Los museos reforzarán su oferta para el público local ante la ausencia de extranjeros

La proximidad de la frontera siempre ha jugado a favor de los museos guipuzcoanos aunque nunca con la intensidad con que lo ha hecho en los años posteriores a la desaparición de ETA. La erradicación del terrorismo ha incrementado la presencia de extranjeros en los museos del territorio hasta el punto de que el año pasado uno de cada dos visitantes procedían del exterior. La previsible caída de esa clase de turismo va a hacer que centros como el Aquarium, San Telmo, Albaola y Balenciaga vuelvan la cabeza hacia los visitantes nacionales y adecúen su oferta a la nueva realidad.

Muchos de los museos guipuzcoanos abrirán sus puertas en junio con una oferta orientada hacia el visitante local. El Aquarium, que reanudará su actividad de cara al público el 1 de junio, es consciente por ejemplo de que deberá pasar tiempo antes de que los extranjeros, que el año pasado representaron el 48,1% de sus visitas, vuelvan hacer cola ante su taquilla. El que es el museo más importante de Gipuzkoa en términos de visitantes -331.170 el año pasado- y el segundo del País Vasco después del Guggenheim sabe que la respuesta del público local va a ser decisiva en los próximos meses.

Fuentes del centro reconocen que «la apertura con una movilidad reducida va a ser un momento crítico tanto para nosotros como para el resto de los equipamientos culturales». Desde el Aquarium se pide la implicación de los locales no solo en el sostenimiento de esos equipamientos, sino también en el de comercios y establecimientos hosteleros. «Hacemos un llamamiento al consumo local a todos los niveles -comercios, hostelería o cultura- porque muchos puestos de trabajo directos e indirectos dependen de nuestras decisiones de consumo».

Los extranjeros representan también la mitad de los visitantes en el Museo Balenciaga de Getaria, que también reanudará su actividad en junio. Los responsables del centro son conscientes de que el que viene será un verano atípico tanto por las incertidumbres que plantea la situación sanitaria como por las limitaciones en los flujos de movilidad. El Museo Balenciaga tiene claro que la apuesta para por «reforzar nuestra oferta para el público local» a la espera de que el panorama se vaya despejando en los próximos meses.

Como no podía ser de otra forma, todos los museos se adaptarán a las nuevas medidas de seguridad que establezcan las autoridades, que consistirán básicamente en limitar los aforos, evitar las aglomeraciones y utilizar protectores como mascarillas. «No vamos a escatimar esfuerzos en la seguridad de los visitantes, nos adaptaremos a las directrices que se establezcan», apunta Susana Soto, del museo de San Telmo. Además de suscribir esas palabras, desde Balenciaga se recuerda que «dadas las características de nuestro museo, con amplios espacios, obra protegida con vitrina y control de accesos, creemos que la visita es perfectamente segura».