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Surf

Erostarbe y Criere, en la ola olímpica

Los dos guipuzcoanos se entrenan de la mano de Aritz Aranburu en Teahupoo, en la Polinesia Francesa, donde se disputarán los Juegos Olímpicos

Álvaro Vicente

San Sebastián

Sábado, 13 de abril 2024, 07:51

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Pocos surfistas mejor que Aritz Aranburu se manejan mejor en la ola de Teahupoo. Allí fue donde eliminó a Kelly Slater cuando los dos competían en la primera división y allí es donde más ha disfrutado haciendo lo que mejor sabe hacer: tubear. Así que en cuanto Nadia Erostarbe, Andy Criere y Janire González Etxabarri lograron el billete para participar en los Juegos Olímpicos de París, el zarauztarra se puso a disposición de los tres guipuzcoanos para diseccionarles in situ los secretos de Teahupoo, la monstruosa ola que rompe sobre fondo de coral en Tahití, en la Polinesia Francesa, que acogerá la competición de surf. «Estamos aprovechando todas las horas del mundo. Son las nueve de la mañana y ya nos hemos hecho un primer entrenamiento», relata Aranburu mientras repone fuerzas con el desayuno.

Quitarse el miedo a la ola, coger confianza, conocer la zona, su gente, sus costumbres, su comida... Todo cuenta para tratar de que cuando llegue el día –la competición se celebrará durante cuatro jornadas en una ventana de 10 días, desde el 27 de julio hasta el 8 de agosto en función de las condiciones de mar–, la única preocupación de los tres guipuzcoanos sea tratar de ejecutar las mejores maniobras para optar a alguna medalla. «Ha sido una pena que no haya podido viajar también Janire pero se está recuperando de una lesión en la rodilla que le están dando la lata en los últimos meses», lamenta Aranburu.

«Los deportistas vamos a estar en un crucero, viviendo y durmiendo en un barco porque no cabemos en el pueblo», confiesa Erostarbe, anticipando lo que van a encontrar en los Juegos.

Teahupoo es una ola que rompe sobre fondo de coral en el que cualquier error puede ser incluso mortal. No todos los surfistas profesionales están capacitados para afrontarla y es por lo que su designación como sede olímpica levantó tanta polvareda. No es una ola para maniobrar y hacer virguerías como pueden ser las de playa. La ola asesina, como se le conoce, no permite el fallo. O se entra al tubo con decisión o si no es mejor ni intentarlo, así que las puntuaciones suelen ser extremas.

El donostiarra Criere ya se bautizó en Teahupoo en agosto de 2022. «Cumplí un sueño que tenía cuando era un niño», confiesa. Entonces ya pudo experimentar las sensaciones que se tienen dentro del tubo. Hoy recibe los consejos de Aranburu. No será la última vez porque antes de los Juegos, en junio, la pretensión es volver. Es probable que entonces sea más difícil hacerse hueco porque todos los competidores olímpicos andarán por allí. «Es por lo que hemos querido venir ahora, para estar más tranquilos», resume Aranburu.

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