Hibai Etxebarria: «Vivimos en la cultura del kleenex»
«Todo es de usar y tirar, los discos y los artistas», dice el polifacético músico, una «navaja suiza» que mañana homenajea a Benito Lertxundi
Al final de la charla, Hibai Etxebarria (Gernika, 1980), recuerda el título de una canción de su admirado Benito Lertxundi: 'Zehazten erraza naiz'. «Pues bien: yo soy justo lo contrario, no soy nada fácil de concretar y me gusta jugar al despiste, sorprender», asegura alguien que además de multiinstrumentista y compositor, también es musicólogo, profesor, productor, actor y presentador televisivo. Hoy cantará y tocará tanto la guitarra como el piano para homenajear al bardo de Orio con una banda «de escándalo»: Gotzon 'Blues' Ereño (guitarra eléctrica), Xabi Aburruzaga (trikitixa), Alain Gallego (teclados), Xabi Barrenetxea (bajo) y Carlos Sagi (batería).
El concierto
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Cartel Hibai Etxebarria. Lugar: Sala Dabadaba (Donostia).
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Día y hora Mañana (21.00).
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Entradas 10/13 euros.
- ¿Por qué Benito Lertxundi?
- Llevo toda la vida escuchándole y mis primeros recuerdos sonoros de la infancia son de sus discos de Zuberoa. Mi aita es un fanático, una 'groupie' de Benito: nos despertaba con esas canciones, nos las ponía en el coche... Soy muy 'friki', controlo hasta sus temas más extraños, y no sé calcularlo, pero le habré visto en directo unas cien veces.
- ¿Cómo ideó el homenaje?
- Barajé diversas posibilidades y mi favorita era tocar 'Zuberoa / Askatasunaren semeei' (1977) y 'Altabizkar / Itzaltzuko bardoari' (1981) con una orquesta barroca, pero se nos salía de presupuesto. También podía haber hecho algo en clave electrónica con mi hermano Aitor Etxebarria, pero ya colaboramos en el Izar & Star dedicado a la música de David Lynch y él ahora está muy liado con la presentación de su disco 'Nihilism Part 1' (2019). Otras opciones eran actuar con el trío de jazz , aparecer solo con la guitarra en plan cantautor clásico... Pero nos ofrecieron el Kafe Antzokia y el Dabadaba y nos decantamos por un formato más rock. Les hemos dado la vuelta a las canciones, las hemos hecho muy rítmicas, con swing y un sonido de estilo Nueva Orleans...
- Le han restado solemnidad al repertorio...
- Pero no porque no nos guste la solemnidad. Yo mismo soy muy solemne en mi música, pero alternamos esos momentos con otros más rockeros y apropiados para clubes donde los conciertos se ven de pie y con una cerveza en la mano.
- ¿Por qué ha querido centrarse en el Lertxundi de los años 80?
- Queríamos recuperar canciones como 'Oskatxe', 'Denborak', 'Formak'... Hay muchas partes de su obra, especialmente las de su etapa más introspectiva, que él no suele interpretar en directo o que hace tiempo que no toca. Es un modo de reivindicar la música que se olvida porque, como decimos mi hermano Aitor y yo, vivimos en la cultura del kleenex: todo es de usar y tirar, los discos duran poquísimo, no dejan poso porque no hay tiempo, no trascienden...
- Quizá habría sido más comercial hacer versiones de 'Baldorba', 'Erribera', 'Oi ama Eskual Herri'...
- Ya, pero esos temas se los puedes escuchar hoy en día a Benito en sus conciertos porque los sigue cantando. Nosotros hemos preferido hacer un concierto especial con canciones menos habituales.
- También incluirá composiciones propias de su proyecto personal...
- Sí, serán algunos temas de mis discos 'Triptics' (2017 y 2019) que dialogan muy bien con los de Benito, que es una de las influencias más importantes de mi vida y de mi aprendizaje musical. Es un pilar fundamental, no sólo por la sonoridad de su música, sino por cómo construye las canciones. Me siento muy influenciado y agradecido.
