Miguel Induráin ha participado en la primera marcha Orbea Gravel de Laguardia 25 años después de su retirada

– ¿Se le puede considerar un habitual de las pruebas cicloturistas?

– He probado algunas y cada año suelo hacer cuatro o cinco. Me gustan los eventos populares del ciclismo y suelo apuntarme.

– El 9 de octubre se disputó el primer Mundial gravel con Van der Poel y Sagan entre los participantes. ¿Cuál es el aliciente de este tipo de pruebas en auge?

– Es divertido porque es una mezcla entre ciclocross, montaña y carretera. Ya venía enganchando entre el público general y así como antes a los profesionales tiraban la pista cuando acababa la temporada, ahora no pega. Va un poco por rachas. Y si encima se junta la gente buena, pues ya tiene todos los alicientes. Pogacar también quiere probar. Hoy en día los jóvenes hacen de todo y por eso dominan un poco todos los terrenos. Yo no soy mucho de gravel, prefiero el asfalto.

– ¿Cuántos kilómetros va a hacer este año?

– Ya no cuento los kilómetros que hago. No tengo obligación de hacer tantos al año. Correr por placer. Hago los que me apetece, unas épocas más, otras menos. Puede que este año más que los anteriores porque el tiempo ha acompañado mucho. Para la agricultura es una faena que no haya llovido prácticamente nada pero para andar en bici es perfecto. Otros años a estas alturas ya habría cerrado la temporada y este todavía se puede aprovechar los últimos coletazos.

– ¿Entonces de vatios no hablamos, no?

– No, no esas cosas no van conmigo. Igual que las redes sociales, nunca me han gustado, ni las de mi época, y mientras pueda aguantar sin ellas, prefiero esquivarlas.

– ¿Cuando hace malo también sale o ya está harto de mojarse?

– No, no. El andar con lluvia se acabó con mi etapa profesional.

– En las marchas, ¿sale a disfrutar del recorrido y el entorno o a competir?

– Salgo con la mentalidad de disfrutar y pasarlo bien. Lo que pasa que luego siempre te calientas un poco pero ya no da para mucho. Paso un rato apretando un poco y luego paro en algún avituallamiento y ya más tranquilo.

– ¿Puede que haya algún aficionado que le haya hecho sufrir más que en profesionales?

– No. A veces me he metido en el pique pero no tengo la obligación de exprimirme como en el Tour o la Vuelta. Aquí, si me aprietan mucho, levanto; no hay problema.

– La gente le sigue haciendo notar su cariño igual que desde el primer día que se retiró. ¿Qué es lo que más le sorprende 25 años después?

– Sobre todo la gente que vivió aquellos años, que se acuerda mejor que yo. En los eventos ciclistas la gente se me acerca y me agradece aquellos años. Cuando se habla de ciclismo, siempre suelo salir a relucir. Pero pasan tantos años que el público ya va cambiando a quién seguir y animar. Con ciclistas como Valverde y Contador ya se ha vivido un poco el cambio.

– ¿Cuánto le costó encontrar su camino una vez decidió la retirada?

– Todo parte desde el momento de la retirada, que ya es complicado y a mucha gente le ha traído problemas después. No suele ser como la jubilación, algo ya forzado, porque toca. Algunos es por lesiones, otros por aburrimiento, otros por que no se sienten en plenitud, este año porque ha habido varios por saturación psicológica. No hay un manual que te oriente hacia dónde pegar en el momento de dejarlo ni qué hacer el día después de estar dedicado tantos años y tantas horas a la misma cosa. Tienes varias puertas abiertas, pero no es lo que has hecho durante tu vida. Tengo compañeros que al final... uno bombero, otro en la oficina, otro sigue en el mundillo. Cada uno se busca su salida. Yo estoy satisfecho con lo que he hecho, especialmente dedicarme a mi familia. Al principio hice más cosas en televisión, radio, medios, en la federación, pero al final es probar, coger unas cosas, dejar otras y encontrar tu hueco otra vez.

– Estuvo presente en la edición que el Tour partió de San Sebastián en 1992. ¿Qué se puede esperar esta vez?

– Aquel año, la afición respondió muy bien ante un evento mundial y espero que el año que viene también lo haga. Les toca disfrutar de los mejores ciclistas y de un bonito espectáculo que es único. Por una vez no hará falta ir a los Pirineos, se les puede ver a la puerta de casa y eso va a motivar mucho a la gente.

– ¿Qué le parece el recorrido recién presentado?

– No le he hecho mucho caso. La salida, que es lo que más he visto, me parece dura. El primer día empieza con subidas. El segundo, Jaizkibel. Así que hay que salir atento. Luego, pocos Pirineos, Macizo Central y Alpes. No he mirado mucho pero seguro que es duro. Pero lo que más me ha sorprendido es la salida. De normal suelen diseñar etapas más asequibles.

– ¿Se acercará a ver alguna de las etapas vascas?

– Seguro que a alguna me acerco. No sé todavía cuándo, tengo que programar aún este final de año pero seguro que alguna o varias caen.

– ¿Ve a Mikel Landa o Enric Mas con opciones de podio?

– De partida no, pero lo bueno es que están en la pelea. Estar al alto nivel es complicadísimo pero lo importante es estar ahí, prepararlo y tener al equipo enfocado en ello. Luego la diferencia la suelen hacer circunstancias ajenas. Mas, si no se hubiera caído tanto este año, podría haber hecho una temporada todavía mucho mejor. Por eso, lo importante es tener la ilusión, motivación y las ganas de estar preparado para disputarlo.

– ¿Le pasó algo parecido como a Vingegaard que después de ganar el Tour necesitaba un largo período de descanso y desconexión?

– No, el primero fue el más difícil, te cambia bastante tu vida, pero yo seguí haciendo mis carreras. Es complicado pero estaba en un equipo que ya tenía experiencia en estas lides y supimos afrontarlo bastante bien.

– ¿Considera como muchos que esta ha sido la mejor temporada ciclista en años?

– No. Tenemos la memoria un poco corta ahora. Ha habido años buenísimos de ciclismo desde que lo dejé. Esta temporada ha sido intensa y lo bueno es que ha habido gente joven, diferente a otros años y que ha aportado aire fresco. Pero temporadas con etapas más disputadas ha habido varias.