Convertir el patio de Tabakalera en una inmensa pista de baile fue el gran mérito del elenco que estrenó anoche 'Orta edo norbat dantzan_pista ... de baile', fruto de una residencia de creación otorgada por el ciclo de danza contemporánea y artes del movimiento de Quincena Musical. Cuatro mujeres empoderadas, cuya horquilla de edad oscila entre los 30 y 59 años, parten de la idea original de Idoia Zabaleta para generar su propia historia a partir del poema de Gertrude Stein 'Orta or One Dancing' (1911-1912), escrito en honor de la pionera de la 'modern dance' Isadora Duncan. Emulando la idea de repetir en bucle unos versos como ya empleara el totémico coreógrafo contemporáneo William Forsythe en 'Quintett'(1993) –el inolvidable rezo de Gavin Bryars, 'Jesus Blood Never Failed Me Yet'–, Jone San Martín, Idoia Zabaleta, Idurre Azkue y Jone Amezaga (en orden de edad) declaman constantemente la composición de Stein en su traducción en euskera. Más allá de la evocación a la pionera de la danza libre, lo realmente interesante de la propuesta es que otorga al asistente la capacidad de decidir la actitud con la que toma parte en el evento.
Con el aforo completo, gran parte de los dos centenares de asistentes se implicaron hasta quemar la pista de baile. Por ello, no se puede hablar propiamente de un espectáculo, sino de un 'happening', con 220 experiencias diferenciadas. Hubo quien aceptó los auriculares de las intérpretes y se alejó del poema de Stein; quien se sumó al jolgorio sin necesidad de ellos, o simplemente quien se quedó aposentado en las cómodas butacas. El buen humor fue la tónica dominante en la hora de duración de este fragmento de la propuesta. Y con las masas enardecidas en pleno baile, las intérpretes se transmutaron en gogós discotequeras, ayudadas por la música pinchada por DJ Bihotza, nombre artístico de Isabel de Arza.
Las características propias del evento priman la danza libre y personal de cada una de las participantes, por lo que sería difícil hablar de un denominador común en su estilo dancístico. Quizás en el prólogo de media hora en los aledaños a la entrada principal de Tabakalera, podría hablarse del gusto del cuarteto de féminas por la improvisación, en la que destaca poderosamente la dilatada experiencia de la donostiarra Jone San Martín, quien aprendió las claves de la técnica en sus dos décadas con Forsythe. Los participantes aplaudieron con entusiasmo la divertida fiesta.
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