Jon Insausti: «Veo el Zinemaldia como el resurgir de la programación cultural este año»

Con la vista puesta en el próximo Zinemaldia como «punto de inflexión del resurgir» de la programación de este año, el concejal donostiarra de Cultura, Jon Insausti, trabaja ya en la reinicio de la actividad a lo largo de este verano. Los servicios de préstamo de la bibliotecas municipales y la reapertura del museo de San Telmo a partir del 1 de junio, y la puesta en marcha de los teatros Principal y Victoria Eugenia son los primeros pasos de este proceso que, en las previsiones de Insausti (Donostia, 1989) culminará con la 68 edición del Festival de Cine. «¿Que va a ser menor, con aforos reducidos y menos estrellas? Probablemente, pero lo esencial -proyecciones y estrenos, incluidos los del cine vasco- se va a mantener», asegura.

- Trigésimo aniversario de Donostia Kultura y en circunstancias impensables hace apenas unos meses.

- Pues sí. Teníamos unos planes bastante interesantes de cara a este 30 aniversario, pero este nuevo contexto nos los ha trastocado y hemos tenido que virar el rumbo. De todo esto sí me quedo con que Donostia Kultura ha tenido capacidad de adaptarse y dar una respuesta.

- Esa respuesta ha sido la programación DK Etxean, que culminó con el concierto de Izaro en el tejado del Victoria Eugenia.

- Con DK Etxean queríamos lanzar un mensaje alto y claro: la puesta en valor de la cultura como herramienta para el bienestar durante el confinamiento. Es algo que desde la clasificación de las instituciones no ha aparecido como esencial, pero nosotros pensábamos que era importante lanzar ese mensaje. Y su objetivo era doble: que tuvieras un contenido nuevo, creado específicamente para la ocasión, y que sirviera de ayuda a los creadores. Esto se ha traducido en un programa muy amplio, con escritores, ilustradores, pequeños conciertos, monólogos y radio, pero es verdad que el colofón final fue el concierto de Izaro. Han pasado 105 artistas que han generado 135 actividades. No hemos parado las máquinas.

- Los ingresos del Ayuntamiento se van a reducir. ¿Han calculado ya en cuánto se reducirá el presupuesto de Cultura?

- El Ayuntamiento de San Sebastián tenía destinados a la cultura 40 millones: 30 de Donostia Kultura, más las distintas aportaciones al Kursaal, Tabakalera, Quincena Musical, Zinemaldia, Palacio de Miramar o la obra de Cristina Iglesias... Y es verdad que la cultura tiene sus persianas cerradas. El Ayuntamiento, que va a tener un impacto de 70 millones de euros, nos ha pedido qué prioridades tenemos para ver qué dejamos a un lado o no. Nosotros hemos aportado al Ayuntamiento un estudio de 2014 en el que se muestra que cada euro invertido en cultura genera 2,5 euros en el sector terciario. Donostia Kultura también es, además de otras cosas, un motor económico importante.

- Aún no me ha contestado...

- Ahora mismo estamos haciendo previsiones, pero pasa una cosa: nuestro gasto está relacionado con las actividades que realizamos. Nos genera gasto corriente la programación y hay mucha que no hemos llevado a cabo, ni vamos a poder hacerlo a corto plazo. Más que recortar presupuesto, habrá una parte que no ejecutemos.

- ¿Y existe alguna estimación en torno a qué cifra puede ser?

- La cifra que pasamos al Ayuntamiento la situaba entre el 1,5 y los dos millones de euros. Aquí hay que lanzar un mensaje claro: no es ahorro. Es dinero que se pierde para el sector, no circula en la sociedad. Mi mensaje al Ayuntamiento fue: aquí que cada uno vea qué genera un valor añadido a la ciudad y qué papel juega ahí la cultura.

- El sector musical pide a los ayuntamientos que mantengan sus contratos. ¿Va a ser posible en el caso de Donostia?

- Nuestro criterio ha sido buscar nuevas fechas a la programación que estaba comprometida. Hay cosas que se han cancelado porque los promotores así lo han decidido, como 'West Side Story'. Por ejemplo, el Día Internacional del Teatro intentaremos recuperarlo a principios de septiembre.

- ¿Se mantiene la aportación a Tabakalera?

- En principio, nuestro objetivo es que tanto ayudas como aportaciones y subvenciones se mantengan.

- La propuesta de Eudel fija en un máximo de 250 espectadores el aforo para espectáculos culturales. ¿La van a seguir?

- Nosotros hemos trabajado con hipótesis y escenarios distintos: con un tercio del aforo, con la mitad, con distancias de 1,5 metros, con dos metros... Nuestro objetivo va a ser fomentar lo máximo posible la actividad cultural, pero tiene que poner un marco el Gobierno central, que luego debe haber un acuerdo con el Gobierno Vasco. Eudel ha decidido sacar unas recomendaciones que en nuestro caso decidiremos si queremos seguir o no, pero que no son las que ahora mismo nos garantizan realizar una oferta. Estamos en otros escenarios más posibilistas, que consideramos que nos permiten garantizar que la oferta va a llegar a un mayor público. Entiendo que Eudel ha hecho ese trabajo, pero nosotros vamos a esperar a ver qué marcan los gobiernos central y vasco. Luego, cada ayuntamiento verá si sigue las recomendaciones de Eudel, pero en principio, nosotros estamos en otros planteamientos.

