Jaque en un solo movimiento

El Gipuzkoa Basket ha cumplido con todo. Estaba dispuesto a jugar la fase final pero la FEB la suspendió. Y aquí estriba la gran diferencia, amén del convenio firmado entre FEB y ACB en el que se obliga a que haya ascensos desde la LEB Oro y que ha sido la clave en la sentencia del tribunal de Barcelona en favor del GB.

La asociación de clubes sí organizó un torneo, pero solo para dirimir el campeón. Lo podía haber hecho de igual manera para comprobar cuáles iban a ser las dos plazas de descenso. Sin embargo la votación entre los clubes fue unánime: no habría descensos. Se miró de reojo a la LEB Oro, el 25 de mayo, día en el que la FEB propuso al Delteco GB y al Valladolid como equipos ascendidos. 'Houston, tenemos un problema', se debió escuchar en la sede de la ACB. Porque si la patronal no quería ascensos, no hubo descensos pero existe un papel firmado donde pone que hay que acoger a los que ascienden, realmente la ACB se enfrentaba a un problemón.

Pero la patronal lo tenía claro. No hay sitio para 19. La actitud del organismo presidido por Antonio Martín ha dejado mucho que desear con el Gipuzkoa Basket, quien desde el principio se ha sentido como el patito feo, con el que nadie quería jugar. Se le ha pasado información tarde, no se han contestado sus peticiones y se han puesto unas trabas ilógicas a su derecho de afiliación. Ha dado la impresión de que la ACB dilataba todos los tiempos para perjudicar claramente al GB, quien ha vivido casi tres meses sin saber en qué categoría iba a competir, con todo lo que esto supone. Adiós a comunicados de otras temporadas sobre que un equipo ha presentado todo, o que tal ciudad volverá a disfrutar de la ACB. Mutis por el foro desde la patronal.

Sin embargo el Gipuzkoa Basket tenía claro que se ha ganado el derecho de disputar la Liga Endesa, con el billete dado por la federación, y lo ha llevado hasta la última instancia. Puede que haya más sorpresas porque la ACB no querrá dar su brazo a torcer e insiste en que lo mejor para la competición es la Liga de 18. Todo esto con dos descensos se hubiera resuelto de una forma impoluta.

¿Y ahora qué? Por un lado hacer el equipo y trabajar para superar esos 2,5 millones de presupuesto mínimo para hacer la plantilla más competitiva posible. Los 18 enemigos del equipo que entrenará Nicola por segundo año consecutivo piensan que ya hay un descendido seguro. Contra esa lógica también deberá luchar el Gipuzkoa Basket. Lo normal es que sea el equipo más justo de la categoría porque apenas va a tener tiempo de conformar la plantilla. Sin embargo, la presión la tienen otros. Porque como se le ocurra ganar un par de partidos seguidos, o no empezar en puestos de descenso desde el inicio, alguno se va a poner nervioso. Y esta vez no tendrá la ayuda de los otros 16 clubes compañeros de viaje para sacar adelante sus problemas mediante una votación. Cada uno se deberá sacar las castañas del fuego.