«De una mujer se espera que cuide a su familia, renuncie y sea abnegada»
Begoña Gómez Urzaiz investiga en 'Las abandonadoras' por qué algunas madres reconocidas y famosas dejaron a sus hijos
El libro de Begoña Gómez Urzaiz (Tarragona, 1980) surge de una pregunta '¿Cómo una madre puede abandonar a su hijo?'. El resultado es una ... indagación acerca del porqué Muriel Spark, Doris Lessing, Ingrid Bergman, María Montesori, Mercè Rodoreda, Gala Dalí o Joni Mitchel vivieron maternidades turbulentas y al límite o fueron directamente madres negligentes. «Intenté ser generosa y no dogmática, respondiendo a una pregunta que me persigue: '¿qué clase de madre abandona a un hijo?'», dice la autora.
– Su libro comienza con una indagación. ¿Ha entendido algo más sobre esas madres que abandonan a sus hijos?
– Sobre todo las he entendido a ellas, a las madres a las que me he acercado. Y no he llegado a ninguna conclusión. La pregunta sigue abierta al final del libro y lo más parecido a una respuesta es que cualquier madre puede llegar a abandonar a sus hijos desde múltiples lugares. Sí veo patrones comunes entre ellas: todas comparten una incomodidad con el papel de madres que se les ha asignado. Algunas ni siquiera quisieron ser madres. Les vino dado por la vida y por el mandato social. Y otras, no es que no quisieran tener hijos, sino ser madres, algo un poco distinto.
– Asociaciones como el Club de Malasmadres piden romper con el mito de la madre perfecta. Usted va más lejos...
– Sí. Creo que la maternidad ya está desmitificada. La idea de la mala madre se ha homologado al discurso pero no son estas madres de las que yo me ocupo en el libro. Creo que es momento de explorar algunos rincones oscuros en torno a la maternidad, como la posibilidad de que una madre abandone a sus hijos.
– En el libro se habla de las ambivalencias de la maternidad.
– Por suerte cada vez hay más voces que están descubriéndolas. La principal es el priorizar la maternidad sobre cualquier cosa que también forma parte de la vida de una madre.
– ¿Es posible salir de ellas?
– Incide la sociedad y el peso de milenios de historia. De la mujer se ha esperado y se espera que cuide a su familia y que renuncie, que su esencia sea la abnegación y el ponerse en un segundo plano. Esa es la idea universal que existe sobre la madre en todas las culturas. Luchar contra esto está siendo muy complicado. Hace un siglo que empezó y aún no hemos llegado a ese punto. El progreso histórico no funciona de manera lineal y muchas veces hay pequeños retrocesos.
– Habla también de la culpa.
– El tema de la culpa vertebra el libro y aparece continuamente. La culpa acompaña a la madre desde antes de ser madre y domina todos sus actos. Hay lugar para culpas contradictorias: por dejar a su hijo un tiempo o por estar todo el tiempo con él. Aunque la detecte, yo también me siento acogotada por la culpa en mi papel de madre.
– Volviendo al tema central de su libro, un hijo abandonado siempre va a sufrir.
– Es un trauma que cuesta superar. Y en mi investigación presto también atención a los hijos. Lo que dice la hija mayor de Ingrid Bergman, por ejemplo: «yo fui parte de lo abandonado».
– Abre su libro con una cita de Vivian Gornik: «Nada es más seriamente difícil que lo familiar».
– El término 'familiar' tiene una doble acepción. Por un lado, es algo muy conocido y común y, por otro, lo relativo a la familia. Y resulta que nada es tan complicado como sacar adelante las relaciones familiares. Se basan en la certeza de que en algún momento vamos a herirnos. Siempre vas a herir a quien te quiere. La cuestión es cuándo y cómo. En el caso de las mujeres que he estudiado no hay una única respuesta al abandono de sus hijos. Quizás es la renuncia a la familia. A veces no se ve otra salida.
– Habla de escritores que hicieron su obra gracias a mujeres abnegadas, que se ocuparon de lo doméstico. Alguna de sus estudiadas también se hizo 'escritor'...
– Sí, está el caso del escritor que se aísla en la cabaña sin que nadie le moleste. Alguien le abrirá el correo asegurándose de pagar las facturas y cuidará de la gente que tiene alrededor. Algunas de mis estudiadas también lo lograron y se libraron de la servidumbre pero también del placer de la crianza.
– Habrá un camino intermedio más interesante.
– En ello estamos.
– Es consciente de que la hostilidad en las redes se ceba en las mujeres. Y más si hablamos de la maternidad...
– Sí. Y hay números que demuestran esta inquina. Hace unos días se supo que el PSOE madrileño plantea abrir las escuelas de 7 a 7. Y en Twitter, al menos en mi 'timeline' todo el mundo opina de esto, incluso personas que sé que no tienen hijos ni se preocupan por el tema de los colegios. Me llama la atención su vehemencia sobre una cuestión compleja, que requiere cierta vivencia para poder comprenderla.
– Las mujeres de su libro, ¿le han dado luz en el camino?
– Me han resultado muy interesantes. Cada una me ha descubierto muchas cosas. Al hacer la selección elegí las que más me interesaban.
– Su libro ayuda a que no se las juzgue por ser mujeres...
– Eso me gustaría. A eso me gustaría contribuir.
«Si tienes hijos, 'mija', no los dejes, eso es lo más triste que hay»
Madre de dos niños pequeños, la experiencia de Begoña López Urzaiz recorre las páginas del libro. Habla, por ejemplo, de sus madrugones, cuando nada más encender el ordenador y recién bebido un café, escuchaba unos pasitos por el pasillo aún oscuro por donde asomaba la cabeza de su hijo pequeño, 'en cuyos planes no entraba volver a dormir'. 'Me gustaría decir que su aparición, con un pijama de Snoopy, me hacía sonreír. Pero casi nunca era así'. Y recuerda la frase que le dijo una mujer inmigrante, abandonadora involuntaria, que también aparece en su ensayo: 'Si tienes hijos, nunca los dejes, mija (mi hija), eso es lo más triste que hay'.
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