Piragüismo

Maialen Chourraut: «Es un gran regalo poder compartir esta experiencia en familia»

– Esta vez compite también otro de casa. ¿Qué sensación tiene?

– Ayyy... Pau, Pautxito. ¿Qué te voy a decir? Le he visto crecer. Le he tenido conmigo. Es un tiburón. A Xabi, al pobre, le tenemos mareado entre los dos. Somos el día y la noche entrenando y compitiendo. Muchas veces en el día a día me ofusco porque Pau lo hace tan bien... es tan bueno... que quiero hacerlo como él y claro, yo no tengo sus recursos, no soy tan buena. Por eso a veces me enfado. ¡Lo que ha tenido que aguantar de mí este selectivo! Soy la veterana pero soy la que más trabajo da. La más pesada. Pau está ahí calmando la situación. Y Xabi, en mitad de todo, es el artífice de todo esto.

– ¿Ha dicho «como la noche y el día»?

– Sí, Pau tiene más temple. Además, es la primera vez que a los dos la misma bajada en la misma competición nos ha salido bien. Hasta ahora, le salía a uno o al otro, nunca a los dos. Le hemos dado un poco de paz al aita.

– ¿Cómo es su convivencia?

– En nuestra casa se respira 24 horas piragüismo. Somos apasionados de lo nuestro y le estamos dando vueltas todo el día. Somos muy frikis de esto.

– ¿No hablan de otra cosa?

– Poco. Del tiempo que hace... y alguna cosa más (risas).

– Sellaron la clasificación para los Juegos el mismo día y en el mismo lugar.

– Fue especial. Yo celebré mi clasificación pero es verdad que había tensión porque a Pau todavía le quedaba por hacer su bajada. Lo tenía ahí, pero se lo jugaba todo en la bajada final. La falta de confianza que tenía en mí misma se convirtió en plena confianza en él. Es un tigre compitiendo. '¡Tú lo tuyo, eh Pau!', le dije.

– ¿Se ha imaginado ya compartir equipo olímpico con quien comparte su día a día en casa?

– Será especial, pero tengo que decir que ya lo hicimos en Tokio. Pau estuvo en Tokio de abridor en los recorridos. Le seleccionaron para que hiciera la demostración de los recorridos. Fue súper bonito. Llevaron a los mejores júniors. Lo vivimos juntos. Juntos pero separados por el Covid.

– ¡Menudo orgullo de familia!

– No se pude ni describir. Imagínate la sensación. Va Xabi, va Pau, voy yo. ¡Los Etxaniz-Chourraut juntos! Se junta la veteranía con la juventud, la cautela con la forma brava de ser de Pau. Y Xabi en medio. Lo que le hemos hecho sufrir. La frescura de Pau es una pasada. Me siento muy orgullosa de él. Es un gran regalo compartir esta experiencia en familia.

– ¿Cómo se hace para coordinar una agenda tan ajetreada en casa?

– La programación la hace Xabi. Le tenemos en casa trabajando en ello. Él lo tiene todo preparado, otra cosa es que Pau y yo lo sepamos. Llevamos solo tres días desde la clasificación. Tenemos que mirar muy bien qué competiciones hacer a partir de ahora. Teníamos que llegar al selectivo en un pico, pero para París necesitamos lograr otro pico aún mejor. El trabajo de coordinación ahora es de Xabi. Hay que concretar concentraciones y demás. Pero primero, tomar aire. Hemos llegado en hipoxia a la última cita. Tenemos que recuperar oxígeno.

– Y por si fuera poco, Miren Lazkano también en el equipo.

– Le conozco desde txiki. Le he visto crecer. Aprendo mucho de estos jóvenes. Es una gozada.