El Koldo Mitxelena aplaza sin fecha el inicio de la obra y se mantendrá abierto los próximos meses
Los responsables del centro ya tienen todo a punto para ofrecer en otras ubicaciones los servicios que presta ahora a los usuarios
Prosigue en su línea tortuosa el ambicioso proyecto de renovación del Koldo Mitxelena, con la noticia de un nuevo aplazamiento en su cierre por obras, ... previsto hasta ahora para este próximo mes de enero. Ahora, con la nueva diputada foral de Cultura, María José Telleria, al frente del Departamento, el centro cultural donostiarra seguirá abierto a los usuarios y sin fecha de inicio de su remodelación. Un lustro después de que se pusiera sobre la mesa la necesidad de acometer una profunda reforma arquitectónica y conceptual del Koldo Mitxelena y cuando según los plazos del primer proyecto original tenía que estar reinaugurado, el centro cambia de planes: ya no cerrará el próximo 5 de enero y a la espera de que salga a licitación una obra cuyo presupuesto rondará los 8,5 millones, seguirá prestando sus servicios en el edificio de la calle Urdaneta durante al menos los primeros meses de este próximo año.
Lo cierto es que en esta convulsa legislatura se han dado cita todas las circunstancias adversas imaginables para convertir en la tormenta perfecta el proyecto de adaptación del KM a los nuevos tiempos, tras un cuarto de siglo de servicio: la pandemia del covid, la inestabilidad al frente del Departamento Foral, que ha conocido a tres diputados en cuatro años –Denis Itxaso, Harkaitz Millán y María José Telleria–, y un plan de reforma sometido a continuas revisiones.
En cualquier caso, el jefe de Servicio de Promoción Cultural, Patxi Presa, adelanta tres asuntos: todo está a punto para acometer la mudanza cuando finalmente haya que desalojar el edificio, el centro continuará prestando sus servicios al usuario mientras duren las obras –dos años según las últimas estimaciones– y la reforma es ineludible, al margen del resultado de las elecciones de primavera.
El Departamento de Cultura no avanzará fechas hasta «avanzar en el proceso de contratación» de la obra
De hecho, las oficinas situadas en la última planta del Koldo Mitxelena y la veintena de funcionarios pertenecientes a los servicios de Gordailua y museos, archivo y patrimonio, y la Secretaría Técnica ya trabajan en el edificio de Hacienda de la calle Okendo. En el KM únicamente permanecen a día de hoy las veintidós personas del Servicio de Promoción Cultural y Biblioteca que, además del KM, se ocupan de la Elías Querejeta Zine Eskola, el Dantzagunea y K Bulegoa. Mientras, el Convento de Santa Teresa ya está listo para acoger la programación de la sala de actividades y el Komikigune, todo el servicio de préstamo de libros a los usuarios del centro.
Plazos. El comunicado oficial del Departamento de Cultura es que «no vamos a adelantar fechas de cierre hasta ir avanzando en el proceso de contratación» de la obra. En este momento, explica Patxi Presa, el proyecto de reforma cuenta ya «con todos los permisos y entra en la fase de licitación. El 10 de enero la obra va al consejo de diputados y a partir de ahí comenzará la redacción de los pliegos del concurso de adjudicación».
Incertidumbre. Una vez cumplidos estos trámites, el responsable del Koldo Mitxelena apunta a un aspecto que puede complicarlo todo: en un escenario de inflación y de desabastecimiento de materiales que ha paralizado varias obras públicas, «estamos pendientes de la duda de qué empresas se presentarán al concurso. Estamos en un momento muy complicado, así que habrá que cruzar los dedos». En todo caso, «nosotros estamos mirando los toros desde la barrera en el sentido de que el Servicio de Promoción Cultural y Bibliotecas intervenimos al principio y al final del proceso. Hicimos en abril de 2018 un plan de necesidades, cuya clave es que el edificio necesita una reforma estructural sí o sí dado que la maquinaria está obsoleta, la cubierta presenta deficiencias y la accesibilidad requiere de una adecuación». Por otra parte, está la necesidad de renovar los servicios que presta el centro. A partir de estas dos premisas, el estudio de arquitectura Astigarraga y Lasarte elaboró un plan de reforma.
Una vez cerrado el edificio, los servicios del centro se reiniciarán en breve plazo en otras ubicaciones
Cambios en el proyecto. «Ha pasado por numerosas vicisitudes: empezó siendo un proyecto de reforma integral que garantizaba el cumplimiento de todos los requisitos de accesibilidad y evacuación, pero tuvo la mala suerte de que justo cuando las empresas debían presentarse para ejecutar la obra, estalló la pandemia», recuerda el responsable de Promoción Cultural de la Diputación. A partir de ahí, se precipitaron los acontecimientos, con la sustitución de Denis Itxaso por Harkaitz Millán, los problemas con los permisos y la posterior alza de la inflación. En el camino, aquel proyecto de reforma integral se convirtió en otro de reforma parcial. «Eso conllevó volver a la casilla de salida, con un nuevo proyecto que no solucionaba los problemas de accesibilidad y que lo ha mantenido yendo y viniendo del Ayuntamiento y del Gobierno Vasco para cumplir con los reajustes requeridos».
Mantenimiento de servicios. Más allá de cuándo se produzca el cierre efectivo del edificio del Koldo Mitxelena, la ciudadanía continuará contando con sus servicios, aunque en otras ubicaciones. El servicio de préstamos de libros se trasladará al cercano local del Komikigune, en la calle Reyes Católicos, en donde ya están instaladas las estanterías que acogerán en sus dos plantas unos 60.000 volúmenes, «una cifra similar a la que tiene la Biblioteca Central de Donostia», apunta Patxi Presa. Este espacio abrirá al público unas tres semanas después del cierre del KM. En cuanto a la programación de la sala de actividades –charlas, ciclos, conferencias y presentaciones, con un aforo de 122 personas– tendrá lugar en el Convento de Santa Teresa –para cerca de setenta espectadores–. Este servicio estará operativo inmediatamente después del cierre del edificio. Los servicios técnicos de la biblioteca, la atención a investigadores y la infoteca se trasladarán a Villa Asunción, en el Alto de Miracruz, mientras que el fondo histórico y patrimonial estará –está ya en parte– a disposición de historiadores y especialistas en el oñatiarra Archivo Histórico Provincial de Gipuzkoa.
Sala de exposiciones. En este tránsito entre el 'viejo' y el 'nuevo' Koldo Mitxelena, sólo hay una actividad que se quedará sin cubrir: la de las exposiciones, un área que ha vivido una línea un tanto errática en los últimos tiempos. Reconoce Presa que «por la coyuntura de la pandemia y también, digamos, por otras variadas circunstancias las más recientes han sido singulares». Respecto al futuro, señala que «tenemos que aprovechar el periodo de obra para aplicarnos en definir la futura línea de exposiciones del centro», que ha de «completar la oferta de la ciudad y el territorio». Además, concluye, deberá establecer una coherencia con «la oferta de actividades y la biblioteca». La exposición 'Seeing Auschwitz' podría ser el modelo a seguir.
Con un presupuesto en torno a los 8,5 millones de euros, la reforma durará cerca de dos años
Programa de actividades. Independientemente de cuándo se cierre el edificio, el Koldo Mitxelena sigue adelante con su calendario de actividades, que se celebrarán en su actual emplazamiento o en el Convento de Santa Teresa. Por un lado, a finales de febrero se celebrará la segunda edición del festival de literatura juvenil Luma Fest; en marzo tendrá lugar el Festival Crossover dedicado a las series de televisión y ese mismo mes otro ciclo abordará el múndo de los pod-casts. Además, prosigue hasta mayo el ciclo Diálogo de cineastas, que ya ha recibido a Albert Serra y Mikel Gurrea, y por el que aún deben pasar los directores Alberto Rodríguez, Alauda Ruiz de Azua, y Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga. Y 'Crisis de la contemporaneidad' será un nuevo ciclo de conferencias destinado a fomentar el pensamiento y el debate, y por el que pasarán Remedios Zafra, Dora Salazar, Santi Eraso o Bruce Clarke.
Una reforma ineludible. Patxi Presa es consciente de que los plazos pueden dilatarse hasta prácticamente coincidir con la campaña de las próximas elecciones forales, pero recalca que al margen de quién ocupe el Departamento Foral de Cultura en la próxima legislatura, «la reforma del KM no tiene vuelta atrás. La obra ya estará licitada y por otra parte, nadie puede plantearse no acometerla. El edificio no puede seguir así. La reforma arquitécnica es obligada».
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