Resuelto parte del misterio sobre el origen de la tabla votiva de Zumaia
Un estudio realizado durante su restauración ha permitido determinar que se trata de una pieza flamenca y la fecha de su ejecución
La restauración de la tabla votiva de Martínez de Mendaro de la parroquia de San Pedro de Zumaia ha conllevado una labor de investigación ... casi detectivesca. Se trata de una pieza de gran valor del siglo XV, pero de la que se desconocía su origen artístico. Hasta ahora no se había determinado si se trataba de una obra flamenca o si era de factura hispano-flamenca.
El Euskal Itsas Museo la había solicitado para exhibirla en la exposición dedicada a Elcano. Pero antes de prestarla, y debido a su estado, se decidió restaurarla, a través del taller Aldayalde, dentro del programa Piztu Kultura de la Diputación Foral y acometer un estudio completo de la tabla y así se descubrió y origen, o al menos parte de él porque todavía quedan cosas por desvelar.
Irene Cárdaba, técnica de conservación de Gordailua, detalla el proceso que se ha seguido. En primer lugar se realizó una pequeña prueba «sencilla pero muy fiable» en la capa de la preparación, la que se encuentra entre la tabla y las capas de pinturas.
En el siglo XV los artistas y artesanos empleaban los materiales que se localizaban o se producían en su entorno y por eso se puede determinar su origen. Si la prueba da que está realizada con carbonato cálcico, se puede asegurar que es flamenca; si en cambio la composición es de yeso queda claro que el origen es hispano-flamenco. El resultado fue el primero.
Artista desconocido
Todavía se desconoce el nombre del autor. Parece que no era un artista conocido, pero si se ha atribuido a un pequeño maestro seguidor del pintor alemán Hans Memling que realizó gran parte de su trabajo en Brujas. Fue precisamente en esa ciudad belga donde se determinó que la tabla es de madera de roble del Báltico.
«En la parte de arriba de la tabla aparece la Virgen con el Niño. A la izquierda, la imagen de San Pedro y a su lado, de rodillas, el que hasta ahora se pensaba que era el donante de la tabla, Juan Martínez de Mendaro, natural de Zumaia, aunque finalmente parece que fue su padre quien realizó en encargo como un voto tras la muerte de su hijo. A la derecha se ve la imagen de Santa Catalina y detrás de él la cabeza del emperador Majencio, quien ordenó su martirio», repasa Cárdaba. La parte inferior refleja una escena naval, una de las primeras representaciones de las que se tiene conocimiento –de ahí que la solicitara el Euskal Itsas Museoa–. Se trata de la batalla de Gibraltar entre tropas castellanas y portuguesas, donde luchó y murió el zumaiarra.
Las indagaciones también han permitido afinar un poco más en la fecha en la que se ejecutó la obra. En una de las leyendas de las obras aparece 1475, pero los escudos de las naos portuguesas corresponden a un año después. La conclusión es que la data sigue el calendario pascual, donde el año comenzaba en Semana Santa. Además, parece que la obra fue realizada diez años después de la batalla.
Ahora, el siguiente paso ha sido iniciar un estudio del clima de la parroquia para que instalar la tabla en las mejores condiciones posibles con un sistema de aislamiento de la pieza y otro de deshumificadores de la zona donde se exhibe.
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