«Es un sueño hecho realidad rodar con este equipo y en Donostia»

El esquema se repetía, los cuatro actores de la película presentes ayer en San Sebastián veían como una oportunidad irrenunciable la posibilidad de trabajar con Woody Allen. «Cuando me dijeron si me interesaba participar en la película a pesar de que se trataba de un papel pequeño, ya sabía que iba a decir que sí, es una gran oportunidad poder trabajar con alguien como Woody Allen».

Pero además a Gina Gershon, con más de 140 trabajos a sus espaldas entre películas, series de televisión y videoclips, el guion le pareció «hermosísimo». A eso se añadieron otros atractivos, «se trataba de rodar en San Sebastián y con este reparto, así que ya no podía tener ninguna duda», afirmó la actriz, que resumió la situación diciendo que «todo es un sueño hecho realidad».

La actriz Gina Gershon debutó en el cine como bailarina y gimnasta a comienzos de los años 80, y esa faceta le dio la oportunidad de participar en algunos videoclips. Con el tiempo se convirtió en una actriz de culto, e incluso en mito erótico, a partir de su participación en películas como 'Lazos ardientes' (1996), de las hermanas Wachowski y sobre todo 'Showgirls' (1995), de Paul Verhoeven, un filme controvertido en su día que ha ganado adeptos con los años.

Gershon, que en el filme de Woody Allen formará parte previsiblemente del matrimonio estadounidense que visita el Festival de San Sebastián, aunque ayer no se especificaron los roles de cada intérprete, ha trabajado tanto en el cine más comercial como en el independiente, con destacados directores como William Friedkin en 'Killer Joe' (2011), Tom DiCillo en 'Delirious' (2006), Olivier Assayas en 'Demonlover' (2002), Michael Mann en 'El dilema' (1999), John Woo en 'Cara a cara' (1997) o Roger Donaldson en 'Cocktail' (1987).

Trabajar con Almodóvar sigue abriendo muchas puertas, y aunque la trayectoria de Elena Anaya es ya larga e importante, fue su papel en 'La piel que habito', del director español más internacional, lo que llamó la atención de Woody Allen y decidirse por ella para interpretar a la «bella española residente en la ciudad de la que se enamora un director francés», según reza la sinopsis.

«Woody dice que es afortunado por haber trabajado con todos esos grandes actores, pero desde el primer instante en que me ofrecieron el papel pensé que la afortunada era yo», manifestaba ayer Elena Anaya. «El guion me parece una de las historias más bonitas que he leído jamas, aunque no puedo contar nada. Es un sueño de vida formar parte de esta película».

Así que pocas dudas tuvo para aceptar el papel la actriz que confesaba ayer que conoció en persona al cineasta el lunes y que es una persona absolutamente entrañable, además de un genio y una leyenda, y es un placer enorme poder ponerme en sus manos».

Ganadora del premio Goya a la mejor actriz por 'La piel que habito', su segunda colaboración con Almodóvar tras haber participado en 'Hable con ella' (2002), Anaya despuntó a las órdenes de Julio Medem en 'Lucía y el sexo' (2001), aunque se había iniciado en el cine cinco años antes con filmes destacados como el debut de Fernando León de Aranoa, 'Familia' (1996). Con Medem tuvo un nuevo reto en la intimista 'Habitación en Roma' (2010), que le supuso otra nominación a los Goya, y entre sus trabajos destacan también 'Alatriste' de Agustín Díaz Yanes o 'Lejos del mar' (2015) de Imanol Uribe. Pero además dio el salto al cine internacional con 'Van Helsing' (2004) de Stephen Sommers, 'La cordillera' (2017) de Santiago Mitre y 'Wonder Woman' (2017) de Patty Jenkins, entre otras.

«Que a un señor como Woody Allen se le ocurra trabajar con alguien como yo, que tiene un inglés muy relativo, ya era una oportunidad increíble», manifestaba entre risas Sergi López, quien se ha caracterizado desde hace años por trabajar tanto en el cine francés como en el español.

«Todo surgió de un modo increíblemente sencillo», explicaba el actor catalán. «Jaume Roures me habló del proyecto de Woody Allen de hacer una película en San Sebastián y me quedé patitieso cuando me propuso tener un papel en ella». A pesar de que Woody Allen rodó 'Vicky Cristina Barcelona' (2008) en el entorno en el que nació Sergi López, no ha tenido ocasión hasta ahora de trabajar con el neoyorkino.

El nombre y la trayectoria de Woody Allen ya eran suficientes atractivos, también en su caso. «Antes de leer el guion y de saber que mi personaje es una bomba, el proyecto ya tenía muchas cosas como para no dudar un segundo en decir que sí».

No está claro cuál es el papel de Sergi López en el guion, pero de algún modo aprovechará Allen el tono campechano y naturalista que caracteriza a un actor que sin embargo ha trabajado en producciones muy diferentes, y que ha sido nominado tres veces al Goya, aunque aún no ha logrado el premio, por 'Solo mía' (2001) de Javier Balaguer, 'El laberinto del fauno' (2006) de Guillermo del Toro y 'Pa negre' (2010), de Agustí Villaronga. No ha parado de trabajar en las tres últimas décadas y entre sus muchos títulos destacados están 'Western' (1997) de Manuel Poirier, 'Una relación privada' (1999) de Fréderic Fontayne, 'Harry, un amigo que os quiere' (2000) de Dominik Moll, 'El cielo abierto' (2001) de Miguel Albadalejo, 'Un día perfecto para volar' (2015) de Marc Recha o 'Un día perfecto' (2015) de León de Aranoa.

Conocido sobre todo como Wallace Shawn, aunque ahora parece haber recuperado el diminutivo de sus inicios, el reconocible actor estadounidense ha sido una presencia siempre infalible en el cine americano, desde que debutó precisamente a las órdenes de Woody Allen, y nada menos que en 'Manhattan' (1979).

«Hice mi primera película con él, fue quien me descubrió y si no llega a ser por él probablemente no hubiera acabado siendo actor», afirmaba ayer en San Sebastián. «Hay una magia especial en el hecho de volver a trabajar con él, es algo hermosísimo este retorno», aseguraba el actor que a lo largo de los años ha vuelto a trabajar puntualmente con el cineasta, en 'Días de radio' (1987), 'Sombras y niebla' (1991), 'La maldición del escorpión de Jade' (2001) y 'Melinda y Melinda' (2004).

Con su sonrisa simpática e inteligente, y su peculiar figura, Wallace Shawn se convirtió en un gran actor capaz de enfrentarse a retos de exigencia teatral como las dos películas que hizo a las órdenes de Louis Malle, 'Mi cena con André' (1981) y 'Vania en la calle 42' (1994), peculiar adaptación de Chejov a cargo de David Mamet. «Todos buscamos proyectos que puedan hacernos sentir orgullosos, y en mi país resulta cada vez más difícil encontrarlos», afirmaba ayer. «Trabajar con Woody Allen puede ser una experiencia muy tranquila e incluso onírica, algo muy diferente de lo que hacen otros directores. Crea un sueño y es como si los demás nos paseáramos por su sueño. Es un placer, y es un trabajo que haría a tiempo completo si fuera posible».

Pero su papel más popular quizás sea el del genial villano Vizzini en 'La princesa prometida' (1987) de Rob Reiner, otra película de culto que se reestrena en cines justo este viernes.