Las vallas de hormigón, con fecha de caducidad en los campos guipuzcoanos
Ayuntamientos, como el donostiarra, consignan partidas para sustituirlas por estructuras metálicas que mitiguen posibles impactos de los jugadores
No hay mandato expreso de la Diputación ni de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, solo un seguimiento y recomendaciones, pero ayuntamientos de nuestro territorio han ... decidido dar un paso al frente al empezar a sustituir la vallas de cemento que delimitan los campos de fútbol por estructuras metálicas que mitiguen los posibles golpes contra las mismas. Tardará, dependerá de cada ayuntamiento, pero se acabarán quitando.
La decisión llega después de los múltiples incidentes que han ocurrido en los últimos años al chocar los futbolistas con las vallas en el transcurso de los partidos. El último, el pasado sábado en Trintxerpe, cuando un jugador cadete del Lengokoak impactó con la cabeza en la zona baja de hormigón que delimita el terreno de juego con la grada. El chaval está en casa y fuera de peligro, pero ese accidente ha vuelto a poner en la diana a las vallas de cemento que pueblan las instalaciones deportivas de nuestro territorio, casi todas municipales y gestionadas mediante concesión a clubes de fútbol.
La Diputación conoce la problemática, en el departamento de Deportes que dirige Goizane Álvarez, son conscientes de que hay campos con estructuras de cemento pero dejan en mano de los ayuntamientos la decisión de eliminarlas. «No hay un mandato», apuntan fuentes forales.
La Diputación deja a los ayuntamientos que decidan si eliminan o no las vallas de hormigón de los campos de fútbol. La Guipuzcoana de Fútbol apuesta por quitar las vallas siempre que sea posible o protegerlas con materiales blandos
Es lo que ha hecho el consistorio de San Sebastián en los campos de Martutene, Matigoxotegi y César Benito, en los que ha sustituido los cierres de hormigón columnas y vallas por postes tubulares metálicos.
Donostia Kirola es la que ha dado un paso al frente ante las reclamaciones de los clubes, preocupados sus responsables en los accidentes que se pueden producir en caso de chocar de forma brusca. En Berio se ha retirado una parte por el momento y donde no se ha actuado es en el campo de Herrera, sigue teniendo valla de cemento, porque la previsión es cerrarlo en cuanto se construya el nuevo campo de Merkear, presupuestado para este año.
¿Y la normativa qué dice?
El presidente de la Guipuzcoana está al tanto de los pasos que están dando los consistorios. Juan Luis Larrea recuerda que este es un asunto que viene de lejos, «por desgracia cada cierto tiempo tenemos noticias de accidentes», y advierte que en los campos de fútbol de nueva construcción se trata de buscar otras soluciones diferentes a las vallas de hormigón como las vallas tubulares. Larrea, que estuvo en contacto con los padres del niño accidentado en Trintxerpe, apuesta por eliminar las de cemento «siempre que se pueda» o en el peor de los casos forrarlas con «algún tipo de protección» que mitigue un posible impacto.
Nadie sabe a quién se le ocurrió poblar los campos de fútbol de vallas de cemento. En el Reglamento General de la Federación Española no se recoge nada. Es en las Reglas de Juego donde se especifica que debe haber al menos un metro de distancia entre la línea de banda y la valla. Y la FIFA va más allá. Según categorías y torneos varía su propuesta, pero fija que al menos debe existir 1,5 metros de distancia entre ambas delimitaciones.
Entonces, ¿cuáles son las soluciones? Varias, apuntan responsables de equipos de fútbol. Primero, sustituir la valla de hormigón por una de metal; segundo, aumentar la distancia entre la línea de banda y la valla. Los clubes asumen que el coste es enorme, por lo que la propuesta es más sencilla: estrechar el rectángulo de juego. «Si un campo tiene unas medidas de 90 metros de largo por 45 de ancho, se puede jugar a fútbol», recuerda un dirigente de un club de nuestro territorio. Diferente es que los clubes quieran estrecharlos.
Hernani es otro de los ayuntamientos que ha dicho adiós al hormigón en Zubipe. En otros campos, de momento y a la espera de que los ayuntamientos consignen partidas presupuestarias, se mantendrá la disposición actual del vallado con la esperanza de que no se vuelvan a repetir episodios como los de Trintxerpe.
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