«El Jazzaldia fue pionero en llevar la música al corazón de una ciudad y a todos los públicos»
El responsable de la cita afronta un año «que mezcla a los grandes del jazz con propuestas muy populares: hay mucho más que los nombres de Cullum o The Beach Boys»
Comienza una edición de números redondos y por eso elegimos como escenario de la entrevista la Plaza de la Trinidad, cuna y seña de identidad ... del festival. El Jazzaldia arranca la 60 edición y Miguel Martín, vinculado a la organización desde 1978, afronta el año con el horizonte posterior de su ordernado y progresivo relevo al frente de la organzación. El director cumple en abril 70 años, «ya es tiempo para ir pensando en ceder el relevo», dice, y el Ayuntamiento prepara ya el proceso, como avanzó ayer este periódico. Pero antes que del relevo hay que hablar de la fiesta de la música que llega a Donostia. En un tiempo en que florece un festival en cada esquina «la virtud del nuestro es que sigue siendo pionero, desde que nació. Y ningún festival está físicamente tan dentro en el corazón de una ciudad», añade. Este fin de semana se celebran los conciertos previos en Chillida Leku, con Bascolombia (ayer) e Iñaki Salvador y Marco Mezquida (hoy), el martes actúa Jamie Cullum en el Kursaal y el miércoles será la gran fiesta inaugural en la playa de la Zurriola.
–Es la sesenta edición, pero no han buscado celebraciones especiales.
– Pese a su número redondo, para nosotros la 60 edición es la que va después de la 59 y antes de la 61. Esperamos que sea mejor que la anterior porque es lo que intentamos siempre, pero huyendo de la dictadura de los números redondos. Sí hemos organizado una exposición especial, en San Telmo, que es un recorrido sentimental: no se trata de explicar la historia, sino de recuperar momentos especiales con las fotografías que transmiten qué es el Jazzaldia.
–¿Qué titular podría resumir la historia de las 60 ediciones del Jazzaldia, al que ha estado vinculado desde 1978?
– Este festival ha sido pionero desde su origen y lo sigue siendo. Era un festival de jazz cuando no existían festivales de jazz en España, recuperamos el centro de la ciudad como escenario cuando otros festivales ni se lo habían planteado, implantamos escenarios gratuitos cuando otros ni lo pensaban. Siempre hemos ido abriendo caminos.
–Fue pionero y referente, pero hay festivales por todos los lados, algunos multitudinarios. ¿Se ha perdido el carácter distinto? ¿Qué diferencia al Jazzaldia?
– Pienso que cada vez más, y en todos los medios musicales, no solo jazzísticos, se está reconociendo al Jazzaldia su importancia como modelo de un tipo de festival que ocupa el centro de la ciudad, lleva la música a todos los públicos y diversifica sus estilos, centrado en el jazz pero sin escrúpulos a la hora de programar cualquier tipo de música que nos parezca interesante. Somos unos modernos pero con sesenta años de historia.
«No nos asusta que haya ahora tantos festivales: los demás nos respetan porque innovamos... con 60 años de historia»
«La última vez que vino Jamie Cullum fue hace diez años. En el jazz son pocos los 'grandes': es un lujo que repitan»
–Mucho público joven identifica 'festival' con llevar la tienda de campaña a un sitio y vivir tres días de música.
– Ya. Lo nuestro es distinto. Insisto en lo de pioneros: nosotros ya vivimos aquello en los años 80, cuando venían los jóvenes a lo que se llamaba 'el hotel de las estrellas', en la trasera del frontón Carmelo Balda. Si este festival nuestro se diferencia de otros similares es en nuestra ubicación en el centro de Donostia, en que la gente entra y sale, disfruta, participa...
–Hablemos de esta edición que arranca. ¿Cómo define su programación?
– Contiene todo lo que buscamos: un par de nombres muy sonoros, como Jamie Cullum o The Beach Boys, un 'emergente' convertido en superestrella como Yerai Cortés, sorpresas como Nala Sinephro o conciertos pequeñitos pero extraordinarios como el que intuimos que dará el trompetista Kirk Knuffke en el claustro de San Telmo. Y por supuesto, los grandes nombres del jazz en la Trini.
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«Yo no voy a eternizarme aquí... ¡pero por favor, hablemos de música!»
–Hay quien dice: ¡otra vez Jamie Cullum!
– ¡Han pasado diez años desde la última vez que vino al festival! En el jazz hay un limitado número de nombres fundamentales y es inevitable repetir algunos 'nombres faro'... y también deseable. Sigue siendo un lujo tenerlo aquí.
