Antídoto contra el ruido
Crítica musical: Mikel Azpiroz ·
Decía Mikel Azpiroz en una entrevista con este periódico que «aún necesitamos espacios de intimidad, silencio e introspección». Y lleva razón, especialmente en estos tiempos ... de prisa, ansiedad y ruido -ruido real y virtual, que a veces puede resultar incluso más pernicioso-. En contraste, la calma presidió su concierto de piano solo de ayer, que se desarrolló «sin interrupciones»: el donostiarra sólo habló al inicio para advertir de que tocaría sin pausa once composiciones de sus discos 'Gaua' y 'Zuri'.
Gracias al programa de mano, el público intuyó que las primeras piezas de vocación nocturna fueron 'Gaur hemen' y 'Eulieta' o que los pasajes con toques de blues y jazz eran 'Gaueko arimak' y 'Agur Hank', presumiblemente dedicada a Hank Jones. Hubo aires vascos en 'Sararen dantza', cierto exotismo en 'Aingeru saltaria' y guiños mitológicos en 'Mari' y 'Sugaar', que sonó menos festiva que la original de Azpiroz para Elkano Browning Cream. Tras el blues canalla contenido en 'Batura', terminó con la arrebatadora 'Zuri' y un providencial bis, 'Garai onak', que en 2020 formará parte de su tercer disco en solitario. El reverencial silencio de la audiencia permitió escuchar el crujido de los pedales del piano y sólo fue roto por el largo aplauso final en una función que fue un antídoto contra el ruido.
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