Tres cortocircuitos letales

El inicio del cuadro de Odriozola fue muy bueno en ataque y notable en defensa. Lograba poner el balón en el sitio correcto en el momento adecuado, lo que permitió una gran circulación y culminar jugadas, como la de la canasta del 5-9 de Aranitovic, de la que Gregg Popovich seguro que se mostraría orgulloso. Pases, bloqueos, movimiento sin balón y, de repente, el croata recibió solo debajo del aro para anotar.

Inveready abrió una pequeña brecha en el marcador (14-19, min. 8) con un triple desde la frontal de Mateo Díaz, pero llegó el primer cortocircuito. El italoargentino volvió a intentarlo desde la misma posición en los primeros segundos de una jugada, erró y Powell anotó en transición. En la siguiente jugada Ander Martínez recibió solo en el perímetro pero, de forma extraña, no tiró y se lanzó a la zona, cometiendo una pérdida que terminó en un triple rival. Mokran también decidió sumarse a la fiesta y tiró desde siete metros de nuevo en los primeros segundos de posesión. Otro error y canasta de Paukste. Para rematar la secuencia, Ander volvió a recibir en la misma posición que anteriormente, y quizás arrepentido de no tirar, en esta ocasión sí se levantó, con la gran diferencia de que tenía a un defensor encima. Error. Powell castigó de nuevo, aunque al menos se dejó un tiro libre por el camino. En conclusión, 8-0 de parcial en dos minutos (22-19).

Tocaba remar y el GBC volvió a recuperar el pulso, aunque le costó cazar al Zamora, que metió cuatro triples en el segundo período mientras que en el bando donostiarra Nicolau hacía daño en la pintura. El pívot fue el mejor con 22 puntos y su aportación fue clave para marcharse al descanso con empate a 41.

En la reanudación, el GBC se agarró de nuevo a Nicolau. Anotó siete puntos consecutivos para lograr una renta de cuatro puntos (45-49, min. 25), pero todo no iba a ser tan bonito. Cometió su tercera falta a 5:24 del final del tercer cuarto y Odriozola lo sustituyó para protegerle con 47-49. No fue causa consecuencia, pero la siguiente vez que regresó a la pista era con 55-53 y en pleno cortocircuito -el segundo- del equipo. Buckingham había hecho el 51-53 y una pérdida de Ander y otra de Mateo dispararon al Zamora, que no dudó en correr. Canasta de Hearst, otra de Buckingham, posesión desperdiciada del Inveready y triple de Walker para cerrar un parcial de 9-0 en dos minutos (58-53).

Menos mal que varias decisiones arbitrales cuestionables a favor del Gipuzkoa Basket, con dos técnicas al Zamora de por medio, ayudaron a los guipuzcoanos a tomar aire, sumar cuatro puntos desde el tiro libre y marcharse al último cuarto tan solo un punto por debajo (60-59), pero la dinámica real y preocupante del partido seguía ahí a pesar de esos tiros libres y el triple inicial de Mokran, al que respondió Walker con dos dianas lejanas consecutivas.

Mateo Díaz recortó distancias, pero el Zamora continuó muy cómodo y se fue directo a por la victoria sin que el Gipuzkoa Basket, con tan solo dos puntos -los de Mateo- en cinco minutos apenas pudiera hacer nada para evitarlo. Canasta de Paukste, triple de Round y otro de Powell a 3:40 del final para lograr la máxima diferencia del mediodía, diez puntos (74-64), y redondear el último parcial, que fue de 14-2 en esos cinco minutos.