Erik Jaka y Julen Martija, por fin ellos mismos

Esta victoria forma parte de los regalos recibidos por Jaka este fin de semana. El sábado celebró su 27 cumpleaños, pero el de Lizartza esperaba al lunes para redondear la lista de obsequios. Confiaba en que Etxebarri le reservara alguno agradable, aunque fuera sin envoltorio de celofán y sudado. Lo encontró.

En cuanto Martija ha elevado su juego a niveles habituales, la figura del campeón manomanista ha crecido de forma exponencial. Ya hace dos jornadas en el Beotibar, cuando cayeron ante Elezkano II y Zabaleta, el de Lizartza completó una interesante primera parte de encuentro. La falta de colaboración desde la zaga le impidió arreglar por lo menos el marcador.

Pero el Martija de Tafalla y sobre todo el de Etxebarri poco tienen que ver con el zaguero temeroso que deambulaba sin rumbo en la primera vuelta. Gozó de derecha, encontró altura en el frontis, pegó más que Imaz, arrimó a la pared izquierda y mantuvo a raya a Urrutikoetxea.

Martija creó además un buen número de oportunidades de remate a Jaka, que sacó a relucir la calidad de su gancho y, una vez en la recta final, la del machete de zurda que tan bien domina. Acabó con doce tantos de jugada y manejó bien el saque largo.

El 16-9 no ofrecía lugar a dudas. Urrutikoetxea e Imaz limaron la desventaja para situarse a tres tantos, 16-13. Pero este Jaka y este Martija creen ya en sí mismos. Retomaron el mando de las operaciones para ganar y superar además en el averaje particular a sus rivales de ayer, ante los que perdieron 17-22 en Zumaia. Aquel día Bikuña sustituyó a Martija. No descarten que se recurra a él para los desempates.

La clasificación se enmaraña en la parte de abajo con cuatro parejas separadas por un punto a falta de tres jornadas. Cada una de ellas deparará un duelo directo entre las implicadas. Dos encontrarán premio y las otras dos caerán eliminadas.