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Un desafío de larga distancia
NBA

Un desafío de larga distancia

Warriors y Cavs reeditan la tercera final consecutiva en un duelo en el que la línea de tres será clave

IÑIGO PUERTA

Jueves, 1 de junio 2017, 15:27

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En la bahía de San Francisco, los tiradores más certeros reciben a la legión de LeBron James en la que se prevé la batalla de baloncesto más excitante de los últimos años. Tras la épica remontada que valió el anillo para los Cavs el año pasado, la adhesión de una superestrella como Kevin Durant a los Warriors desequilibró la liga. Nacía un superquinteto que busca la supremacía en la NBA. Sin embargo, un medido rearme dirigido desde los despachos en Cleveland equipara el poder de ambas escuadras. Los Warriors parten como favoritos, invictos en sus eliminatorias previas (12-0), pero sus rivales llegan cargados de confianza y buen juego tras arrasar en el Este con un bagaje casi perfecto (12-1). Ambas formaciones acuden sin apenas bajas, descansadas y con el objetivo de tomar posiciones a lo largo de la línea de tres puntos. Dominarla, tanto en ataque como en defensa, será la premisa de ambos entrenadores. Esta madrugada (3.00 h.-Movistar), un choque vital en el que se marcará el nivel de agresividad y ritmo de la serie, promete altas temperaturas.

  • Partido 1

  • Esta madrugada 3.00h Movistar +

  • Golden State

  • Zaza Pachulia P

  • Andre Iguodala A

  • Ian Clark E

  • David West AP

  • Patrick McCaw E

  • Shaun Livingston B

  • JaVale McGee P

  • Matt Barnes A

  • Cleveland

  • J.R. Smith E

  • Channing Frye P

  • Kyle Korver E

  • Iman Shumpert E

  • Richard Jefferson A

  • Deron Williams B

  • Derrick Williams AP

  • James Jones A

Efecto Durant

Un terremoto asoló la NBA tras la adquisición de Durant. Los Warriors eran ya invencibles sobre el papel. Lejos de crearse un problema de egos, el bloque sigue siendo granítico, gracias al cemento armado llamado Draymond Green. Asume menos tiros pero tracciona al equipo en todos los ámbitos. Distribuye, rebotea, defiende y pelea. Así Durant compone junto a Curry y Klay Thompson la 'triple amenaza' más devastadora del mundo. Tiradores de élite, que con Durant ganan espacios y décimas vitales para engranar un juego de ataque vertiginoso, altruista y preciso basado en juego sin balón y bloqueos indirectos constantes que desestabilizan cualquier defensa. Amplían el rango de tiro efectivo hasta los nueve metros. Generan lagos de espacio y autopistas hacia canasta. Pasar la bola ya no es una obligación. Es un placer.

Si a esto se añade una defensa agresiva e inteligente, repleta de ayudas, donde otra vez Green es el primero en frenar cualquier fuga, el perfil del equipo comienza a rozar la perfección. Un pequeño gran detalle culmina la arquitectura del puente al baloncesto del futuro que proponen. Stephen Curry reencarna la 'revolución de los bajitos' del 'Run TMC' de los años 90. Su baloncesto fluye desde una afiladísima técnica individual, horas de trabajo y una desbordante creatividad.

Los puntos débiles son pocos. Además de Zaza Pachulia, un rocoso pívot dedicado al trabajo sucio, el banquillo aporta veteranía y roles concretos. Andre Iguodala, MVP de las finales dos años atrás, es el sexto hombre, comodín y pulmón defensivo que tendrá que lidiar con LeBron James. Livingston, un base alto que juega desde el poste bajo. McCaw y Clark, bases-escoltas que dan respiro a los tiradores. David West, kilos en la zona y una buena media distancia y JaVale McGee, un ejecutor e intimidador sin mucho entendimiento del juego. También guardan a Matt Barnes, un experto en guerra de guerrillas.

Un rey en la sala

El crédito de LeBron está al alza y sus cotas estadísticas ya son históricas, pero necesita anillos para superar el mito de Jordan. Para ello, los Cavs no han reparado en gastos. La renovación del arsenal comenzó tras una lesión de Kevin Love que encendió las alarmas. Una Liga Regular relajada en el Este facilitó el ajuste de las nuevas incorporaciones. Kyle Korver y Deron Williams aportan experiencia con pedigrí All-Star. Junto a Derrick Williams, un ala-pívot muy móvil, avalan 48 minutos de recambios sin fisuras.

El núcleo se llama LeBron. Generador de ventajas desde el uno para uno o con un terrorífico dos para dos con Kyrie Irving. Si no hay canasta del rey, sus escuderos esperan agazapados. En Liga Regular, LeBron se ha disparado hasta las 8,7 asistencias por noche y los Cavs acreditan un 38,4% en tiros de tres. Una décima mejor que los Warriors. Todos los Cavaliers son lanzadores. Sobreatender a LeBron es dar centímetros a un tirador. No ayudar en su defensa, otra temeridad.

Kevin Love es el arma con la que los Cavs amartillan los primeros cuartos. Tristan Thompson, quien carga el rebote ofensivo y mantiene viva la posesión, mientras Irving es una superestrella en la sombra. J.R. Smith, Shumpert, Frye y Jefferson dan un extra de oxígeno y tiro. Los Cavs han mejorado ostensiblemente la defensa en playoffs, en una hoja de ruta que parecía premeditada por el 'coach' Lue. Llegan con números muy parejos a los Warriors.

Steve Kerr, el entrenador de Golden State, sigue convaleciente, pero dirigirá la orquesta desde el vestuario. Pide prudencia. «Nos enfrentamos a los actuales campeones».

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