«Saldremos a por todas, como siempre»

Los ánimos están divididos. El presidente de la peña, Javier Vicioso, opina que «si dependiéramos de nosotros habría un plus de motivación, pero no es así y está complicado» y Raúl Apraiz es optimista a medias: cree que «ganamos al Madrid», pero sentencia que «nos vamos a la LEB porque el resto de resultados no nos van a acompañar». Miguel Rebollo, junto a Apraiz, fue uno de los valientes que viajó a Madrid para presenciar el encuentro ante el Fuenlabrada. «Ganar hoy vale, puede que estén flojitos, pero es ahora cuando te acuerdas de aquel último cuarto de allí, que lo he visto varias veces ya, y la mala gestión que se hace es tela marinera». «Veo que soy la única positiva del grupo, yo nunca doy nada por perdido y saldremos a por todas, como siempre», transmite Marian Domínguez, apoyada por Koldo Martínez, que parafrasea a Louis Van Gaal con el histórico «siempre positivo, nunca negativo».

¿A qué se puede agarrar el Gipuzkoa Basket? Como es habitual en este tipo de encuentros, el equipo inferior tiene que completar un partido más que perfecto y esperar a que el rival no tenga su día. Más allá de esta premisa, los aficionados de la Omnes Uni profundizan y creen que «al Madrid hay que jugarle muy duro, nos lo enseñó el Manresa hace cuatro años. Ser muy intensos, con rotaciones cortas», opina Apraiz. «No hay nada que perder y son ellos los que se tienen que cuidar porque tienen los playoffs por delante».

Rebollo y Domínguez coinciden en la importancia de la defensa, factor diferencial que ha impulsado al equipo a llegar a la lucha por la permanencia. Poniendo nombres propios sobre la mesa, es el de Alberto Corbacho el que sale primero. «Tiene que intimidar desde el triple en ataque», propone Rebollo, mientras que Apraiz cree que entre el alero balear y Nick Zeisloft «tienen que acumular mínimo cuarenta minutos entre los dos. Corbacho es un jugador que no engaña, sabes a dónde llega y a dónde no. Es lo que es».

Se espera un gran ambiente hoy en Illunbe. El club, con la previsión de tener la mejor entrada de la temporada, ha retirado las lonas que llevan ya años cubriendo el anillo superior de la plaza de toros. Aunque, por muy bueno que sea, no llegará al nivel del que se vivió en la única victoria del Gipuzkoa Basket al Real Madrid. Aquel 25 de marzo de 2012, con el 98-90 a favor en el marcador, fue un día inolvidable. «Aquello fue una caldera, impresionante», recuerda Vicioso.

Los miembros de la peña se asombran de la escasa gente joven que acude a Illunbe a animar. «Aquí todos somos mayores». Por eso, invitan a que vivan un partido de la manera que lo hacen ellos. «Hay mucha diferencia entre ver baloncesto sentado o de pie, no tiene nada que ver», transmite Rebollo. «Tengo 58 años y lo vivo muchísimo. De Fuenlabrada vine contento porque me lo pasé muy bien, como un enano. Es a lo que voy y por lo que pago». Domínguez dice que «me cuesta estar sentada en el partido de mi hijo, imagínate en Illunbe», que afirma que «si animas el equipo se viene arriba».

Sobre este aspecto, una de las muchas anécdotas y curiosidades que salió a la palestra en el encuentro fue que Porfi Fisac pidió la temporada pasada que el banquillo visitante de Illunbe fuese el que más próximo está a la ubicación de los aficionados de la Omnes Uni. «El año pasado dio resultado, este año lo hemos propuesto, pero... En Murcia la peña que más anima y más ruido hace está detrás del banquillo visitante, ¿por qué es eso? No es casualidad».

De todos modos, admiten la característica del aficionado guipuzcoano. «Somos muy sosos. En Anoeta ponen la Aitor Zabaleta y la gente se queja porque cantan y gritan mucho. Nosotros porque ahora en Illunbe estamos abajo, pero antes te miraban mal y la gente no quiere estar al lado nuestro. Esto no es tenis», manifiesta Apraiz.

Javier Vicioso se perdió los primeros cuatro partidos de este curso del Gipuzkoa Basket en Illunbe por una operación, y cuando fue al quinto encuentro, no reconocía a su equipo. «No sabía lo que estaba viendo, el equipo no me transmitía nada». La primera vuelta fue mala y se vivieron momentos delicados en Illunbe, casi insólitos. «Este año hemos pedido la dimisión del entrenador, pensábamos que alguien quería dejar morir el proyecto».

Sin embargo, como se mencionó en más de una ocasión, «quién diría hace dos meses que estaríamos así», y atribuyen a la reacción del equipo y del club a la entrada de Nacho Núñez en la presidencia. El presidente mantuvo una reunión con la peña de la que se salió con «ilusión y esperanza. Nos pidió nuestro apoyo, y aunque hayamos pedido la dimisión de Valdeolmillos, claro que les íbamos a apoyar».

Apraiz, por su parte, valora que «esta directiva ha entrado con ganas y se ve que hay más esperanza. ¿Ganamos al Real Madrid pero descendemos? Pues bueno, a LEB Oro. Yo sí me fío de que puedan hacer algo bonito».

Una de las acciones que se están llevando a cabo es la captación de aficionados que se está realizando en la totalidad de Gipuzkoa. «Tienes que invertir para atraer gente y me parece bien que estén intentando hacerlo ofreciendo entradas a los clubes de Gipuzkoa», opina Martínez. «Mi primo, por ejemplo, vive en Arama y le regalaron una entrada a su hijo. Vinieron, les había gustado y el chaval al salir ya estaba preguntando a ver cuándo volvían a Illunbe».

Este final de temporada, sea cual sea el resultado de este mediodía, ha dejado un mejor sabor de boca a la afición a diferencia de los anteriores descensos. «Los últimos partidos, se gane o se pierda, han sido atractivos con jugadas muy bonitas», afirma Domínguez. Vicioso añade que «podrás ganar o perder, pero por lo menos hay que dar la cara y poner ganas», mientras que Apraiz concluye que «el entrenador viene y se va; los jugadores vienen y se van; pero los que nos quedamos somos los de siempre».