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Marcos Regueiro y Carmela Moral, en la 'Mesa de Luca Pacioli'.

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Marcos Regueiro y Carmela Moral, en la 'Mesa de Luca Pacioli'.

«Mi madre ha podido ver Chillida Leku desde su casa de París a través de la cámara de mi móvil»

El museo recibió una notable afluencia de público a pesar de la lluvia, en vísperas del vigésimo aniversario de la muerte del artista

Alberto Moyano

San Sebastián

Viernes, 19 de agosto 2022

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Un hombre joven 'peina' a fondo con la cámara de su móvil cada rincón del interior del caserío Zabalaga de Chillida Leku. ¿Grabando un vídeo vacacional como recuerdo de su visita al museo? Podría ser, pero no: está mostrando las esculturas por videoconferencia a su madre, que las contempla desde su domicilio en París. «Mi padre era un gran admirador de Chillida y fue quien introdujo esta pasión en familia. Falleció hace dos años y ahora, cuando contemplo una escultura de Chillida es como si estuviera con mi padre».

En vísperas del vigésimo aniversario de la muerte del escultor donostiarra, Mathieu de Carbonnel acudió ayer a Chillida Leku sin estar al tanto de esta efeméride –como el resto de los visitantes consultados ayer para realizar este reportaje–, pero su conocimiento de la obra del artista es bastante exhaustivo. «Conocimos su obra primero por la escultura instalada frente la embajada francesa en Washington y después, por la que está en Nueva York». Y si es cierto que prácticamente ninguno de los visitantes conociera que hoy se cumplen veinte años del fallecimiento de Chillida, también lo es que fueron varios los que buscaron y localizaron la tumba del escultor, una vez enterados de la efeméride.

Residente en Basilea y con familia en la localidad vascofrancesa de Ascain, Mathieu mostró las obras expuestas en Zabalaga a su madre, pianista de profesión, que se mostró «maravillada» con las imágenes que le llegaban a través del móvil porque «para ella es tiempo, espacio y luz. Chillida evoca la humanidad a través de un arte que sale del corazón», aseguraba este visitante, que recorría ayer las campas del museo hernaniarra, junto a su hija pequeña y de varios familiares.

Las intensas lluvias que acompañaron a los primeros visitantes de Chillida Leku durante la mañana de ayer hacían presagiar una jornada un tanto desangelada: no fue así. A medida que pasaban las horas, la afluencia de público fue en aumento. De los primeros en llegar fueron Juan Enrich y Elena Batsums, vecinos de Vilafranca del Penedès, que visitaban por tercera vez el museo. «La primera vez fue hace unos quince años, con nuestra hija y cuando Chillida Leku aún lo llevaba la familia. Luego regresamos con unos amigos y hoy, que hemos improvisado la excursión» desde Zarautz donde pasan las vacaciones. «Nos gusta mucho Chillida, de nuestros artistas favoritos junto a Tàpies», aseguraban, antes que añadir que «la lluvia no nos asusta. Al contrario, fenomenal porque hay poca gente y una luz muy buena».

En línea con la tendencia habitual del museo, ayer también hubo mayoría de visitantes catalanes entre las personas que aprovecharon la lluviosa jornada para se acercarse a contemplar las obras del escultor fallecido el 19 de agosto de 2002. Era también el caso de los barceloneses Cristina Goñi y Javier Martí que acudieron al museo atraídos por el reclamo que ejercen las dos obras públicas de Eduardo Chillida en la capital catalana: 'Topos V', en la Plaza del Rey, y la impresionante 'Elogio del agua', en el Parque de la Creueta del Coll. «Estoy disfrutándolo. Vas por el mundo y te vas encontrando obras suyas por todos los lugares», comentaba Goñi, mientras que Martí coincidía en alabar «las esculturas, al igual que el entorno del museo», pero en su condición de arquitecto, reconocía estar «disfrutando especialmente del caserío».

También arquitecto y también de Barcelona era Jaime Pastor, que recorría el museo en compañía de su mujer, Loli Costa. «Nos hacía ilusión conocer esto, un lugar muy interesante con una entorno precioso». Reconocía que con buen tiempo «lo disfrutaríamos más, pero no nos hemos acobardado. Además, éste es el clima típicamente cantábrico», asumía con buen talante esta pareja que, desde Azpeitia, recorre estos días el País Vasco.

La intervención del paisajista

Los zaragozanos Javier Cerezuela y María Jesús Salvoch aprovecharon sus vacaciones en Zarautz para acercarse a Chillida Leku y conocer mejor la obra de un artista a quien descubrieron a través de un documental que vieron en televisión. «Estamos de suerte viendo llover», comentaban con humor.

Carmela Moral y Marcos Regueiro se acercaron a Zabalaga bajo el influjo de la obra 'Porta da música' instalada en el parque de Santo Domingo de Bonaval de Santiago de Compostela. Pero también tenían un aliciente añadido e inusual: admirar la intervención del paisajista holandés Piet Oudolf en los jardines de Chillida Leku. «No es que hayamos venido por eso, pero nos ha gustado verla porque nosotros también nos dedicamos a eso mismo». En cualquier caso, reconocían tener «muchas ganas de venir a descubrir este lugar espectacular. Hace unos días fuimos a ver el 'Peine del Viento'», comentaba la pareja junto a la 'Mesa de Luca Pacioli'.

Las barcelonesas Maïs Jorba y sus amigas Blanca y Mertxe Cia, que barajaban dedicar la tarde a visitar la exposición 'Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60', sí tenían decidido que el día de hoy lo dedicarían en parte a conocer el Museo de la Fundación Oteiza en Alzuza, que además les queda cerca ya que están alojadas en el pueblo navarro de Ukar. «Es difícil encontrar un sitio como Chillida Leku. La pena es que no sea un parque público, aunque ya comprendemos que hay que cobrar una entrada para los gastos de mantenimiento», comentaban. En su condición de escultora, Jorba reconocía una cierta influencia de Chillida en su obra, «como también la de otros contemporáneos. Y en todos veo que pasaron de los figurativo a lo abstracto. Por ejemplo, Henry Moore es más sensual y Chillida, más contundente, pero en los dos se ven sus experimentos con el vacío». Y destacaba el decisivo papel que jugó Pilar Belzunce en la carrera artística de Chillida.

La cifra de visitantes se ha incrementado en un 168% este año

La normalización tras la pandemia de las condiciones de visita del museo se ha dejado notar en las cifras de público. Si el pasado, entre enero y julio Chillida Leku recibió 16.176 visitantes, en el mismo período de este año han sido 25.603 las personas que se han acercado al museo, lo que supone un incremento del 168%. En cuanto a las visitas guiadas, los siete primeros meses de 2021, fueron 571 los que optaron por este formato de visita, frente a los 1.666 que lo han hecho en el mismo período de este año, según los datos facilitados por el museo de Hernani.

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