–Este año no sabemos bien qué fecha poner como 'arranque' de la edición...
– ¡Yo tampoco! Desde un principio fijamos el arranque el martes 22, con Cullum en el Kursaal, y el cierre el domingo 27, pero luego surgieron dos oportunidades magníficas y las incorporamos al fin de semana previo: la propuesta de Oreka TX con Bascolombia y la unión de Iñaki Salvador y Marco Mezquida, que es estupenda, y que ubicamos en Chillida Leku. Es una forma de ir calentando y de crear atmósfera antes del gran arranque popular de la Jazz Band Ball en la playa el miércoles.
–Cullum actúa por partida doble.
– Él quería estar en la playa, además del concierto más 'ortodoxo' en el Kursaal, y lo disfrutaremos por partida doble. Es un pedazo de cantante y de músico que lo da todo en cada encuentro.
–En esa noche inaugural del miércoles en la playa usted destaca también el concierto posterior al de Cullum, con The War and Treaty.
– Va a ser una sorpresa muy agradable, con la pareja estadounidense compuesta por Tanya Trotter y Michael Trotter Jr., que mezcla gospel, country, soul, pop...
–Más nombres en la Zurriola: los guipuzcoanos Anari y Bulego.
– Ella fue la primera sorprendida de que la llamáramos para actuar en el Keler Gunea. Se lo ha tomado con muchísima ilusión. Es una mujer que merece el máximo respeto, una rockera no demasiado extrovertida, con un estilo hasta 'oscuro' si se quiere, como tantas otras estrellas. Y Bulego es probablemente la primera contratación que firmamos para esta edición. Auguro gran ambiente y un aluvión de público en su cita del sábado por la noche.
–También destaca como especial, en la playa, EXTC.
– XTC fue un grupo puntero de los 90 y éste es su heredero, con una propuesta que también resultará muy divertida.
«Anari se sorprendió de que le propusiésemos ese escenario, y a su vez sorprenderá. Belako atraerá a mucho público»
«Mike Love es quien ha mantenido The Beach Boys desde siempre. Los temazos del grupo son historia de la música»
–En el Kursaal, además de Cullum, destaca el concierto de The Beach Boys. Se debate si son 'restos' de aquel primer grupo, herederos...
– Mike Love ha estado en el directo de Beach Boys desde siempre, es el que ha mantenido el grupo que está en el mismo origen del pop como fenómeno de masas. Luego Brian Wilson, que acaba de fallecer, autor de las grandes canciones, siguió su camino. El grupo tiene temazos y lo pasaremos bien.
–La Trini sigue conteniendo el purismo del jazz.
– Sin duda. Estaré feliz de volver a ver a Steve Coleman con su energía y sus improvisaciones sobre el escenario de la plaza. Kurt Elling le acompaña la misma noche con el repertorio de Weather Report y un grupazo como The Yellowjackets.
–Vienen más 'viejos amigos'.
– El viernes es la noche de las guitarras en la plaza, con el gigante Marc Ribot y la extrovertida Dee Dee Bridgewater. Y el sábado, con el programa de Brad Mehldau y Dave Holland y Chris Potter, viviremos probablemente la cumbre artística de la edición de este año.
–Queda el broche del domingo con el flamenco-jazz.
– Hemos hecho de la necesidad virtud. Melody Gardot canceló y apostamos por ese jazz-flamenco que se abre con Chicuelo y Marco Mezquida y se cierra con el homenaje a Paco de Lucía con Chano Domínguez y Antonio Lizana.
–El festival, por fortuna, son muchas cosas y llegan a públicos distintos, como la consolidada propuesta de JazzEñe en el Victoria Eugenia.
– Hay ocho grupos, dos de ellos vascos, con estilos bien distintos. Es una cita que reúne a muchos aficionados y que se convierte en un muy interesante punto de encuentro. Y como Jazzaldia destacamos mucho los conciertos mañaneros en San Telmo, todo un lujo con intérpretes de primer nivel en un espacio íntimo como ese. En principio los protagonistas son pianistas, pero este año hay dos excepciones que bien merecen la pena: Marc Ribot solo y el grupo de Kirk Knuffke en acústico.
–¿Sigue viniendo mucha gente de fuera al festival?
– Sí, es un público muy fiel que compra las entradas con mucha antelación, reserva los hoteles con tiempo y da una base de 'espectador aficionado' que respetamos mucho... como a todos los espectadores, claro.
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