- ¿Cómo va a ser la desescalada cultura donostiarra?

- Trabajamos con las otras instituciones para que la reapertura de los equipamientos en Euskadi sea simultánea en los tres territorios. Pensamos que la práctica cultural de base es la lectura, que irá acompañada de la apertura de lugares en donde puedes tener 'experiencias culturales tranquilas', como el Museo de San Telmo. Entonces, el objetivo es tener el sistema de préstamos bibliotecarios y el museo abiertos el 1 de junio. A mediados de ese mes se abrirán los teatros Principal y Victoria Eugenia. Empezaremos a programar de forma progresiva y controlada, con guiños a la programación que quedó pendiente y a algunas temáticas.

- En el caso de esos dos teatros, ¿con qué aforos?

- Si vamos a mitad de aforo, el Victoria Eugenia se nos queda con 400 localidades y el Principal con 250. Si vamos a un tercio, 200 y 100 espectadores, respectivamente. Es un elemento muy condicionante a la hora de programar porque llegas a menos gente y se lo complicas económicamente al promotor privado.

- ¿Y cuál es su apuesta? ¿Mitad o un tercio?

- Ahora mismo, la fase 1 marca un tercio, pero en función de cómo avance todo, tenemos la esperanza de que para mediados de junio tengamos un marco que nos permita reabrir con la mitad de aforo.

- Respecto a las bibliotecas, ¿cuál será el tiempo de cuarentena de los libros devueltos? Se habla de que conviene tenerlos diez o quince días hasta el siguiente préstamo.

- Trabajamos un protocolo con el resto de bibliotecas de Euskadi. Y sobre la cuarentena, hay bastante criterios: hay quienes dicen que catorce días, otros hablan de 72 horas, otros dicen que el papel no es elemento de transmisión... Aún no tenemos fijado un criterio de cuánto debe durar la cuarentena.

- Quedarían los eventos multitudinarios.

- Será muy difícil que haya, pero sí vemos que podemos ir a espacios abiertos, pero con control de aforos. La Plaza de la Trinidad nos lo permite en el Jazzaldia. Aquí la única persona que ha tomado una decisión respecto a eventos multitudinarios ha sido Angela Merkel, que ya ha dicho que hasta el 31 de agosto no los habrá. Incluso se ha suspendido ya el Oktoberfest, que es en septiembre y octubre. A mí me parece una referencia a tener en cuenta.

- ¿Cómo ve la próxima edición del Zinemaldia?

- Sinceramente, vemos el Zinemaldia de forma muy optimista, como un símbolo que puede ser de reactivación de la ciudad puesto que habremos pasado varios meses de prueba en verano. El Zinemaldia se va a convertir en una oportunidad porque los festivales de cine previos no se han celebrado y eso al Festival le está nutriendo. ¿Que va a ser menor, con aforos reducidos y menos estrellas? Probablemente, pero lo esencial -proyecciones y estrenos, incluidos los del cine vasco- se va a mantener. Que la película de Woody Allen probablemente se estrene aquí o lo haga una serie como 'Patria' le da otro calado que la sociedad también necesita. Veo septiembre como una fecha esperanzadora y el Zinemaldia como un punto de inflexión importante que marcará el resurgir de la programación cultural este año.

- Respecto a la obra de Cristina Iglesias para la isla de Santa Clara. ¿Se hará en plazo? Y sobre todo: ¿se podrá visitar cuando esté terminada?

- La obra va en plazos y se trabaja con normalidad. En cuanto a las visitas, se trabaja ya en toda la logística en la que la Fundación Cristina Enea tendrá un papel importante. Otra cosa es que ahora hablar del otoño cultural se hace más complicado.

- En octubre hablaba usted de un proyecto de perfilar «la casa de cultura digital».

- Donostia Kultura trabaja mucho con lo presencial, pero es verdad que el público se ha ido al espacio digital y nuestra programación ahí ha ido también. Ya estaba en nuestra agenda el impulsar esa casa de cultura digital y las circunstancias nos han servido para ir bastante más rápido. Y lo tomo como algo positivo, un ejemplo de capacidad de adaptación. Luego se abre el debate de si hay que pagar o no por lo digital: pues bien, nosotros ahí sí hemos aportado porque desde que nació DK Etxean lo hizo con el objetivo de retribuir al creador.

- A falta del Olatu Talka convencional, este año lo hemos tenido en los balcones.

- Antes hablaba del motor económico de la cultura, pero la otra cara de la moneda es que genera valor social y ahí Donostia Kultura ha tenido un papel importante. Lo que hemos visto estos meses en los balcones ha sido una muestra de que la ciudad goza de la cultura como valor colectivo porque así se ha nutrido durante décadas. Quiero pensar que Donostia Kultura ha tenido una influencia ahí.