenía costumbre de comer bien y con el puro al frontón. Ahora, llevamos años que en algunos sitios como Pamplona es increíble. El 90% es gente muy joven. Eso es muy bueno, sin ninguna duda. Si no va gente joven a vernos, en unos años esto se terminaría. En el verano, en los pueblos también acuden muchos jóvenes.
«Siempre he dicho que cambiar de juego me costó y fui bastante tonto; si hubiera empezado antes tendría más txapelas»
ESTILO
– ¿El gran cambio en el juego llega con la irrupción de Irujo?
– Y de Titín. Cuando debuté, todo era juego clásico, yo mismo también. Se jugaba más a bote y yo diría que Irujo y Titín cambiaron bastante. Unanue también hacía saque-remate. Esos tres pelotaris empezaron a jugar de otra manera en el cuatro y medio e Irujo también mano a mano. Cambió totalmente. Tuve que cambiar la manera de jugar porque Juan me jugaba de otra manera y si lo hacía como siempre, a bote, no le podía ganar. A mí, él me hizo cambiar la manera de jugar y me ha beneficiado.
– ¿Cuándo se da cuenta de que tiene que cambiar?
– Siempre he dicho que me costó bastante y fui bastante tonto. Nunca se puede saber, pero después de cambiar la manera de jugar tuve más triunfos que derrotas en el mano a mano. Tuve un par de años que él jugaba con el saque-remate y yo restaba a bote. Ya en la primera txapela que gané le di la vuelta porque empecé a jugar con el saque-remate. Me di cuenta de que tenía que jugar de otra manera, pero luego tienes que poder. En mi caso, yo cogí más nivel con el cambio.
«Cuando debuté todo era juego clásico; Irujo, Titín y Unanue empezaron a jugar de otra manera y Juan lo extendió al mano a mano»
RENOVACIÓN
– ¿Costó?
– Sí. Nunca se me había pasado por la cabeza que tenía que restar de aire en el mano a mano. Ni a mí ni a nadie. Era un cambio muy importante. Cuando empezamos a verles y a probar, nos dimos cuenta de que era más fácil para enfrentarnos a ellos.
– Irujo dice que la rivalidad les hizo mejores a los dos.
– Sí. Lo hemos dicho siempre. A mí me hizo cambiar la manera de jugar y con ese cambio he ganado más txapelas. Y él dice lo mismo.
– ¿Suele repasar los partidos de sus inicios?
– No me gusta, y la manera de jugar, tampoco. Muy clásico, mucho a bote... Hay opiniones de todo tipo, pero ahora se juega mucho más rápido. No me gusta verme y si hubiera empezado antes a jugar como los últimos quince años igual tendría alguna txapela más.
– ¿Cómo fue aquella rivalidad?
– Ahora hay gente a la que le gustan dos pelotaris. Antes nadie te decía soy de Aimar y me gusta Irujo o soy de Irujo y me gusta Aimar. Al que le gustaba Irujo no le gustaba Aimar, y viceversa. Ese pique que surgía entre los aficionados al final fue muy bueno para la pelota, porque iba un montón de gente, se hablaba mucho de pelota... Coincidimos los dos, y fue bueno para la pelota y para nosotros dos. No teníamos ningún problema, pero entre semana siempre había algo, que si yo sacaba pelota baja, que si él, viva... Tres o cuatro días antes del partido la gente empezaba a hablar, venía mucha más gente al frontón, había pique entre las dos aficiones pero entre nosotros no había ningún problema.
– ¿Ustedes alimentaban esa polémica?
– No sé. Diría que he sido más criticado que Juan. Siempre con que mis pelotas eran bajas, pero yo a veces también me quejaba de que las suyas eran vivas. A veces era al revés. Cada uno decíamos lo que pensábamos en ese momento y con eso la gente multiplicaba todo por diez. Pero al final es bonito y hace que entre semana se hable de pelota. Nosotros separábamos muy bien eso de la relación personal, pero a la gente le daba otro aliciente.
– ¿Se volverá a vivir un rivalidad como la Olaizola-Irujo?
– Puede ser que sí, ahora también hay pelotaris que juegan muchísimo, fenómenos, pero igual sí falta que haya dos pelotaris que tengan esa rivalidad. Eso también es difícil. Con nosotros hubo otros pelotaris que llegaron a finales, pero de veinte veces, quince nos enfrentábamos los dos. Hoy en día, hay pelotaris que siempre están ahí, como Jokin Altuna y estos, y que el abanico sea amplio no es malo, pero no hay dos pelotaris que tengan ese pique de cara a la gente.
– Aspe domina con mano de hierro los campeonatos de los últimos años. ¿Hay expectativas de que Baiko cambie la inercia?
– Tenemos una plantilla muy buena. Aparte de los que están de antes, como Urrutikoetxea y Albisu, luego hay jóvenes que ya están jugando mucho. No sé si es una racha, porque en Aspe hay muchos jóvenes que juegan mucho, figuras, que se están llevando casi todas las txapelas, pero estoy seguro de que hay pelotaris de nuestra empresa que de aquí en adelante les van a dar mucha guerra y las cosas van a cambiar un poco. De vez en cuando, algunas txapelas vendrán a Baiko.
– En su carrera ha sufrido tres lesiones graves.
– En eso siempre he sido muy positivo. Lesionarme y a las dos horas estaba ya pensando en la recuperación. Sé de compañeros que han estado varios días o semanas fastidiados, pero yo siempre lo tenía claro desde el primer minuto. Ir con el doctor Simón a donde Mikel Sánchez, que siempre me ha tratado él. Todo lo que me han dicho lo he hecho al pie de la letra. Nunca he pensado que no iba a poder recuperarme. Aparte de eso, he tenido la suerte de que haciendo todo lo que me han dicho me he recuperado perfectamente. Sin secuelas.
– Ha tenido pocos problemas de manos.
– He tenido suerte. He sido de mano grande y muy fina, y para recuperar es mucho mejor que tener mano gorda. En toda mi carrera, en 23 años y 1.300 partidos, por mal de manos no habré suspendido ni diez. Siempre las he cuidado mucho, también en casa, con vibrador, ultrasonidos... Mucha gente a esas cosas no le da importancia, pero yo ahí también he sido muy maniático. El resultado está ahí. Quitando las tres lesiones graves, en tantos años arriba en todas las competiciones he tenido suerte con las lesiones.
– Ha sido padre de gemelas. ¿Esa circunstancia ha influido en su decisión?
– Ha sido un cambio a mejor. Antes teníamos dos niños y ahora, las gemelas. Tengo suerte de que mi mujer lo suele hacer todo ella, aunque intento ayudarle lo que puedo. En este año y pico he seguido igual, en entrenamientos y partidos. Ella siempre me ha respetado eso y ahora, también. No ha influido para nada la llegada de las gemelas. Yo diría que más que nada ha sido la competición.
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