San Mamés lanza billetes al Barça y le canta «a Segunda»

Poco después, desde ese fondo se comenzó a cantar «A Segunda oé» (en alusión a un posible descenso por el 'caso Negreira') y la gran mayoría de los seguidores que llenaban el estadio les secundaron. En este campo escuece mucho haber escuchado esa misma cancioncilla en el estadio del Barcelona alguna temporada que los rojiblancos han estado en apuros. Hubo otros estribillos: «Y Negreira ¿qué?» y «Laporta, ¿dónde está el dinero?

San Mamés se ha convertido así en el primer estadio de la Liga en el que el Barcelona escucha la opinión de las hinchadas rivales por el oscuro 'caso Negreira', un escándalo que ha situado a los azulgranas frente a una denuncia de la Fiscalía por pagar al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros para que le «favoreciera» en los arbitrajes.

Los culé ya saben lo que les espera a partir de ahora, cánticos acusadores y atronadoras pitadas. De hecho, apenas unas horas antes del clásico de San Mamés en el Sánchez Pizjuán hubo lluvia de billetes y cánticos de «Corrupción en la Federación» durante el Sevilla-Almería.

La protesta convocada por la grada popular Iñigo Cabacas Herri Harmaila fue secundada de forma masiva por los hinchas rojiblancos de esa zona. El acto consistía en lanzar en el minuto 30 billetes con los colores azulgranas y la palabra 'Mafia' junto al escudo del Barcelona.

Los papelitos se adueñaron del aire en la grada norte. «Descarga, imprime y llámales por su nombre. Mafia. El caso Negreira no es más que la punta del iceberg. En el minuto 30 del partido del Barça muéstrales tu enfado», apuntaron en su llamamiento público. Para obtener apoyo, los convocantes pidieron a los hinchas que se imprimieran los billetes y además, los repartieron en la calle Licenciado Poza antes del duelo.

La protesta no prendió en el vestuario del Athletic, desde no encontró ningún apoyo público. Al contrario. «No nos deberíamos meter en cosas que afectan a otros clubes», pidió Dani García, «Aunque sólo en mi opinión», matizó.

La hinchada demostró saber distinguir los dos planos. Hasta el momento de la protesta, los gritos fueron de ánimo a los suyos. Eso sí, las protestas por decisiones arbitrales que no agradaron fueron más airadas que nunca. La sensibilidad con el Barcelona y los arbitrajes está a flor de piel.