- ¿Lertxundi está informado del homenaje?
- Hemos hablado con él y con la discográfica Elkar, que tiene los derechos de las canciones que versionaremos: me encantaría que pudiera verlo. La idea del concierto nos gusta porque se sale un poco de la línea habitual del ciclo: Benito es un artista vasco que sigue vivo y en activo. A veces parece que nos cuesta hablar bien de la gente que está viva y luego cuando un artista fallece, todo son halagos, homenajes y honores. Yo reivindico reconocerle en vida para que pueda ver cómo las generaciones posteriores respetamos y admiramos un legado tan influyente.
- Rock, jazz, heavy, rap, electrónica... Su eclecticismo apabulla.
- Yo soy músico en toda la extensión de la palabra. He estudiado clásica y jazz, pero también he mamado muchísima calle. Mi primer grupo serio lo fundé hacia los 16 años y se llamaba Oskatxe, por la canción de Benito. De adolescente sólo escuchaba heavy pero a los veintitantos me di cuenta de que por mi cerrazón me había perdido cosas muy importantes. Hace unos 20 años fundamos Critic A Chronic, considerado por algunos como el primer grupo de hip hop en euskera con raperos y DJs. Siempre me siento atraído por sonoridades nuevas porque fuera de tu zona de confort aprendes mucho más.
- Pero es que usted practica estilos antagónicos...
- Me encanta hacerlo y hay quien suele decirme, como si fuera algo negativo, que juego al despiste y que eso hace que la gente no tenga tiempo de seguirme y que yo no pueda conseguir un sonido reconocible. A mí todo eso me da igual.
- ¿Y qué hay de sus múltiples facetas profesionales?
- Soy compositor, intérprete de un montón de instrumentos, investigador, productor, presentador... Suelen decirme frases como «Quien mucho abarca poco aprieta» u «Hombre de muchos oficios, pobre seguro», pero a mí me gusta ser muchísimas cosas dentro de la música.
- ¿Necesita diversificar su actividad para salir adelante?
- A ver, yo podría ser profesor y, de hecho, lo fui de 2009 a 2017. Era una vida muy cómoda, con cierta seguridad y un sueldo a fin de mes, pero ahora he vuelto a tocar de nuevo y estoy centrado en la música porque aunque sea algo más incierto, es la mejor manera que tengo de expresarme. De todos modos, el escenario también es un buen sitio para enseñar: puedes contar historias, hacer cantar al público, invitarle a reflexionar... Mucha gente me dice que mis conciertos son pedagógicos, que sales de ellos habiendo aprendido cosas nuevas. Intento que todas mis facetas interactúen: que lo aprendido en el mundo artístico me sirva para una mejor labor educativa y que mi papel como docente me ayude a mejorar mis conciertos.
- En YouTube protagoniza usted el vídeo 'Cómo crear una canción en 15 minutos'...
- Reconozco que soy rápido en los procesos creativos y me gusta probarlo todo: soy una navaja suiza. Cuando alguien me llama genio le digo que nunca lo he sido, que lo que hay detrás es mucho trabajo, esfuerzo e ilusión. Me gusta aprender. Hace dos años no tenía ni idea de hacer videoclips y ahora soy el responsable de dirigir y montar todos los míos. Se aprende a base de meter horas y más horas, a base de observar, hacer, intentarlo y cagarla.
- También presenta con Julian Iantzi 'Ahotsak', el concurso de ETB-1 para elegir al mejor coro de Euskal Herria. ¿Ha cambiado su opinión de los talent-shows?
- No me gustan los programas que sólo sirven para crear artistas de usar y tirar, pero 'Ahotsak' no es un talent-show. Se trata de llevar el mundo coral a un espacio, el televisivo, donde no estaba. Trabajamos con coros ya formados que ofrecen su arte y a los que valoramos según criterios musicales. Me dicen que mi papel recuerda al de Risto (Mejide), pero es sólo un personaje para crear un poco de espectáculo. Está siendo un aprendizaje maravilloso para mí.