Idoia: «Mis canciones conforman un anochecer interminable»

Llegó a Donostia hace dos años para estudiar Pedagogía musical en Musikene, donde cursa segundo de carrera, y de momento, está «encantada» de vivir aquí. «Prefiero no pensar en el futuro porque me queda mucho por descubrir y aprender», asegura la artista, que también pasará por Zumaia (11 de junio) y Azpeitia (9 de julio).

– ¿Cuál fue su primer contacto con la música?

– No lo recuerdo exactamente, pero todos mis recuerdos van acompañados de canciones que han ido formando la banda sonora de mi vida. Mis padres me han educado entre canciones tanto de Pink Floyd como de Serrat y eso es lo que me hace poder beber de tantas influencias distintas. Bea, mi hermana mayor, es cantante en Londres y fue ella quién me abrió el camino hacia la música. Empecé a cantar en el coro del pueblo y después, con ocho años, decidí estudiar piano. También he cantado en coros como el Orfeón Donostiarra, Papargorri o Euskal Herriko Gazte Abesbatza.

– Empezó haciendo versiones y en YouTube tiene algunas de Berri Txarrak, Silvio Rodríguez, Rozalén... ¿Por qué decidió escribir sus canciones?

– Empecé a componer cuando conocí en el instituto a María Oses. Su poesía siempre me ha encantado y para mí es un lujo poder crear junto a una artista como ella. El año pasado me animé a escribir mis letras y me siento muy cómoda cantándolas frente al público. Esas canciones definen quién soy realmente como persona y como artista.

– ¿Idoia es usted o el nombre del grupo?

– Idoia es mi nombre, pero esas cinco letras representan todo un equipo humano que me ayuda a crecer como persona y como artista: la banda, la familia, los amigos... Estoy muy agradecida de tener a este equipazo a mi lado.

– ¿Cómo definiría 'Ilun eta abar'?

– Es un juego de palabras que parte de 'ilunabar'. El anochecer es mi momento favorito del día y me inspira mucho a la hora de componer. Al principio puse ese título al disco porque me gustaba estéticamente, pero con el tiempo me he dado cuenta de que mis canciones conforman un anochecer interminable ('eta abar').

– Parece un disco familiar, bastante autobiográfico... En 'Munstroa' hay alusiones a los monstruos bajo la cama y a su padre; en 'Refranero viejo' canta su abuelo y en 'Mundo al revés', sus hermanas...

– Aunque cada canción cuente una historia distinta, el disco en su totalidad es un viaje desde la infancia hasta la vejez, desde el día hasta la noche. Por eso se pueden ver reflejadas las etapas de la vida en mis canciones.

– Proclama cantar a, en y por la vida. ¿Es una declaración de intenciones?

– He leído mucho sobre el poder curativo que tiene la música y, en concreto, la voz en las personas. Creo que cantar da vida, pero también deberíamos cantar más a la vida. Mi objetivo principal es seguir disfrutando de la música y sobre todo no dejar nunca de cantar en y por la vida, porque cantando se alegran los corazones, como decía mi abuelo, y yo soy feliz así.

– El disco tiene también su vertiente más política: en 'Hitzetan' cita a Angela Davis, Maialen Lujanbio y Maurizia...

– Son algunos nombres femeninos que muchas veces olvidamos y deberíamos tener en cuenta cuando repasamos la historia de nuestro pueblo. El bertsolari Xabi Igoa escogió los nombres de estas tres mujeres tan representativas para la letra de 'Hitzetan', pero podrían ser otras tantas.

– ¿De qué son metáfora las sillas vacías de 'Aulki jokoa'?

– Hacen alusión a algo distinto cada vez que canto esa canción, según lo que sienta en ese momento. Me gusta que la metáfora se pueda interpretar como cada uno quiere y no definir nada en concreto. La ambigüedad del significado de la letra es una de las características de esta canción.

– Sorprende, a sus 20 años, la madurez que destilan sus canciones , el aplomo con el que canta y la riqueza de los arreglos...

– Me dejo guiar por la intuición. Mis canciones surgen cuando siento la necesidad de expresar algo que no puedo exteriorizar con palabras. Creo que esa es la magia de la música. Bebo de mis referencias musicales, pero siempre intento centrarme en lo que realmente quiero transmitir.

– Y parece igual de cómoda en el pop que en el folk...

– No me gusta definirme con un estilo en concreto, creo que todo es música y las etiquetas te pueden limitar a la hora de componer. Siempre he escuchado música de distintos géneros y, de momento, prefiero beber de todos ellos y guiarme de lo que me apetece hacer en ese instante.

– En la reseña del otro día citábamos nombres como Morgan ('Aulki jokoa') o a Izaro ('Refranero viejo'). ¿Se reconoce en ellos?

– Las comparaciones muchas veces tienen una connotación negativa, pero con el tiempo me he dado cuenta de que es un halago que me comparen con artistas que son referentes para mí. He escuchado mucho tanto a Morgan como a Izaro, así que supongo que es normal que me hayan influido a la hora de componer en mis canciones. Además, la industria musical es un mundo muy complicado. Al principio puede dar un poco de miedo y desde el primer momento me he sentido muy arropada por artistas que son referentes para mí como Olatz Salvador o la propia Izaro. El vínculo entre nosotras es muy bonito y es un auténtico placer sentir que nos tenemos las unas a las otras.