«Cómo reconstruir Notre Dame es ahora el gran debate. Y yo apuesto por respetar la historia»
Pascal Prunet, miembro del grupo de expertos que asesora el futuro de la catedral parisina, da una charla hoy en la Escuela de Arquitectura
Este hombre de bufanda amarilla y maneras de diplomático que retrata entusiasmado las esculturas de Chillida Leku es uno de los expertos elegidos para decidir ... cómo se realizará la reconstrucción de Notre Dame. «Admiro profundamente la obra de Chillida y en su momento hasta nos planteamos pedirle una obra para la reconstrucción del palacio de justicia de Toulouse. Pero el artista falleció y nos quedamos sin su obra», explica Pascal Prunet mientras pasea por esa otra catedral laica y natural que es el museo de Hernani reinaugurado este mes.
El arquitecto francés, uno de los más destacados especialistas de su país en rehabilitación y conservación de edificios históricos, visita Donostia invitado por la Escuela de Arquitectura de la UPV. Hoy a mediodía impartirá en la sede de la escuela en Ibaeta una charla abierta al público y por la tarde dará una lección con los alumnos del Máster de Rehabilitación de la mano del profesor Santos Barea, que ayer ejercía de cicerone de su colega galo.
La conferencia
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Lugar Paraninfo de la Escuela de Arquitectura, campus de Ibaeta.
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Ponente Pascal Prunet, experto en rehabilitación.
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Hora 12.00, abierta al público.
La presencia de Prunet, que ha trabajado en rehabilitaciones de edificios tan notorios como la ópera Garnier de París o las catedrales de Nantes y Nimes, cobra mayor relevancia días después de conocerse que ha sido requerido por el conservador de Notre Dame para formar parte del equipo de cuatro arquitectos que asesorará cómo debe afrontarse la reconstrucción de Notre Dame. Pascal Prunet muestra en su móvil, el mismo con el que acaba de retratar las obras de Chillida, las imágenes que tomó hace solo unos días en la destruida cubierta de la catedral parisina. «Aún me emociona ver estas imágenes con la destrucción de obras que llevan siglos presidiendo nuestra cultura», dice.
La operación Notre Dame moviliza a Francia. «Ya hemos visto que han aparecido por todos lados los medios económicos necesarios para la obra, pero el gran debate ahora es cómo hacer la reconstrucción», reflexiona en voz alta. «¿Hay que reconstruir exactamente todo tal como estaba antes de que se produjera el incendio? Técnicamente es fácil porque se trata del edificio mejor documentado de Francia, con informes detallados de cómo era cada centímetro cuadrado. Pero por otro lado sabemos que a lo largo de la historia los edificios con tanta pasado han ido cambiando con las aportaciones de cada época. Mucho del aspecto con que asociamos hoy Notre Dame se incorporó en el XIX, en aquella Francia nacionalista y romántica de Víctor Hugo».
«Notre Dame es un icono para la humanidad. No es momento de que un nuevo arquitecto deje su huella»
«La arquitectura ha sabido mantener una línea de coherencia mejor en España que en Francia»
Prunet viene de intensos debates en París con sus colegas de profesión y el gobierno. Entiende bien las dos posturas. ¿Pero cuál es la suya? Le cuesta opinar. Pero apunta que «Notre Dame es un icono, un símbolo para creyentes y no creyentes, franceses y extranjeros. Es uno de los pocos edificios del planeta que todo el mundo asume como propio, un espacio trascendente. Y yo apuesto por respetar lo que existía y mantener la apariencia que conocemos. No creo que sea el momento de dejar a uno de los grandes arquitectos de hoy que deje su huella contemporánea. Una cosa es hacer un Centro Pompidou y otra dejar hoy Notre Dame en manos de un solo profesional de hoy, por grande que sea».
Pascal Prunet ensalza la arquitectura contemporánea española («hay una línea de coherencia que va de Coderch o De la Sota a Moneo, y que no tenemos en Francia») y recuerda cuando de niño, acompañando a su padre, también arquitecto, conoció aquel Bilbao de fábricas y barcos en blanco y negro, «más dramáticamente poético que el de hoy». Hace años quiso conocer Chillida Leku «pero ya estaba cerrado». Ayer se desquitó con un paseo por el museo, «una maravillosa mezcla de luz y materia, arte y escala humana», según comentaba a medida que recorría las esculturas.
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