El Laboral Kutxa domina Gorla

Asier Etxeberria (Laboral Kutxa) ganó la Subida a Gorla tras cruzar la meta de la cima bergarra junto a su compañero de equipo Unai Iribar, con Imanol Álvarez (Eiser-Hirumet) tercero cerrando el podio. Con las ausencias de Caja Rural y Lizarte por precaución tras detectarse casos positivos por coronavirus, el equipo de la Fundación Euskadi dominó la carrera.

Iribar, más rápido que su compañero, cedió la victoria al navarro después de controlar la segunda y definitiva ascensión a Gorla. El ibartarra considera que «es como una victoria, para nada estoy decepcionado por no haber sido el primero en cruzar la meta. Más que de Asier o mío, es un triunfo del equipo». Explica cómo tomaron la decisión de quién sería primero. «Cuando nos quedamos los dos, yo iba pensando que soy más rápido que él y tengo más posibilidades de ganar, porque cuando llegamos en grupos pequeños soy rápido. Él, por el contrario, es un escalador y para ganar necesita llegar solo –fue segundo en Gorla en la anterior edicion–. Además yo soy sub-23 y él, élite, así que pensaba que la victoria le iba a venir bien. Así lo han pensado también en el coche, porque nos han dicho que Asier pasara primero. Yo he sido quinto en Essor, podio en Colindres y cuarto en Estella. Llevo una buena temporada».

Gorla volvió a ser la gran carrera de siempre, y la organización del Lokatza fue extraordinaria, a pesar de todas las dificultades añadidas por la pandemia. Fue un lujo de carrera, patrimonio del ciclismo guipuzcoano que hay que saber valorar. En lo deportivo, hubo alto nivel. Iribar explica que «faltaban Caja y Lizarte, y quizá pueda quedar el regusto de ganar Gorla sin dos equipos tan fuertes, pero siempre es difícil ganar y el nivel era altísimo. El vencedor en 2018 ha sido cuarto y el ganador en Estella, quinto. Había calidad».

El Laboral Kutxa asumió la responsabilidad de la carrera y acertó. El primer paso por Gorla no fue muy rápido, ya que el filial del Euskaltel prefirió conservar el bloque tras el pinchazo de Berasategi y la caída de Azparren, para contar con ellos en el tramo final. La segunda y definitiva subida sí se hizo a tope y Etxeberria e Iribar se distanciaron del grupo de cabeza, formado a media subida por ocho unidades, para lanzarse a por la victoria. Primero salió el navarro y enseguida se le unió el guipuzcoano tras un ataque seco para que nadie se pegara a su rueda.

«Estoy bien –asegura Iribar–, y este resultado me da confianza para mirar para adelante, sobre todo al Valenciaga, que es dentro de una semana. Y más lejos, para la Santikutz Klasika de Legazpi. Quiero aprovechar este momento de forma antes del parón que puede haber si no se hacen ni la Vuelta a Navarra ni Bidasoa».

Como todos los ciclistas aficionados punteros, Unai Iribar sueña con el salto al profesionalismo. El Laboral Kutxa pertenece a la Fundación Euskadi, lo mismo que el Euskaltel profesional. «Siempre miras arriba, pero me centro en hacer mi trabajo lo mejor posible. Es cierto que al estar en la Fundación los preparadores y directores del equipo profesional nos tienen más controlados, y creo que estoy haciendo las cosas bien. A ver si tenemos ese punto de suerte o nos dan una oportunidad».