Uno de los tres maestros que sigue aspirando al Trono de Lápiz
Planeta Comics publica 'Rip Kirby' del norteamericano Alex Raymond
Tres son los nombres. Cada lector tiene el suyo, claro está, pero después de más de cien años, tres son los nombres que por encima de los demás siguen luchando por alcanzar el Trono de Lápiz. Una batalla por siempre inconclusa porque tanto Harold 'Hal' Foster, como Alex Raymond y Jean Giraud/Moebius, fallecieron dejando tras de sí un legado inmenso. Pensar en lo que hicieron con 'Tarzán', 'El Príncipe Valiente', 'Flash Gordon', 'Arzach' o 'El Teniente Blueberry entre otros títulos, deja patente la inmensidad de sus obras.
Una de ellas es 'Rip Kirby', del mencionado Alexander Gillespie Raymond (New Rochelle, Nueva York, 2 de octubre de 1909 - West-post, Connecticut, 6 de septiembre de 1956), quien comenzó su vida profesional como agente de bolsa aunque, debido al crack de 1929, poco duró en semejante actividad; poseedor desde niño de un talento insólito para el dibujo, cursó a partir del desastre financiero estudios en el Grand School of Art y pronto consiguió trabajo como ayudante en la Kings Features Syndicate.
Precisamente, el Syndicate deseaba poder competir con 'Buck Rogers', serie de ciencia ficción, por lo que encarga a Raymond, ya un autor sólido, la creación de un personaje capaz de hacerlo. Es el nacimiento de 'Flash Gordon', el 7 de enero de 1934. Llegará con 'Jungle Jim', y quince días más tarde, con 'Secret Agent X-9', guiones de Dashiell Hammet.
De excepcional calidad, los lápices y entintados de Raymond alcanzan la cumbre de la perfección con Flash Gordon, pero la II Guerra Mundial se ha desatado y, en 1944, se alista en la marina estadounidense, llegando a combatir en el Pacífico a bordo del portaaviones 'Gilbert Islands'. Cree que, a su regreso, seguirá dibujando al intrépido aventurero espacial, pero el Syndicate no le ha esperado. La popularidad del personaje es tan grande que incluso le ha sobrevivido tras caer en manos del competente Austin Briggs. Decepcionado al ver que no puede recuperar su creación, Raymond amenaza con dejar la compañía, por lo que ésta le ofrece un trato: Nueva tira y la posesión de los derechos de autor, cosa en absoluto habitual entonces. De semejante maraña de acontecimientos y, probablemente, influenciado por su paso en el ejército, nace el que ha pasado a la historia del cómic como 'el primer detective moderno'.
El héroe perfecto
Rip Kirby no es tal, al menos según qué enfoque se dé al debate, pero lo que no puede discutirse es que su personalidad queda definida por Raymond a la perfección desde el primer momento. Y no tarda mucho en hacerlo, al menos en cuanto a sus capacidades y logros se refiere. Exactamente ocurre en la segunda viñeta de la famosísima primera tira de Rip, reproducida bajo estás líneas. En el titular del periódico puede leerse: «Condecorado con la Medalla al Valor, deportista famoso, científico, detective aficionado, reservista de los marines, mencionado por su valor en el Pacífico». Además de eso, el lector pronto irá descubriendo que el detective viste siempre de forma impecable, fuma en pipa, posee una educación exquisita y una sangre fría a la altura de su determinación, apoyada en un intelecto superior. Su situación económica es más que desahogada, tal y como acredita que, en su apartamento de Manhattan, vive con su mayordomo Desmond y, curioso entonces para un héroe de acción entrando en el terreno de la anécdota, lleva gafas. Sus investigaciones le llevarán a bajos fondos muy reales, donde luchará contra delitos también muy reales llevados a cabo por delincuentes muy reales, como su némesis Mangler, alejados de los caricaturizados por Dick Tracy. Su novia, Honey Dorian y otras mujeres que se sienten atraídas por un hombre que encarna lo perfecto, como la amante del mencionado villano, Pagan Lee… Es decir, un universo compacto, dentro de una tira en blanco y negro. El mejor blanco y negro de todos los tiempos.
Los datos
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Título Rip Kirby 1. 1946-1948
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Estilo Policiaco
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Páginas 312
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Precio 42,75 euros
Lo cual lleva al lenguaje del cómic. La narración, siempre la narración. Algo mal contado, algo con un solo error en el mensaje, puede ser letal. A nadie le sorprendería si se criticara gravemente una película porque en su montaje, alguien cometiera un error y las escenas a, b y c, se montaran b, c, a. Lo mismo ocurre en el cómic. La cuestión es que Raymond, desde la primera tira, imparte un master.Cuatro viñetas, las iniciales. Imposible contar más, con mayor acierto en todos los sentidos. Uno: Intro. Un mayordomo recoge una botella de leche y el periódico (así era entonces y no existía internet). Dos: Zoom de la 'cámara'. Se acerca a dicho periódico y presenta al protagonista. Tres: Interludio: Aparece Rip, pero la viñeta no es baladí. Muestra la situación social de Kirby y su personalidad amable. Cuatro: Última viñeta y los acontecimientos se disparan. Rip ya correcto en el vestir, peinado, pipa en bolsillo de la bata, y disparo. Empieza la acción, una que el lector solo podrá seguir si compra el ejemplar del día siguiente. Resumen: Plano general, plano detalle, plano americano, plano medio.
¿Es posible mejorarlo?
Inténtelo.