Morante de la Puebla y El Juli, las columnas sobre las que se asienta la fiesta de los toros
El diestro Daniel Luque se consolida en la Feria de Sevilla, donde explota un nuevo valor: Tomás Rufo
MANUEL HARINA
Sábado, 28 de mayo 2022, 09:19
Los años en los que el calendario coloca la Semana Santa en el mes de abril, la feria sevillana suele quedar incluso solapada con ... la de San Isidro madrileña. Eso hace que durante más de 60 días ininterrumpidamente tengan lugar festejos mayores con importantes carteles que además pueden ser seguidos diariamente y en directo a través de la televisión. Hoy vamos a hablar de toreros; de los toros, de su elección y de su juego esperaremos al final de San Isidro.
El toro, de cinco años y el torero, de veinticinco. Lo dice el refranero taurino popular; pero falla o necesita una adaptación muy concreta. En cuanto al toro ya hablaremos, pero en cuanto al torero está visto que los veinticinco deben referirse a los años de alternativa y no a la edad. Y a los hechos me remito: Morante y Sevilla, 'El Juli' y Madrid. 25 y 24 años de alternativa. Y es que ambos toreros ostentan la bicefalia, en mi opinión, del mando en la fiesta de los toros en la actualidad.
José Antonio Morante de la Puebla no salió por la Puerta del Príncipe, pero quien haya visto sus faenas el 6 y 7 de mayo en la Maestranza habrá visto la pureza del toreo en su máxima expresión por muchos años. En el toro de Núñez del Cuvillo del día 6, su homenaje a Pepe Luis con 'el cartucho de pescao' y un toreo primoroso por ambos pitones antes de que el toro se rajara. Y al día siguiente, –pasó algo parecido en Bilbao hace unos años, vio las posibilidades de 'Ballestero' de Garcigrande–, un toro por el que casi ningún espectador daba ni un duro. Fue la faena soñada, el sumun de la torería. Siete ayudados por el pitón derecho, arrastrando la franela, ligados, suelta la muñeca, rota la cintura. Hubo más series por ese pitón y por el otro con un toreo preciosista al natural. Sin palabras
'El Juli' si salió por la Puerta del Príncipe el 4 de mayo. A su técnica y a su saber de toros ha incorporado una relajación, otra postura menos forzada para estar delante de la cara del toro. Se ha convertido en esa figura de época que torea con mucha más tranquilidad y menos tensión. Y además, nadie puede dudar de la raza y de la vergüenza torera de Julián. La imagen del maestro llorando en el burladero en las Ventas dicen mucho de él.
Su actuación en esa corrida de 'La Quinta' había sido sobresaliente. Una oreja en su primero al que había toreado excepcionalmente con el capote y una lidia al quinto de autentico magisterio. Lección de conocimiento del toro, de los terrenos, de los tiempos; de saber cómo y cuándo citar y obligar al toro, de enseñarle quien es el que marca la lidia, y entonces torear a placer, templando, dejándose ir, abandonándose, entregándose. Y pinchó por dos veces y el triunfo se escapó. Y lloró de rabia. Fue el 11 de mayo.
Poderoso y artista
Entre Sevilla y lo que hemos visto de Madrid, la consolidación, esperemos definitiva, de un torero poderoso y artista como Daniel Luque, y la irrupción arrolladora de una joven promesa que cuenta sus actuaciones como triunfos: Tomás Rufo. Y con ellos, toreros enrazados como Ginés Marin o Joselito Adame, valientes como Roca Rey o Leo Valádez, llamando a la puerta como Álvaro Lorenzo o Ángel Téllez, siempre esperados como Juan Ortega o Pablo Aguado, profesionales como Manuel Escribano, indefinidos como Alejandro Talavante, asentados como Diego Urdiales o José María Manzanares y peculiares como Paco Ureña y Antonio Ferrera.
Y antes de terminar dos consideraciones: la primera, las excelentes entradas que se están produciendo no sólo en las ferias sino en caso todas las plazas este año 2022; y por otro lado la importante disparidad de criterios entre los presidentes de las corridas que se turnan en esas ferias como Sevilla o Madrid. Deberían aunar dichos criterios sobre todo en la concesión de trofeos.
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