El nuevo velódromo de Gipuzkoa, más que una idea

El nuevo velódromo saldría de San Sebastián y se construiría en unos terrenos ya localizados en una localidad del centro de Gipuzkoa. Ya se han realizado diferentes estudios técnicos para comprobar la viabilidad de esa parcela para acoger la instalación, aunque no está elegida la ubicación definitiva ni cómo se tramitaría la intervención. De momento, no hay más que sondeos iniciales.

La Federación Guipuzcoana de Ciclismo no tendría problemas para abandonar el actual velódromo y permitir que la estructura pueda ser empleada para otros usos en el hipotético proyecto global de remodelación de todas las instalaciones deportivas de Anoeta, que anunció el martes el alcalde de la ciudad, Eneko Goia. En cuanto a la nueva ubicación, la federación de atletismo –que cuenta con una pista de 200 metros en el velódromo Antonio Elorza– está informada y ve con buenos ojos la posibilidad.

Aunque todo es extremadamente preliminar y no pasa de ser un primerísimo movimiento, en la Guipuzcoana gusta el modelo del velódromo de Anadia, en las afueras de Oporto, en Portugal. Inaugurado en 2009, sirve de sede de la UCI y acoge competiciones del máximo nivel en su pista de madera de 250 metros. Cumple los mejores estándares y fue construida en un tiempo récord de 18 meses. Tiene un aforo de unas mil localidades, muy proporcionado para una actividad como el ciclismo en pista que no reúne a asistencias masivas. Es una instalación pensada en la competición y los deportistas.

Cuenta con un centro de alto rendimiento, una residencia de atletas y, en unas parcelas aledañas, pistas de BMX y mountain-bike. Es sede permanente también de deportes como judo, gimnasia o esgrima, multifuncionalidad muy importante en las nuevas instalaciones deportivas de todo tipo que se construyen en los últimos años en Europa. En su interior también se han colocado pistas de baloncesto y realizado diferentes eventos.

La eficiencia energética –uno de los grandes talones de Aquiles del velódromo de Anoeta– es otra de las características de Anadia. Los pistards guipuzcoanos conocen bien la instalación, a la que acuden a competir con cierta frecuencia.

El velódromo de Anoeta recupera este fin de semana el ciclismo en pista de categoría internacional, pese a las peculiaridades de su pista. El velódromo de Donostia se construyó en 1965 y sigue dando un servicio extraordinario. Todo el mundo del ciclismo reconoce que es un lujo disponer de esa instalación, pero existe la ambición de potenciar la especialidad y para ello se estima necesario contar con una instalación en condiciones y adecuada a los tiempos.