«Eran los dos premios que más ilusión nos hacían, así que nos damos por satisfechos»

«Antes de la gala, en la alfombra roja, nos preguntaron cuál era el premio que más ilusión nos haría. Y aparte, obviamente, del de mejor película, dijimos el de sonido y el de mejor actriz. Así que nos damos por satisfechos», relataba Jose Mari Goenaga nada más bajarse del avión que le traía de vuelta a casa y con una voz ronca que delataba una larga noche de celebración en la fiesta que el equipo de Moriarti e Irusoin habían montado en un hotel cercano al palacio deportivo donde tuvo lugar la gala de los Goya, en la que Pedro Almodóvar obtuvo siete premios Goya para su película 'Dolor y gloria'.

Se cumplieron los pronósticos y el temido efecto pinza llegó: si Almodóvar arrebató los premios más codiciados a 'La trinchera infinita', Amenábar golpeó por el lado de las categorías técnicas con 'Mientras dure la guerra', pero también otros filmes como 'Lo que arde' dejaron a los guipuzcoanos sin el premio, por ejemplo, de fotografía.

«Estamos contentos, sabíamos cuál era la situación y que estaba todo muy reñido», comentaba ayer Goenaga. «Pero cuando iba transcurriendo la gala nos empezamos a asustar pensando que nos íbamos a quedar en cero y que podíamos batir el récord de película más nominada sin Goyas».

Jon Garaño también pasó ratos de nervios, «cada vez que llegaba una categoría en la que veíamos posibilidades, como dirección artística o montaje, pero ocurrió justo lo contrario que con 'Handia'. Entonces íbamos ganando uno tras otro al comienzo de la gala, y esta vez los perdíamos. Ya empezamos a decir: 'Ojo con el rosco'. Menos mal que al final no fue así».

También hubo mucha tensión al llegar la entrega del premio a la mejor actriz. «Justo detrás de nosotros estaba sentada Marta Nieto, que era la gran competidora de Belén Cuesta, entre las dos se habían alternado los premios anteriores. Así que cuando dijeron el nombre de Belén, fue otro momento grande».

Reiteran que se sienten muy orgullosos del trabajo de los dos protagonistas, pero «Antonio de la Torre tenía asumido que era casi imposible que se lo ganara a Banderas. Así que Belén Cuesta quedaba como representante de todos los actores de la película y nosotros estamos impresionados con el trabajo que ha hecho, que era muy difícil, porque abarca 33 años del personaje, con sus altibajos y con situaciones complicadas. Y que lo borda. Así que era un Goya muy merecido».

Al escoger a Belén Cuesta, los directores colocaban a una actriz que hasta entonces había destacado sobre todo en la comedia, en todo un reto dramático. «Nos gustó su papel en 'La llamada', pero sobre todo nos interesó el de 'Kiki, el amor se hace', porque son papeles de comedia que ella vive como un drama».

Si el sonido es normalmente uno de los elementos más difíciles de valorar en una película, en 'La trinchera infinita' destaca sobremanera. El equipo guipuzcoano que se ha encargado de construir buena parte del relato únicamente a través de los sonidos que llegan del exterior del zulo en el que se encuentra el protagonista Higinio dentro de su propia casa, está formado por Iñaki Díez, Alazne Ameztoy, encargados de captar el sonido directo, y Xanti Salvador y Nacho Royo-Villanova, centrados en la construcción del espacio sonoro y las mezclas.

«En el guion ya llamaba la atención el tratamiento del sonido», destacaba ayer la zarauztarra Alazne Ameztoy. «Es un regalo para nosotros poder construir todo ese mundo con el sonido, darle un espacio». Alazne también ha trabajado en el equipo de sonido de 'Ventajas de viajar en tren', aunque en este caso no estaba nominada. Ella se encarga del sonido directo junto al pasaitarra Iñaki Díez. «El reto mayor era que los actores tenían que hablar en susurros por aquello de la clandestinidad», explica Díez, «y conseguir que las voces se entiendan bien. Con los ruidos de ambiente, era complicado». El acento andaluz dificultaba más las cosas: «Eso me preocupaba bastante en el rodaje, sin embargo en Andalucía nos han felicitado mucho por esto, dicen que lo entienden muy bien», añade Iñaki Díez, que ha trabajado en todas las películas de Moriarti, «desde que estuvimos juntos estudiando en los cursos de cine de Sarobe en Urnieta».

«Yo he estado meses con los Moriarti escogiendo cada sonido, viendo dónde tiene que ir, qué narrativa tiene», explicaba ayer Xanti Salvador. «Voy elaborando el montaje de sonido y Nacho se encarga de las mezclas. El guion permitía despegar el sonido de la pantalla y hacerlo más perceptible. Eso es más gustoso para el espectador. Hemos aprovechado el sonido para reforzar el drama en 360 grados. Normalmente trabajamos el sonido en sincronía con lo que está ocurriendo en la pantalla. Sin embargo en esta película cerca del 70% del sonido está fuera de la pantalla».

Los otros creadores vascos no tuvieron tanta suerte. El donostiarra Alberto Iglesias sí ganó su undécimo Goya con su música para 'Dolor y gloria' y la producción vizcaína 'El hoyo' logró el premio a los mejores efectos especiales, pero 'Ventajas de viajar en tren' y 'Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo' regresaron de vacío.

El diputado de Cultura Denis Itxaso felicitó a los participantes y destacó que «estar nominado en los Goya muestra la madurez del cine guipuzcoano y vasco. Contamos con un sector audaz y de gran talento».

El Festival de Cine de San Sebastián recordó que ocho películas que se presentaron en la pasada edición han conseguido un total de veinte premios Goya.