«Soy una dama del agua que se sumerge en el fuego»
Carolyn Carlson, mítica coreógrafa de la danza contemporánea, presenta en el Victoria Eugenia su homenaje a la naturaleza amenazada por el cambio
Artista polifacética y de profunda espiritualidad, Carolyn Carlson (Oakland, California, 1943) es toda una leyenda de la danza contemporánea con una trayectoria de más ... de medio siglo como coreógrafa e intérprete. Musa de Alwin Nikolais y figura totémica de la 'nouvelle dance française', su carrera está marcada por hitos como convertirse en la primera coreógrafa en recibir un Benois de la Danse –'oscar del ballet'- o el León de Oro de la Bienal de Venecia.
Enamorada de San Sebastián donde actuó tres veces en el desaparecido festival 'Maiatza Dantzan', Carlson se sentará hoy en el patio de butacas del teatro Victoria Eugenia, donde su compañía presenta 'The Tree', un canto a la naturaleza amenazada por el cambio climático.
–¿De qué trata 'The Tree'?
–'The Tree' es un homenaje a la naturaleza, una danza con los elementos en patrones coreográficos y secuencias de percepciones orgánicas. Una experiencia poética de conciencia cósmica para la madre tierra. Nuestros caóticos cambios climáticos con la contaminación, la deforestación, los huracanes, las inundaciones y los incendios, son debidos a la intervención del hombre. Las consecuencias de nuestra fragilidad ante un mundo desequilibrado deberían llevarnos hacia la sanación y la esperanza, donde la humanidad participara con compasión y reconociera nuestros actos de locura.
– Este trabajo cierra su tetralogía dedicada al filósofo Gaston Bachelard ('Eau', 'Pneuma', 'Now'). ¿Qué le atrajo de su trabajo?
— Gaston Bachelard es uno de nuestros grandes filósofos que estudia los elementos como materia de trabajo con las experiencias místicas de las percepciones. En todos sus libros, cita a numerosos poetas relacionados con los elementos del aire, agua, tierra y fuego. En 'The Tree', el público entra en un dominio de ver y sentir un clima de un poema sin palabras, donde el escenario es todo el mundo. También elegí las maravillosas imágenes caligráficas del escritor Gao Xingjian colocadas dentro de una luna sobre el escenario, como metáfora de la complicidad visual.
– El agua fluye en muchas de sus coreografías, pero 'The Tree' se consagra a la poética del fuego.
– Sí, soy una dama del agua que se sumerge en el fuego. Hay una frase maravillosa de Bachelard: «el agua es una llama que arde hacia arriba». El fuego es la imaginación, que yo comparo con el 'duende' en el arte del flamenco; es una presencia ardiente de carisma, la fuente de nuestra energía desde el centro de nuestro cuerpo espiritual.
– ¿Por qué prefiere la definición de 'poesía visual' a 'coreografía'?
– No evito la palabra 'coreografía', sino la palabra 'danza'. Trabajo a partir de poemas y se me conoce como una artista que 'pinta' un lienzo para crear movimientos en el espacio-tiempo dentro del escenario. No se puede definir la 'poesía visual' en cada una de mis obras. Se trata de la energía de las percepciones, e invito al público a imaginar sus propias interpretaciones. Carl Jung lo dijo brillantemente: «Una vez que defines algo, ya no es eso».
– A punto de cumplir 80 años, usted es una leyenda de la danza contemporánea. ¿Cuál es el legado que le gustaría transmitir?
– No me identifico como una leyenda, sino como una mensajera que escucha una llamada y está agradecida por compartir sus dones con la humanidad. En mi larga carrera como intérprete, profesora y coreógrafa, dejo un camino para cada persona-artista que encuentro. Sigo siendo humilde como ser humano, serán los demás los que muestren el legado de lo que han recibido del trabajo de mi vida.
– De sus tres actuaciones en el teatro Victoria Eugenia dentro del festival de danza contemporánea 'Maiatza Dantzan', ¿qué recuerdos tiene de San Sebastián?
– Mis recuerdos de vuestra ciudad son el mar ondulado y los cielos azules, el entusiasmo y la generosidad de la gente que venía a vernos con la curiosidad de experimentar una nueva forma de ver un espectáculo, y las amables notas de «gracias por venir». En aquella época, escribí varios poemas sobre la naturaleza de mis sentimientos en la atmósfera de vuestra tierra.
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