«Fui adicto a casi todo. Les pasa a muchos, y por eso quería contarlo»
Raül Balam cuenta en un filme con su madre, Carme Ruscalleda, la salida de la droga . El cocinero sirve hoy, «muy ilusionado», la cena de clausura del ciclo en el BCC
Es hoy la película de clausura del ciclo Culinary Zinema, pero va mucho más allá de la cocina. Raül Balam, chef de éxito ... en el restaurante 'Moments' de Barcelona, y ya orgulloso de llevar la etiqueta de «hijo de Carme Ruscalleda», cuenta en el documental 'Camí lliure' su lucha por salir de la adicción a las drogas. Es un testimonio valiente y emocionante que ha tardado en ver, pese a ser el protagonista. «Al fin vi la película la semana pasada y se me saltaban las lágrimas», confesaba ayer a este periódico.
«Acepté contar mi historia porque es algo que ocurre a muchas personas, en muchas familias, y hay que normalizarlo. Es una enfermedad y hay que tratarla como tal», explica Balam, que presenta hoy la película con sus padres, Toni Balam y Carme Ruscalleda, y sirve luego la cena de clausura del ciclo gastronómico del Festival en el Basque Culinary Center. «La estamos preparando con muchísima ilusión y muy implicados con los alumnos del BCC: queremos aprender con ellos y que ellos aprendan de nosotros», dice Balam.
'Camí llliure' (Vía libre) no iba a ser en principio lo que ha terminado siendo. El director Ángel Parra y su equipo querían acercarse al cierre del Sant Pau, el tres estrellas de Ruscalleda, pero acabaron seducidos por la historia de su hijo Raül. Todo acaba saliendo en la película.
«Para la cena hemos querido implicar a fondo a los estudiantes del BCC, con los chefs del Moments y del Drag de Calella»
Balam rechazó hacerse cargo de Sant Pau, el 'triestrellado' restaurante de sus padres, Carme Ruscalleda y Toni Balam, para emprender su «camino libre» cuando ellos decidieron «jubilarse» y cerrar en octubre de 2018 con una cena de despedida que también recoge el largometraje.
«Claro que desde pequeño sufrí la etiqueta de ser 'hijo de', al principio como un lastre, pero luego no solo la terminé aceptando, sino que estoy orgulloso de ella», dice el joven cocinero. «Además, para mis amigos Carme es 'la madre de Raül, así que todo depende de la perspectiva», bromea. En ese sentido la película de clausura del ciclo tiene mucho en común con la de arranque, 'Arzak Since 1897': la complejidad de las relaciones familiares. En la inaugural, de Asier Altuna, se asiste al progresivo relevo de Juan Mari Arzak por su hija Elena y en ésta, al universo de los Balam-Ruscalleda.
«Era adicto a todas las sustancias psicoactivas, incluido el alcohol, que es de las drogas más duras aunque esté legal y socialmente aceptada», dice Balam. «Luego entré en 2013 en un centro de recuperación y ahora puedo contarlo con tranquilidad. Hasta mi abuela de 88 años entiende que es una enfermedad».
Una cena especial
Balam estará acompañado por sus padres en el estreno del documental, y luego servirá la cena de clausura en el BCC. «Hemos venido a Donostia con tres personas fundamentales en mi equipo, en el Moments de Barcelona y en el Drac de Calella, y llevamos días trabajando con los alumnos del BCC para implicarles en el proceso. Vamos a preparar varios platos clásicos que aparecen en la película, incluido el arroz por el que discuto con mi madre en el documental, y una creación especial con Nespresso». La marca de café es patrocinadora del Culinary Zinema, implicada en numerosas actividades englobadas en el marco del Zinemaldia.
El martes el valenciano Ricard Camarena sedujo con una propuesta gastronómica que acompañaba a su película, una reflexión sobre el regreso tras el confinamiento. Anoche Edorta Lamo, del Arrea! en Kanpezu, Óscar García del Baluarte de Soria y Andrea Tumbarello, del Don Giovanni en Madrid, ofrecieron una original cena en torno a la trufa.
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