Ibon Martín: «Publicar con Random House da vértigo»

«Al principio fui un poco escéptico. Pensé, Random House, ¿qué querrán de mí? Se presentó aquí Virginia, que en un viaje de vacaciones por Euskadi descubrió 'El faro del silencio'. Comimos en San Juan y me dijo que escribiera lo que yo quisiera y sin presiones, que lo hiciera tranquilamente. Me convenció, porque mi miedo a pasar a una editorial grande era un poco empezar a sufrir presiones de plazos, de temas... y no fue así, de hecho en ocho meses no recibí ni una llamada. Esa libertad de seguir haciendo lo que yo quería, pero publicado con Plaza y Janés -donde se incluyen autores como los mundialmente leídos Ken Follet o Stephen King- y con un lanzamiento de 40.000 ejemplares fue lo que me animó a probar». Tras el encuentro, decidieron convertir su nueva novela, por aquel entonces apenas imaginada en su cabeza, en una de las apuestas de la editorial para este otoño.

Casualmente el estreno de la novela coincide con el cumpleaños de este donostiarra, que ha firmado con Random House para otros dos años más. «No es moco de pavo», asume Martín consciente de la «gran responsabilidad» que conlleva. «Antes era yo, era mi editorial (Travel Bug) y si fallaba, era mi problema. Ahora de repente todo un grupo de gente está trabajando para que esto salga bien. Supone una gran inversión y piensas, ¿realmente esto funcionará? Tengo esa sensaccion de responsabilidad. Antes obviamente también, siempre quieres que tus libros gusten pero aquí hay mucha gente embarcada en el mismo barco y el capitán eres un poco tú... da mucho vértigo. En mayo se celebró una convención del grupo Penguin Random House en Sitges y me invitaron para contar lo que era mi libro, tenía que 'venderles' de alguna forma la novela. Sólo estabamos invitados dos autores y salió muy bien. Se acabaron imprimiendo 3.000 libros de edición anticipada, todo el mundo quería leer mi novela. Creo que es el libro más leído antes de haberse puesto a la venta. Ahí empecé a darme cuenta de la magnitud de lo que me venía encima. Hasta navidades estoy de gira, pero muy contento. Al final es a lo que aspiras cuando comienzas a escribir, poder llegar a publicar en un grupo de los grandes y encima salir como una de las novelas de referencia del año y con muchísimo apoyo detrás».

Martín reconoce que aunque «lo que venía haciendo hasta ahora se trataba de una autoedición bastante potente (unos 10.000 ejemplares) la distribución estaba muy limitada al País Vasco y Navarra y fuera de ahí mis libros no se conocían para nada». Sin embargo, en su entorno han sido de los más leídos. De hecho es el segundo autor más leído en Donostia tras Dolores Redondo, autora de la trilogía del Baztán.

Desde sus comienzos, este donostiarra eligió vivir de la escritura, pagar las facturas con lo que escribía, una labor llena de sinsabores que pocos autores pueden permitirse pero los 27.000 ejemplares vendidos con su primer libro de excursiones publicado en 2003 le permitió vivir de los libros.

Aunque le apodan como «el maestro vasco del suspense», algo que le «entusiasma», Ibon Martín comenzó escribiendo guías de naturaleza por Euskal Herria. Poco después de terminar sus estudios de periodismo, puso en marcha este proyecto personal en el que recogió más de trescientas rutas que reunió en diversas guías. Después de recorrer otros tantos caminos por la naturaleza, decidió recuperar la historia de esos lugares en forma de novela. Lo intentó con 'El valle sin nombre' (2013) y «creo que salió bien». Después llegó la saga de Leire Altuna conquistando a los lectores con 'El faro del silencio' (2014), 'La fábrica de las sombras' (2015), 'El último Akelarre'( 2016) y 'La jaula de sal' (2017), inspirados por el thriller nórdico.

Al igual que en el resto de sus novelas, el paisaje continúa siendo uno de los protagonistas indiscutibles en 'La danza de los tulipanes'. Esta vez, el autor sitúa la trama en Urdaibai, «uno de los lugares más especiales en Euskadi. Lo que me gusta de este lugar es el tren de cercanías que recorre las marismas y que aparece varias veces a lo largo del libro, porque me encanta subirme en él e ir viendo cómo todo el mundo se conoce, se saluda. Ese mundo que da la impresión de que todavía va a ritmos del pasado. Con mis guías de naturaleza es como he ido descubriendo esos lugares. Para mi es vital situar las tramas en sitios que conozco y son precisamente en el entorno vasco porque es donde más me he movido. Siempre me ha encantado la novela negra y según iba escribiendo guías de excursiones me iba quedando con estos lugares e imaginándome que quizá fueran el escenario de alguna novela de suspense. Ahora Hondarribia se me aparece como posible escenario de una posible continuación de 'La danza...', pero con calma. Creo que el llevar el ritmo de un libro al año es excesivo».

Según adelanta Martín, «en esta novela presento la Unidad Especial de Homicidios de Impacto de la Ertzaintza, que la capitanea su protagonista, Ane Cestero, y la intención es abrir una serie. Se cruzará con Leire Altuna, de hecho en este libro hay varias pinceladas sobre ella. En el siguiente, sabremos más de ella». De momento, será Cestero quien tenga que dar caza a un asesino en serie «complejo e inteligente», capaz de rivalizar con los ritmos de la naturaleza, al dejar tulipanes rojos junto a los cadáveres en pleno mes de noviembre. «Conseguir un tulipán fuera de temporada es prácticamente imposible y el cultivo en casa tarda unos cinco años, lo que nos habla de un asesino meticuloso, que además ha estado en las noticias de los últimos años y espeluznante. A todos nos va a remover un poco», concluye Martín.