Es una expresión que se utiliza para exagerar la diferencia de juego entre un partido y otro de un mismo deporte. «Este es otro deporte». ... Recuerdo haberla dicho la última jornada del 2020, cuando después de escribir sobre el Valencia Basket-GBC, que terminó 101-75, me senté en el sofá a ver el Real Madrid-Barcelona. Qué ritmo, qué acierto. ¡Qué maravilla!
El ataque del Acunsa GBC hasta hace unas semanas era, como diría el narrador Guille Giménez, «un despiporre». El de estos dos últimos partidos ha cobrado todo el sentido del mundo. 89 y 94 puntos. Ayer, 50 al descanso. De los balones volando de un sitio a otro de la cancha hemos pasado a una ofensiva alegre, dinámica, con ritmo y con muchísimo atrevimiento.
Debe haber alguien en México que se está frotando los ojos después de ver la exhibición de Xabi Oroz ayer durante la primera mitad. En un cuarto ya había superado la mejor marca anotadora de su carrera, pero eso era lo de menos. Puso en jaque a Carles Durán tras sus dos aciertos desde el triple y tuvo que replantear la defensa. Dawson dejó de flotarle tanto y se abrieron las opciones en el poste bajo y en los cortes centrales a canasta.
En la defensa del Gipuzkoa Basket, Iñaki Martín volvió a apostar por la zona 1-3-1 combinándola con la individual a media cancha. La Penya movió el balón con rapidez y eficacia para hacerlo llegar a las esquinas, punto débil de este tipo de defensas. Es inevitable que el rival tire, y a pesar de hacerlo con porcentajes correctos, Acunsa GBC siguió siempre vivo.
La de ayer fue otra victoria de muchísimo mérito. Después de tener el partido muy difícil, con el Joventut defendiendo muy bien, GBC no bajó los brazos y encontró las vías de anotación para seguir en la pugna por el triunfo y llevarse un choque que, otra vez a base de épica, se consiguió remontar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión