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Retrato de Juan Sebastián Elcano

Elcano, el navegante que tuteaba al emperador

La generosidad de Elcano con sus pares ayuda a comprender cómo un marino que se enroló en la flota de Magallanes siendo un fuera de la ley terminó haciéndose con el mando de la expedición y culminando la mayor gesta de la historia de la navegación

BORJA OLAIZOLA

Sábado, 6 de julio 2019, 07:41

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«Suplico e pido por merced a tu Alta Majestad por los muchos trabajos e sudores e hambre e sed e frío e calor que ... esta gente ha pasado en tu servicio, les hagas merced de la quarta parte e veintena de sus caxas e quintalada». Es verdad que cuando Juan Sebastián Elcano escribe esas líneas a Carlos I nada más llegar a Sanlúcar de Barrameda para comunicarle que había descubierto «toda la redondeza del mundo» el rey de Castilla era un mozalbete que apenas tenía 22 años, pero no es menos cierto que el tuteo distaba de ser la norma a la hora de dirigirse por escrito a un emperador. El director del Archivo Histórico de Euskadi, Borja Aguinagalde, maneja una doble hipótesis a la hora de explicar el peculiar código de protocolo del navegante de Getaria: por un lado, dice, Elcano debía ser una figura de cierta soberbia, sobre todo después de haber conseguido el milagro de salir con vida de aquel viaje, y por el otro, puede que se dejase llevar por la forma de hablar euskaldun y tradujese el 'zu' por el tú. Fuese por una u otra razón o por una mezcla de las dos, lo cierto es que se trata de un fenómeno muy poco común en una carta dirigida al monarca de la que era entonces la principal potencia del planeta.

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Juan Sebastián Elcano: el navegante que tuteaba al emperador