Dos tiros, la delgada línea entre la LEB Oro y la ACB
Delteco GBC se encontró con piedras en el camino desde el primer día y solo en la segunda vuelta ha mostrado un buen nivel, insuficiente para salvarse
Si uno se pregunta cuáles han sido las claves del descenso a la LEB Oro del Gipuzkoa Basket, inmediatamente echa la vista atrás. ... Tan atrás en el tiempo como al verano pasado, tiempo de pretemporadas y hace ya casi un año. Clubes como el guipuzcoano, con pocos recursos económicos, se juegan gran parte del año en la época estival intentando retener a sus jugadores más valiosos del curso anterior e incorporando otros de perfil bajo que puedan dar la sorpresa.
No se consiguió evitar la salida de un Henk Norel sano. El Breogán pagó en julio la cláusula de salida del holandés, que se volvió a resentir de la rodilla ya en Galicia. El club donostiarra se sumergió en el mercado para encontrar a su pívot titular, uno de los dos puestos, junto al del base, más importantes en el esquema de juego de Valdeolmillos.
Un mes exacto después, se anunció la incorporación de Faverani. La apuesta era parecida a la que el Gipuzkoa Basket hizo el curso anterior con el propio Henk Norel. Firmar a un jugador cuyo rendimiento en pista no está cien por cien garantizado por su historial de lesiones. Con el holandés salió de manera excelente y con el brasileño todo lo contrario, por lo que el Delteco GBC tuvo que recurrir a Sekulic el 17 de septiembre, a dos semanas de empezar la Liga.
También es el caso de Beqa Burjanadze. Un jugador del nivel de Eurocup, pero que su año en blanco convertía su rendimiento en una incógnita. Y esta apuesta sí que ha salido bien. Al georgiano le costó empezar, algo normal debido a su larga inactividad, pero después, en los momentos más complicados, ha sido el alma del equipo. Y aunque el año se le haya podido hacer algo largo a nivel físico, ha completado su mejor actuación en la ACB. Todavía tiene 25 años.
Por otro lado, el puesto de base era la otra pata importante del equipo, y así lo ha sido, aunque con el protagonista inesperado. Llegó Jorge Gutiérrez a finales de agosto, pero lo hizo con sorpresa. El talentoso base mexicano, con experiencia en la NBA, se hizo una artroscopia y una limpieza en su rodilla en verano de la que nunca se recuperó. Por lo tanto, el equipo ya empezó con mal pie.
Cruz en los finales igualados
El equipo, tras un mal inicio de curso ante el Fuenlabrada el primer día, compitió. Lo hizo bien, pero no durante los minutos suficientes. A bote pronto, son cinco los partidos de los que uno se acuerda que se escaparon después de tener el marcador controlado. Acierto del rival, mala suerte o mala gestión del cansancio de los jugadores más importantes, pero de los diez partidos con finales apretados que ha vivido el Gipuzkoa Basket, solamente tres han terminado en el casillero de victorias.
Si las canastas, por ejemplo, de San Emeterio o Paco Cruz en la última jugada no hubiesen entrado, la Final Four de ascenso de la LEB Oro de Bilbao sería algo insignificante para la afición del Gipuzkoa Basket. Esa ha sido la delgada línea entre el descenso y la permanencia este curso. Dos acciones, de las miles que hay durante una temporada, que han marcado el futuro del club. Pero el tema a analizar no sería esas dos canastas, sino el cómo se llegó a esa situación después de tener el partido en la mano dos veces ante Zaragoza y una ante Tenerife, Manresa y Fuenlabrada.
Una reacción esperanzadora
El equipo en la segunda vuelta ha ofrecido un baloncesto totalmente distinto al de la primera mitad de la temporada. Gipuzkoa Basket ha ganado siete encuentros en el tramo mencionado, lo que le situaría el duodécimo de la ACB empatado con otros dos clubes. Ya en enero contra Manresa y Zaragoza se observaron algunos síntomas de mejora, que se confirmaron en la remontada en Gran Canaria. El parón de la Copa del Rey sirvió para tomar aire fresco con las llegadas de Matic Rebec, Nick Zeisloft y la nueva presidencia. El oxígeno tomado no ha sido el suficiente para salvarse y conservar la plaza de la Liga Endesa en las pistas, pero sí para ver un Gipuzkoa Basket diferente que marque el camino, sea en LEB o en ACB.
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